MONITOREO Y ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN GEOPOLÍTICA EN EL MUNDO Y SU IMPLICANCIA EN LA PATAGONIA

Minería y Desarrollo Sustentable: Río Negro impulsa una nueva era para la minería verde en la Patagonia

Minería y Desarrollo Sustentable: Río Negro impulsa una nueva era para la minería verde en la Patagonia

Viedma, Rio Negro, 30 de junio de 2025. ¿Cuál es el verdadero costo de extraer riqueza del subsuelo? ¿Es posible que la “minería” deje de ser una amenaza para transformarse en una aliada del desarrollo sostenible? Estas preguntas no sólo resonaron en los pasillos del Centro Cultural de Viedma, sino también en la conciencia colectiva de una provincia que empieza a redefinir su relación con los recursos naturales. Durante dos jornadas intensas, funcionarios, especialistas, empresarios, sindicatos y comunidades debatieron cara a cara el futuro de la minería en Río Negro, con un enfoque que dejó atrás la visión extractivista tradicional y puso el foco en la sustentabilidad, el consenso y la participación.

La provincia patagónica, dueña de un potencial geológico envidiable, avanza hacia un modelo minero basado en la planificación estratégica, la normativa ambiental robusta y la licencia social. El encuentro no fue un simple evento técnico: fue una declaración política y cultural sobre el tipo de desarrollo que se busca construir en el siglo XXI. En este contexto, hablar de “minería y Desarrollo Sustentable” ya no es un oxímoron, sino una hoja de ruta posible si se dan las condiciones adecuadas.

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Río Negro: una reserva geológica estratégica para la transición energética

El territorio rionegrino posee más del 70% de su superficie con potencial geológico minero, lo que lo convierte en una pieza clave dentro del mapa nacional de la minería argentina. La región cuenta con reservas de oro, plata, litio, cobre y uranio, minerales considerados esenciales para la transición energética global. En un mundo que acelera hacia las energías limpias y la descarbonización, estos recursos cobran un valor estratégico que va mucho más allá del ingreso fiscal o la generación de empleo.

Pero la abundancia geológica no garantiza un desarrollo armónico. La clave está en cómo se gestiona, quién participa, qué se protege y quiénes se benefician. Río Negro parece haber tomado nota de las experiencias fallidas en otras provincias como Chubut o Mendoza, donde la falta de consenso social detuvo proyectos millonarios. Por eso, el foco ahora está en generar un ecosistema minero sustentable que incluya no sólo a los grandes capitales, sino también a las pymes, las cooperativas, los gobiernos locales y las comunidades indígenas.

Nueva normativa, participación ciudadana y control ambiental

Uno de los ejes más relevantes del encuentro fue la presentación del nuevo Código de Procedimientos Mineros y la reactivación del Consejo Provincial de Evaluación Ambiental Minera (COPEAM). Este órgano técnico, compuesto por especialistas del Estado y de universidades públicas, busca elevar los estándares ambientales de la actividad minera en la provincia. El objetivo es claro: que ningún proyecto avance sin un análisis riguroso, transparente y participativo.

Además, se destacó el rol de las audiencias públicas como herramienta de democratización. El caso del proyecto Calcatreu, en la Región Sur, fue puesto como ejemplo: tras años de polémicas, la empresa Patagonia Gold accedió a someter el proyecto a consulta ciudadana, lo que permitió generar un proceso de diálogo sin precedentes en la zona. Este enfoque marca un antes y un después en la relación entre minería y sociedad: ya no se trata sólo de extraer minerales, sino de construir legitimidad.

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Economía circular y sinergias con el turismo y la producción regional

Uno de los aspectos más innovadores del debate fue la búsqueda de sinergias entre la minería y otras actividades económicas clave de la región, como el turismo, la agroecología y la producción artesanal. Se planteó, por ejemplo, el desarrollo del “turismo geológico”, una modalidad que permite conocer y recorrer antiguos yacimientos o áreas con particularidades minerales, integrando la educación ambiental y la puesta en valor del patrimonio natural.

También se destacaron experiencias de economía circular vinculadas a la actividad minera, como la reutilización de residuos industriales, la depuración de aguas grises, la generación de energía solar en campamentos mineros y el reciclado de materiales. Estos enfoques permiten reducir el impacto ambiental, generar empleo local y diversificar la matriz económica de las comunidades que históricamente dependieron de actividades primarias extractivas.

Riesgos ambientales y estrategias de mitigación con base científica

Pese al entusiasmo por un modelo minero sustentable, no se omitieron los riesgos ambientales inherentes a la actividad. El uso intensivo de agua, la generación de residuos peligrosos y la posibilidad de contaminación de napas y cursos superficiales siguen siendo preocupaciones legítimas de las comunidades.

