Bariloche, Río Negro, 27 de junio de 2025.¿Sabías que una iniciativa local en la Comarca Andina está redefiniendo cómo pensamos en alimentos agroecológicos y certificaciones? El Sistema Participativo de Garantías Ecomarcal (SPG Ecomarcal), impulsado por el IRNAD‑UNRN y el DITSL de Alemania, está en pleno auge. Pero este no es un sistema tradicional: genera confianza directa, promueve la participación comunitaria y fortalece los lazos entre quienes producen, elaboran, comercializan y consumen alimentos agroecológicos. ¿Por qué está captando tanta atención? Vamos al fondo de esta noticia con los detalles más relevantes.
Foto: feria agroecológica en la comarca andina
El surgimiento del SPG Ecomarcal: mucho más que una certificación
El estudio, centrado en la provincia de Río Negro y Chubut, revela que el sistema ecomarcal no solo certifica calidad, sino que reconstruye relaciones sociales colectivas en torno a los alimentos agroecológicos. Aquí, productores, consumidores y técnicos se organizan para crear confianza y aprendizaje mutuo a través de una metodología participativa. Una estrategia que rompe con la lógica de las certificaciones tradicionales por terceros, generando innovación social y reforzando los valores de la agroecología.
«El estudio, centrado en la provincia de Río Negro y Chubut, revela que el sistema ecomarcal no solo certifica calidad, sino que reconstruye relaciones sociales colectivas en torno a los alimentos agroecológicos.»
Te puede interesar: Mariana Arregui“La agroecologia es una forma de vida”
Metodología de investigación robusta e integral
Para entender cómo funciona el SPG Ecomarcal, se aplicó un enfoque de investigación‑acción con intervención directa de estudiantes de Agroecología, proyectos de extensión y tesis doctorales. Esa combinación permitió:
Estudiar la participación comunitaria
Analizar dinámicas de confianza directa
Identificar buenas prácticas y espacios de mejora
El enfoque permitió observar un cambio real: los roles de productor, consumidor y técnico están cayendo en estructuras colectivas, generando un proceso compartido.
Resultados clave: ¿qué aporta el sistema ecomarcal?
Entre los hallazgos más destacados de la investigación:
Se evidencia la necesidad de resignificar los roles tradicionales, transformando la cadena productivo‑consumidor en un proceso colectivo.
Se identifican herramientas de diálogo participativo, como comités y visitas cruzadas que fortalecen la confianza.
El sistema fomenta el aprendizaje conjunto, no solo vinculado a cualidades técnicas, también a valores sociales y comunitarios.
Este modelo no se limita a Argentina: sigue el ejemplo de sistemas participativos emergentes en países como Marruecos, Brasil y Colombia.
Ventajas del SPG Ecomarcal frente a la certificación tradicional
A diferencia de las certificaciones convencionales (tercera parte), el SPG Ecomarcal ofrece:
Reducción de costos administrativos y de auditoría
Construcción de redes y relaciones locales
Capacitación técnica y social continua para productores
Aumento de la legitimidad gracias a la participación activa de los consumidores.
Además, fortalece un enfoque socio‑territorial, alineado con los sistemas agroalimentarios locales.
Cómo funciona paso a paso el sistema ecomarcal?
La estrategia implementada desde la región andina contempla un proceso de múltiples etapas:
Revisión bibliográfica y sistematización de experiencias previas.
Construcción colectiva de normas y planes de vida del SPG.
Creación de comités de diálogo, control y evaluación.
Visitas cruzadas: productores a fincas, consumidores a plantaciones.
Diseño colaborativo del sello e insignia del sistema ecomarcal.
Certificación participativa: otorgamiento del sello de confianza.
Fortalecimiento de mercados locales y giras de consumidores.
Consolidación de redes de comercialización comunitaria.
Monitoreo continuo y retroalimentación colectiva.
Se destaca el carácter flexible y colaborativo: estos pasos se realizan en forma secuencial o simultánea, adaptándose a cada realidad territorial.
Impacto social, económico y ecológico en la región
El SPG Ecomarcal está impulsando cambios significativos:
Promueve soberanía alimentaria y fortalece economías rurales.
Abre canales de venta locales más justos y directos.
Aumenta la transparencia y la confianza social entre productores y consumidores.
Fortalece las redes comunitarias, reduciendo la dependencia de intermediarios.
Preserva los suelos, el patrimonio agroecológico y los valores territoriales.
Este enfoque eco‑social genera un espacio educativo y cultural donde se fortalece la agroecología aplicada y la identidad territorial.
