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Hallazgo en Río Negro: Fauna prehistórica de 75 millones de años sorprende al mundo

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General Roca, Provincia de Río Negro, 5 de marzo de 2025. Un descubrimiento fascinante realizado en Río Negro está capturando la atención de científicos y expertos de todo el mundo. Este hallazgo, que data de 75 millones de años atrás, revela una fauna completamente nueva que incluye un dinosaurio herbívoro desconocido hasta ahora, además de una serie de sorprendentes restos fósiles que ofrecen una visión única sobre la biodiversidad prehistórica de la región.

La zona sur de Argentina, más precisamente a unos 30 kilómetros al suroeste de General Roca, fue el escenario de este descubrimiento monumental. En una presentación reciente llevada a cabo en el Museo Argentino de Ciencias Naturales en Buenos Aires, los expertos compartieron los detalles de esta fascinante fauna, que abarca desde pequeños moluscos hasta grandes dinosaurios, pasando por peces y reptiles que habitaron la región durante el Cretácico Superior.

Un ecosistema variado y único

El hallazgo más destacado de este descubrimiento es la aparición de una nueva especie de dinosaurio herbívoro, que ha sido nombrado Chadititan Calvoi. Este dinosaurio, de aproximadamente 10 metros de largo, pertenecía al grupo de los saurópodos titanosaurios, conocidos por su tamaño imponente y su cuello largo. Sin embargo, a diferencia de sus parientes más grandes, Chadititan era relativamente pequeño, y los ejemplares juveniles encontrados no superaban los 3 metros de longitud. Los investigadores subrayan que este dinosaurio comparte varias características con otros titanosaurios de la región, pero también presenta peculiaridades en su morfología, como un cuello grueso y una cola curvada hacia abajo en su base, una rara característica que lo hace aún más fascinante.

Moluscos, tortugas y peces prehistóricos

Además del dinosaurio, se descubrieron varios restos fósiles que indican la existencia de una fauna acuática diversa. Entre los hallazgos más intrigantes se encuentran los restos de moluscos, incluidas almejas y caracoles terrestres que, debido a su pequeño tamaño y caparazón frágil, eran poco conocidos hasta ahora en el registro paleontológico. Los investigadores identificaron seis especies de moluscos, entre las que destaca una nueva especie emparentada con el Aperostoma inca, que hoy en día vive en las selvas nubladas del norte de Argentina, a más de 2000 kilómetros de distancia.

Los restos de peces también jugaron un papel crucial en el hallazgo. Específicamente, se encontraron evidencias de peces pulmonados como el Metaceratodus kaopen, que habitaban en ambientes de agua dulce y podían soportar las sequías estacionales al respirar aire atmosférico fuera del agua. Además, se hallaron restos de pejelagartos, un tipo de pez que ahora se encuentra en áreas mucho más distantes, lo que sugiere que en esa época existían conexiones ecológicas que permitían a estos animales habitar en zonas que hoy les son ajenas.

Otro de los hallazgos que sorprendió a los investigadores fue el descubrimiento de placas de caparazón de tortugas de agua dulce. Entre ellas, se identificó una especie de gran tamaño, Yaminuechelys, cuya longitud de caparazón alcanzaba los 80 centímetros, una dimensión que hace pensar en tortugas de agua dulce que alguna vez dominaron los ríos y arroyos del norte de Argentina, pero que actualmente no se encuentran en la región patagónica.

El depredador tope: el abelisaurio

Uno de los hallazgos más emocionantes para los investigadores fue el descubrimiento de una garra de pie que pertenecía a un carnívoro tope de su ecosistema: el abelisaurio. Este dinosaurio carnívoro, de aproximadamente 6 metros de largo, se caracterizaba por un cráneo robusto con dientes afilados como cuchillos. Los abelisaurios, como el famoso Carnotaurus, fueron algunos de los depredadores más comunes de la región durante el Cretácico, y su presencia en este hallazgo aporta valiosa información sobre las dinámicas ecológicas de ese entonces.

Un esfuerzo colaborativo

El descubrimiento fue posible gracias a un esfuerzo colaborativo entre diversas instituciones científicas, como el CONICET, el Museo Argentino de Ciencias Naturales, la Fundación Azara, el Museo Egidio Feruglio y la Universidad de la República de Uruguay. Además, la investigación fue realizada bajo los permisos otorgados por la provincia de Río Negro, siguiendo la ley provincial N° 3041 y su reglamentación, lo que garantiza la protección y preservación de este valioso patrimonio paleontológico.

El legado de Jorge Calvo

Este hallazgo no solo es significativo por la cantidad y diversidad de especies descubiertas, sino también por el homenaje póstumo a Jorge Calvo, paleontólogo especializado en dinosaurios patagónicos y recientemente fallecido. La nueva especie de dinosaurio herbívoro fue nombrada en su honor, como Chadititan Calvoi, un tributo a su contribución al estudio de la paleontología en la región.

Este descubrimiento no solo amplía nuestro conocimiento sobre los dinosaurios y los ecosistemas prehistóricos de la Patagonia, sino que también subraya la importancia de la región de Río Negro como un sitio clave para la investigación paleontológica, ofreciendo pistas sobre un pasado remoto que sigue asombrando a científicos de todo el mundo.

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