Bariloche, Rio Negro, 10 de julio de 2025.¿Puede una provincia convertirse en ejemplo de planificación territorial frente al cambio climático? ¿Qué sucede cuando los saberes locales, las instituciones y la ciudadanía se unen para construir una hoja de ruta ambiental? Río Negro avanza con una propuesta concreta: validar en cada rincón del territorio su Plan Provincial de Respuesta al Cambio Climático, a través de talleres participativos que convocan a actores diversos. En esta nota te contamos cómo se vivió el encuentro realizado en Bariloche, qué acciones se discutieron, cómo se involucran los municipios, y por qué esto puede ser clave para la resiliencia climática de toda la región.
Contexto y Alcance del Proceso de Validación Territorial
El Plan Provincial de Respuesta al Cambio Climático no es simplemente un documento técnico elaborado por funcionarios en escritorios cerrados. Es una construcción colectiva que se nutre de la experiencia, el conocimiento y las necesidades reales de los actores del territorio. Desde hace meses, la Secretaría de Ambiente y Cambio Climático de Río Negro despliega una serie de encuentros participativos a lo largo y ancho de la provincia, buscando validar de forma abierta y transparente los lineamientos del plan. En esta segunda instancia, la ciudad de San Carlos de Bariloche fue el epicentro de una jornada que reunió a representantes municipales, organizaciones sociales, cooperativas, instituciones educativas y sectores productivos de la Zona Andina.
El evento, realizado en el Centro Municipal de Arte, Ciencia y Tecnología “Puerto San Carlos”, marcó un hito por la calidad del debate, la diversidad de aportes y la voluntad de cocrear políticas públicas ambientales con sentido territorial. Lejos de ser un encuentro simbólico, la jornada se enfocó en revisar y enriquecer el documento base del plan, con especial énfasis en las estrategias de mitigación y adaptación. Este enfoque participativo responde no solo a una necesidad técnica, sino también a una exigencia ética: las políticas ambientales deben construirse desde abajo, con una mirada local, inclusiva y situada.
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Gran participación en el encuentro de Cambio climático en Bariloche
Qué se Validó en el Taller de Bariloche
Durante el desarrollo del taller, los y las participantes trabajaron intensamente en comisiones temáticas, donde se abordaron los diferentes ejes estratégicos del plan. Una de las actividades centrales fue la revisión crítica del borrador del Plan Provincial, identificando fortalezas, debilidades, vacíos y oportunidades. A su vez, se priorizaron las acciones según las características específicas del territorio andino, con el objetivo de no replicar modelos generales, sino diseñar estrategias adaptadas a la realidad de Bariloche, El Bolsón, Pilcaniyeu y otras localidades de la región.
Además, se debatieron mecanismos de financiamiento posibles, incluyendo fondos públicos provinciales, nacionales e internacionales, así como aportes de actores privados. También se planteó la importancia de contar con instrumentos de medición y seguimiento de las políticas climáticas, a través de indicadores de impacto, evaluaciones periódicas y plataformas digitales accesibles. Otro eje de trabajo fue el fortalecimiento de capacidades locales: capacitación de agentes municipales, creación de redes entre actores locales, e integración del cambio climático en planes de desarrollo local.

Autirudades de ambiente provincial encabezaron el encuentro
Uno de los aspectos más enriquecedores fue el diálogo horizontal entre saberes técnicos y saberes comunitarios. Se reconoció el valor del conocimiento indígena, la experiencia de productores agroecológicos y las prácticas ambientales de las cooperativas de trabajo. Este cruce de saberes permite construir un plan más robusto, legítimo y efectivo, que no solo aspire a cumplir metas, sino que genere sentido de pertenencia y compromiso social.
Declaraciones Clave: El Compromiso Institucional
La apertura del taller estuvo a cargo de la secretaria de Ambiente y Cambio Climático de la provincia, Judith Jiménez, quien remarcó la importancia del proceso participativo como eje rector del plan. “El cambio climático no es un problema del futuro, es una realidad del presente que exige respuestas colectivas e integradas. Por eso estamos acá, para construir juntos una herramienta que nos prepare para enfrentar los desafíos que vienen”, expresó Jiménez ante una audiencia atenta y activa.
«El cambio climático no es un problema del futuro, es una realidad del presente que exige respuestas colectivas e integradas. Por eso estamos acá, para construir juntos una herramienta que nos prepare para enfrentar los desafíos que vienen»
Judith Giménez, Secretaría de Ambiente y Cambio Climático de Río Negro
Las palabras de la funcionaria no fueron solo un gesto discursivo. Reflejan una visión política y técnica que busca construir legitimidad social, cohesión territorial y coherencia institucional. En otras palabras, se trata de una política climática con rostro humano, con anclaje local, y con voluntad de transformar la planificación ambiental en una práctica cotidiana, sustentada en la participación, la evidencia científica y la solidaridad intergeneracional.
Adaptación y Mitigación: ¿Qué Tienen en Común?
Uno de los principales debates del taller giró en torno a la articulación entre las estrategias de adaptación y las de mitigación. Mientras que la adaptación busca preparar a las comunidades y ecosistemas para resistir los impactos del cambio climático —como inundaciones, olas de calor, sequías o incendios—, la mitigación apunta a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que provocan el calentamiento global.
En este sentido, se discutieron medidas concretas de adaptación, como la mejora de los sistemas de alerta temprana, la creación de reservas hídricas comunitarias, el rediseño de infraestructuras críticas y la integración del riesgo climático en los planes urbanos. También se propusieron acciones de mitigación, como la promoción de energías renovables, la eficiencia energética en edificios públicos, el fomento de la movilidad sustentable y la producción agropecuaria con bajo impacto ambiental.
