Catalogadas como “chancho del río” por los especialistas, esta especie es muy popular entre los pescadores de la región ya que la consideran como una invasora de las especies autóctonas.

“Si bien hacemos generalmente pesca deportiva cada tanto tratamos de sacrificar alguna carpa para lograr un equilibrio en el río”, explicó a LMN Carlos Dziadek, un experimentado pescador de la ciudad.

La pesca de estos especímenes se da de forma especial, con un plomo de 60 gramos que “clave el anzuelo al fondo”. Sin embargo, según explicó Moreno “aunque haya 500 pescadores en la misma zona no lograrían combatir la carpa”, lo que detalla la capacidad de reproducción que tiene la especie en las aguas del Limay.

Por esta razón se empezaron a habilitar otro tipo de pescas en la zona como la que se hace con masa, que consta de un pan de “harina con distintas recetas, que pueden tener desde esencia de vainilla hasta lo que se ocurra con un anzuelo pequeño adentro”.

“La idea es que la gente que las pesca las pueda aprovechar. Que si la pescan no la liberen y si no la quieren comer que se la regalen a alguien porque tiene mucha carne y suele ser una buena opción para la gente que más lo necesita ya que puede llegar a pesar hasta unos 6 kilos”, comentó Moreno.

Lo cierto, es que el fenómeno de la carpa en la provincia de Neuquén trae más consecuencias negativas que positivas y las autoridades guardafaunas de la región ya empezaron a tomar medidas para poder mitigar estos efectos. Para ello habilitaron varios tipos de pesca de carpa y expusieron que “no hay límites de acopio”. Es decir, uno puede pescar la cantidad que desee.

En parte, que las carpas se acerquen hasta la costa balnearia se debe a la gran cantidad de animales de esta especie en la región y aunque “la gente se asuste por el tamaño que tienen-que puede alcanzar los 80 cm de largo- no hay riesgo para las personas” concluyó el especialista

Fuente: La Mañana Neuquén