Presentación del sistema Ecomarcal, testimonio de Luisa Elman, estudiante de la Lic. En Agroecologia UNRN. Fuente: coop tv
Lo que viene: implicancias y proyecciones del sistema ecomarcal
La investigación publicada en Action Research plantea que este modelo podría ser replicado en otras regiones, con adaptaciones territoriales. A futuro, se espera que:
El SPG Ecomarcal se convierta en herramienta política y económica para comunidades rurales.
Surjan nuevas alianzas con entidades públicas, organizaciones sociales, universidades e instituciones.
El sistema se consolide como referente en certificación agroecológica en Argentina.
Además, sugiere que sumar productores en transición y consolidar instrumentos técnicos fortalecerá su impacto.
Recomendaciones para fortalecer el sistema ecomarcal
Con el respaldo de los hallazgos, las siguientes acciones potenciarían aún más el SPG Ecomarcal:
Profundizar la formación técnica y social tanto de productores como consumidores.
Fortalecer la visibilidad pública del sello, en ferias, medios y redes.
Explorar modelos de cooperación internacional, aprendiendo de experiencias globales.
Establecer métricas de impacto: indicadores sociales, ambientales y económicos.
Consolidar una red institucional, con apoyo de gobiernos locales y universidades.
Hacia un nuevo paradigma agroecológico con rostro humano y comunitario
El desarrollo y análisis del Sistema Participativo de Garantías Ecomarcal no solo representa un avance técnico en la forma de certificar alimentos agroecológicos, sino que constituye una verdadera transformación cultural y territorial. Este sistema, arraigado en los principios de confianza, horizontalidad, soberanía alimentaria y justicia social, está reconfigurando las relaciones entre quienes producen, elaboran, comercializan y consumen. Y lo hace desde abajo, desde los vínculos comunitarios que muchas veces escapan a las lógicas dominantes del mercado agroindustrial y las certificaciones corporativas.
La investigación impulsada por la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN), en conjunto con el DITSL de Alemania, demuestra que es posible construir modelos alternativos de desarrollo agroalimentario, con base en la participación directa, el diálogo y la transparencia. Lo más interesante es que el SPG Ecomarcal no se presenta como una solución cerrada o uniforme, sino como una herramienta viva, flexible y en constante evolución. Se adapta al territorio, a las personas, a sus valores, y crece junto con las redes de confianza que se consolidan en ferias, chacras, encuentros de intercambio y visitas cruzadas.
Te puede interesar: La UNRN abre la Maestría en Agroecología en la Sede Andina
Este modelo tiene un potencial inmenso para replicarse en otros contextos rurales del país, sobre todo en aquellos que han sido históricamente marginados por los sistemas de certificación formal o que buscan mayor autonomía frente a estructuras burocráticas costosas y lejanas. La validación social de los alimentos agroecológicos a través del SPG no solo fortalece la economía regional, sino que también revaloriza los saberes locales, la cultura del trabajo colectivo y el consumo consciente.
A su vez, esta experiencia nos obliga a repensar nuestras prácticas como consumidores. ¿Conocemos de dónde vienen los alimentos que llevamos a nuestra mesa? ¿Sabemos quién los produce, bajo qué condiciones, con qué valores? El SPG Ecomarcal ofrece una respuesta concreta a estas preguntas, al involucrar a toda la comunidad en el proceso de evaluación y seguimiento. Esto convierte al consumidor en co‑responsable y no en un simple receptor pasivo, generando un nuevo tipo de ciudadanía agroalimentaria, activa y empática.
Desde una perspectiva institucional, el aporte del IRNAD y la UNRN a través de esta investigación no solo se limita al ámbito académico, sino que reafirma el compromiso de la universidad pública con el desarrollo local, la democratización del conocimiento y la construcción de territorios más justos, resilientes y sostenibles. La articulación entre ciencia, política pública y actores territoriales resulta clave para escalar este tipo de iniciativas, brindarles legitimidad y proyectarlas como políticas de Estado en materia agroecológica.
En definitiva, el Sistema Participativo de Garantías Ecomarcal no es simplemente una herramienta de certificación alternativa: es un espejo que refleja lo mejor de nuestras capacidades como sociedad. Nos muestra que es posible reconstruir la confianza, fomentar prácticas productivas responsables, valorizar el trabajo digno y fortalecer la autonomía de los pueblos. Y lo hace desde el corazón de la Comarca Andina, con alimentos agroecológicos como motor de cambio y con personas reales que apuestan día a día por una forma distinta de vivir, producir y alimentarse.
Este modelo merece ser visibilizado, replicado y defendido. Porque en tiempos de crisis ambiental, desigualdad y desconexión, iniciativas como esta nos devuelven algo esencial: la esperanza de que otro sistema agroalimentario, más humano, local y agroecológico, no solo es necesario, sino plenamente posible.
