La fundación Por el Mar (PEM) trabaja desde hace un año en los aproximadamente 1000 kilómetros de costa de Santa Cruz y en Tierra del Fuego, en la investigación de un bosque de macroalgas que resulta clave para la mitigación del cambio climático, informaron fuentes ambientalistas.
“Estamos hace un año trabajando en este corredor de algas de los bosques sumergidos en los que el mundo ha puesto el foco en esta década porque se sabe que este ecosistema es clave para la mitigación del Cambio Climático, porque tiene una capacidad mucho más grande que el Amazonas de capturar carbono”, explicó a Télam Marina Sasso, de la fundación PEM.
La ambientalista resaltó que “hoy el mundo está mirando este ecosistema, la agenda internacional está mirando cuáles son las medidas que va a tomar con este ecosistema la Argentina, que así como fue pionera y reconocida en el mundo por la regulación de la salmonicultura, puede ser pionera en la conservación de lo que es este Amazonas del mar”.
Según informó, “en el mundo este ecosistema ya perdió casi un 40 por ciento y eso tiene que ver con varias razones, una de ellas es el cambio de la temperatura del agua”, condición que “en la Patagonia no cambió en los últimos 50 años y se prevé que no va a cambiar por los próximos 50”.
El dato científico surge de un estudio publicado en 2020 por Fried Lander, “que descubre que en el Atlántico Sur a diferencia de todas las partes del mundo, la temperatura del agua no cambió”.
“En Argentina, en Sudáfrica y en algunas partes de Escocia y Chile, permanecen los últimos remanentes de este bosque de macroalgas en estado pristino, entonces la misión que tiene la fundación Por el Mar en Argentina es buscar la protección de este ecosistema principalmente y ofrecer prácticas sostenibles”, indicó.
Sasso amplió que “este ecosistema se cosecha en Chile y otras partes del mundo y esa fue una de las principales causas de que este ecosistema disminuya, la mala práctica”.
“Por eso estamos enfocados en acercar a la Argentina las mejores prácticas en relación este ecosistema, para asegurarnos que se mantenga pristino y con la relevancia que está cobrando la Patagonia Argentina a nivel mundial por su capacidad de hacer frente a la crisis climática”, añadió.
La ambientalista precisó que el bosque kelp como se denomina esta alga, “tiene una parte muy pequeña en Chubut y la mayor concentración se ubica en la costa de Santa Cruz y Tierra del Fuego”.
En esta última recientemente se creó el área natural protegida Península Mitre, destinada a esa protección, en 200 mil hectáreas de bosque de kelp en Tierra del Fuego y en la isla de los Estados.
“En Santa Cruz estamos en Puerto Deseado, Puerto San Julián y en Río Gallegos y en Tierra del Fuego, en Ushuaia, donde los investigadores hacen expediciones científicas, se sumergen en los bosques de algas y buscan los argumentos para que después los tomadores de decisiones puedan tomar las correctas medidas en este ecosistema”, agregó.
Sasso destacó que “gracias a los resultados de un año de trabajo pudimos impulsar la firma de dos convenios con Nación y provincia”.
Por un lado está un convenio marco con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, la Administración de Parques Nacionales, el Gobierno de Santa Cruz y la fundación PEM que “busca abrir un espacio de trabajo a la fundación en la costa, sobre todo en los tres parques interjurisdiccionales, Monte León, Pingüinos y Makenke”.
“Se trata de generar la información necesaria para la toma de las decisiones correctas en la gestión del recurso y así proteger y restaurar el sistema marino de la provincia”, agregó.
El otro es un acuerdo cuatripartito, en el que PEM se suma a otras organizaciones ambientalistas que trabajan hace más de 30 años en la provincia, en conservación marina desde la ciencia y la educación: Ambiente Sur, Fundación Conociendo Nuestra Casa y Fundación Cethus.
“Nos asociamos los cuatro para trabajar en un plan de largo plazo para la conservación marina, cada uno en su foco y en esa línea se firmó un convenio entre estas cuatro organizaciones y el Gobierno de Santa Cruz, para darle un marco al trabajo importante que se está haciendo y que se va a hacer en los próximos años”, afirmó.
La ambientalista reflexionó que “entre todos, podemos construir una visión de desarrollo sostenible y conservación marina tanto para la provincia como para la Humanidad. Creo que el trabajo colaborativo fortalece cualquier objetivo que se quiera lograr”.
“Ver la voluntad política que cuesta siempre mucho, que por lo menos hay una puerta abierta a ver lo que hay para gestionarlo mejor, es un faro de inspiración”, concluyó.
Fuente: Télam