Frente a esto, se presentaron soluciones tecnológicas que buscan minimizar el impacto: técnicas de extracción sin cianuro, sistemas de circuito cerrado para el uso de agua, monitoreo satelital en tiempo real, drones para la inspección ambiental y protocolos de cierre de mina con restauración paisajística. Se destacó también la importancia de contar con observatorios científicos y participación universitaria para auditar permanentemente la calidad ambiental de los proyectos.

Calcatreu: un caso testigo para repensar la minería en la Patagonia

El proyecto Calcatreu, ubicado cerca de Ingeniero Jacobacci, fue uno de los temas centrales del foro. Este yacimiento de oro y plata ha pasado por distintas manos y controversias a lo largo de los años. Actualmente, bajo control de Patagonia Gold, busca posicionarse como un ejemplo de minería responsable en la región.

La empresa presentó datos sobre inversión prevista, generación de empleo (más de 750 puestos directos), participación de proveedores locales y planes de remediación ambiental. Además, se comprometió a realizar la audiencia pública, un hecho inédito en la historia reciente de la minería rionegrina. Este caso podría sentar las bases para futuros desarrollos mineros con aval social y estándares de sustentabilidad.

El espejo de Chubut: una advertencia sobre lo que puede fallar

Durante el debate también se abordaron comparaciones con otras provincias. Chubut, con un potencial geológico similar, ha visto estancado su desarrollo minero por falta de acuerdos sociales y rechazo de amplios sectores ciudadanos. El caso de la Meseta, donde comunidades enteras se oponen al avance de proyectos, fue analizado como ejemplo de lo que ocurre cuando el diálogo se rompe y el Estado no regula con firmeza.

Río Negro, en cambio, parece haber comprendido que no hay desarrollo posible sin licencia social. La inclusión de sindicatos, universidades, pueblos originarios, cámaras empresariales y ONG ambientales en el debate es parte de una estrategia integral que busca evitar conflictos sociales y promover una minería que conviva con el medio ambiente y la cultura local.

El valor geopolítico de los minerales estratégicos

La minería no es un fenómeno aislado ni local. En un contexto global de transición energética, los minerales estratégicos como el litio, el cobre, el níquel y el uranio se han convertido en activos codiciados por las grandes potencias. Río Negro, al igual que otras provincias del norte y sur argentino, tiene un rol cada vez más relevante como proveedor de estos recursos críticos.

Esta condición implica una gran responsabilidad: no basta con exportar materia prima, es necesario garantizar que la extracción se haga bajo estándares internacionales, respetando los derechos humanos y cuidando los ecosistemas. En este sentido, las iniciativas rionegrinas de control, transparencia y planificación se alinean con las mejores prácticas globales, y podrían servir de ejemplo para otros países de América Latina.

Recomendaciones para una minería verdaderamente sustentable

De las múltiples conclusiones que surgieron del encuentro, pueden destacarse algunas líneas de acción fundamentales. En primer lugar, es indispensable que toda política minera se base en la transparencia y la participación real de la ciudadanía. No debe haber proyectos aprobados entre gallos y medianoche, ni ocultamiento de información técnica. En segundo lugar, la regulación debe ser fuerte y aplicada sin excepciones, con auditorías periódicas, sanciones ejemplares y monitoreo comunitario.

Otro eje clave es que las inversiones mineras deben traducirse en beneficios tangibles para las poblaciones locales: empleo digno, formación técnica, obras de infraestructura, financiamiento para emprendedores, y participación en la renta minera. Finalmente, la sustentabilidad implica mirar más allá del hoy: planificar el cierre de mina, restaurar los paisajes, preservar la biodiversidad y documentar los impactos con rigor científico.

Minería con rostro humano y mirada de futuro

En resumen, Río Negro se posiciona como una provincia pionera en demostrar que la minería puede ser parte de un modelo de desarrollo sustentable, inclusivo y con legitimidad social. No se trata de negar los riesgos ni idealizar la actividad, sino de ponerle límites claros, reglas justas y un enfoque estratégico que priorice el bien común. El desafío ahora será sostener estos principios en el tiempo, garantizar su implementación y evitar que las urgencias económicas erosionen los avances logrados.

Si se logra ese equilibrio, la minería no será una amenaza sino una oportunidad. Una herramienta —entre muchas otras— para construir una Patagonia fuerte, diversa, tecnológicamente preparada y ambientalmente consciente.

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