Ambas estrategias son complementarias, y su integración en un único plan provincial permite diseñar políticas más coherentes, efectivas y sostenibles. A su vez, se destacó la necesidad de territorializar estas estrategias, para que respondan a las particularidades climáticas, sociales y productivas de cada zona.
Conocimiento Técnico y Saber Comunitario: Una Receta Clave
El taller en Bariloche dejó en claro que no se puede construir una política climática sólida sin integrar el conocimiento técnico con el saber comunitario. Esta articulación no solo enriquece las propuestas, sino que legitima el proceso y lo hace más resiliente a lo largo del tiempo. En la jornada participaron técnicos del INTA, representantes de universidades, educadores ambientales, productores locales, referentes indígenas y activistas territoriales.
Por ejemplo, se valoraron los aportes de comunidades mapuche que han desarrollado prácticas de manejo del agua y del fuego adaptadas al ecosistema andino, así como experiencias de transición energética en cooperativas de El Bolsón. Estas vivencias permiten pensar el cambio climático no solo como una amenaza, sino como una oportunidad para repensar nuestras formas de vida, de producción y de relación con la naturaleza.
Incorporar este enfoque multiactoral y pluricultural no es un gesto simbólico: es una estrategia de política pública basada en el respeto, la horizontalidad y la innovación social.
Financiamiento: Clave para la Ejecución
Uno de los grandes desafíos para la implementación del Plan Provincial es el acceso a financiamiento suficiente, equitativo y transparente. En este sentido, durante el taller se debatieron múltiples vías para garantizar recursos que permitan ejecutar las acciones previstas. Se propuso combinar aportes provinciales con líneas de financiamiento del gobierno nacional, fondos del Consejo Federal de Inversiones (CFI), programas de cooperación internacional y alianzas público-privadas.
También se mencionó la posibilidad de aplicar mecanismos innovadores como los bonos de carbono, los fideicomisos climáticos y las plataformas de financiamiento colectivo para proyectos comunitarios. Se sugirió además que los municipios generen ordenanzas que creen fondos locales para la acción climática, alimentados por tasas ambientales, multas por contaminación o aportes voluntarios de empresas.
Estas estrategias requieren transparencia, seguimiento ciudadano y una planificación financiera realista. El desafío no es solo conseguir dinero, sino administrarlo de forma eficaz, justa y con resultados verificables.
Zonas Rurales e Indígenas: Quiénes Participan
La participación de comunidades rurales e indígenas fue uno de los aspectos más destacados del taller. Estas poblaciones, muchas veces invisibilizadas en los procesos de planificación, son las primeras en sufrir los efectos del cambio climático y las que poseen conocimientos ancestrales para enfrentarlos. Su inclusión no es una concesión: es una necesidad estratégica.
En Bariloche participaron comisionados de fomento, representantes de comunidades originarias, referentes del sector rural, docentes rurales y técnicos extensionistas. Se debatieron problemáticas específicas como la erosión de suelos, la pérdida de fuentes de agua, la migración por razones climáticas y la necesidad de políticas interculturales de adaptación.
Incorporar estas voces es esencial para diseñar un plan que no deje a nadie afuera, que respete la diversidad cultural y que apueste a un desarrollo verdaderamente sustentable.
Relevancia del CFI y Apoyo Técnico Local
El Consejo Federal de Inversiones (CFI) juega un rol clave como articulador técnico y financiero en este proceso. Su apoyo permite que la provincia acceda a asistencia especializada, capacitaciones, elaboración de diagnósticos y formulación de proyectos. Durante el taller, los equipos del CFI acompañaron las discusiones, compartieron herramientas metodológicas y ofrecieron asesoramiento para convertir las ideas en políticas públicas concretas.
A esto se suma el trabajo de universidades, ONGs, consultoras técnicas y redes de municipios que aportan experiencia, herramientas y capacidad de implementación. Esta sinergia público-privada fortalece la viabilidad del plan y amplía sus posibilidades de impacto.
Acciones Inmediatas y Hoja de Ruta Futura
El Plan Provincial no es una iniciativa aislada, sino parte de un proceso más amplio que seguirá desarrollándose en los próximos meses. Luego del taller de Bariloche, se prevén nuevos encuentros en otras regiones de la provincia: Valle Inferior, Zona Atlántica, Alto Valle y Región Sur. Cada uno de estos encuentros permitirá adaptar el plan a las realidades locales, validar propuestas y construir consensos.
Una vez finalizado el proceso participativo, se consolidará un documento final que será elevado a instancias legislativas y ejecutivas para su aprobación e implementación. El cronograma contempla acciones piloto, fases de monitoreo, campañas de comunicación y un sistema de evaluación continua.
Por Qué Esto Puede Interesarte
Si trabajás en una escuela, en un municipio, en una cooperativa, en una ONG o en un proyecto productivo, este plan te involucra. No es una política lejana ni técnica: es una herramienta viva, en construcción, que puede ofrecerte recursos, formación, redes y visibilidad. Participar significa aportar tu voz, tu experiencia y tu compromiso.
Además, el plan plantea desafíos que afectan tu vida cotidiana: cómo se gestionará el agua, qué energía consumiremos, qué alimentos produciremos, cómo cuidaremos nuestros bosques. En tiempos de crisis climática, cada decisión cuenta, y este plan es una invitación a decidir colectivamente.
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