Cañadon Chileno, Rio Negro, 15 de abril de 2025. Un cambio histórico se vive en Cañadón Chileno, un pequeño paraje rural ubicado entre Laguna Blanca y Comallo, en la provincia de Río Negro. Gracias a una inversión provincial de $21 millones y al impulso de un sistema de energía solar híbrido, sus habitantes ahora disfrutan de suministro eléctrico durante las 24 horas del día, algo impensado hasta hace poco tiempo.

El proyecto, llevado adelante por la Secretaría de Energía y Ambiente de Río Negro, forma parte de una estrategia más amplia de inclusión energética en zonas rurales, impulsada por la gestión del gobernador Alberto Weretilneck. Esta política tiene como eje central el despliegue de energías limpias y sostenibles que resuelvan problemas estructurales y mejoren la calidad de vida en territorios históricamente postergados.
Energía limpia que mejora la vida cotidiana
Antes de esta intervención, las diez familias que habitan Cañadón Chileno contaban con electricidad solo durante 16 horas diarias. Con la puesta en marcha del nuevo sistema, la disponibilidad de energía se extendió a todo el día, beneficiando también a la escuela local, un destacamento de policía y un centro comunitario.
El sistema instalado combina la eficiencia de la energía solar con una solución de respaldo tradicional. Está compuesto por 20 paneles solares de 275 watts cada uno, tres inversores, dos reguladores de carga, un banco de baterías de 48 voltios y 1000 amperes, y un generador a gas que se activa solo en caso de necesidad.
Federico Hernández, referente de Generación Aislada dentro de la Secretaría de Energía y Ambiente, explicó que este tipo de sistemas están pensados no solo para extender el acceso eléctrico, sino también para reducir la dependencia de combustibles fósiles. “Buscamos disminuir el consumo de gas y avanzar hacia un modelo energético más sostenible. La energía solar permite cubrir gran parte de la demanda diaria sin recurrir al generador”, detalló.
Impacto real en la vida de las personas
Más allá de los aspectos técnicos, el impacto del proyecto se percibe en lo cotidiano. Poder conservar alimentos frescos, mantener la conectividad escolar y telefónica, calentar agua o simplemente prender una luz a la noche deja de ser un lujo para convertirse en una parte normal del día a día.
“El grupo electrógeno va a tener un uso mucho más limitado. Cuando el sistema solar está en funcionamiento, la energía que utilizan las familias es 100% renovable”, señaló Hernández, destacando el ahorro estimado del 50% en el consumo de gas para la provincia.
Además de los beneficios económicos y ambientales, este tipo de obras refuerzan el arraigo y la dignidad en las zonas rurales, muchas veces olvidadas por las grandes políticas públicas. Contar con energía constante significa también garantizar el derecho a la educación, a la seguridad, y a una vida más cómoda y saludable.
Un modelo replicable
El caso de Cañadón Chileno no es aislado. Se enmarca dentro de un plan provincial que busca replicar esta experiencia en otras localidades con características similares. “La idea es que cada vez más comunidades puedan acceder a energía limpia y continua, sin importar lo alejadas que estén de los centros urbanos”, concluyó Hernández.
Con este avance, Cañadón Chileno se convierte en ejemplo de cómo la tecnología y la voluntad política pueden transformar realidades, garantizando igualdad de oportunidades en todos los rincones de Río Negro.