MONITOREO Y ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN GEOPOLÍTICA EN EL MUNDO Y SU IMPLICANCIA EN LA PATAGONIA

Argentina se sube a la transición energética y pone sus fichas al hidrógeno

El objetivo previsto en la flamante estrategia nacional del sector es abastecer el 5% de la demanda global de hidrógeno de bajas emisiones para el año 2050. ¿Cuáles son los nichos de mercado que nuestro país aspira a conquistar?

Con el reciente lanzamiento de la Estrategia Nacional para el Desarrollo de la Economía del HidrógenoArgentina dio a conocer su hoja de ruta para posicionarse en este futuro mercado energético. Entre las ambiciosas metas anunciadas por el Gobierno, se encuentran la producción total de 5 toneladas anuales de hidrógeno de bajas emisiones para el año 2050, de las cuales 4 serán destinadas a la exportación. Se calcula la creación de 82.000 empleos de calidad en esta nueva industria.

¿Qué es el hidrógeno y cómo se produce?

El hidrógeno es el elemento más ligero y abundante del universo, aunque no es posible encontrarlo en forma aislada en la naturaleza. Se lo obtiene a partir de la separación de las moléculas que componen distintos compuestos químicos. En la actualidad, existe una industria del hidrógeno con aplicaciones específicas. De hecho, nuestro país tiene una larga experiencia en su uso para la producción de fertilizantes y en los complejos siderúrgico y petroquímico, entre otros sectores.

Liliana Mogni, investigadora del Centro Atómico Bariloche, es una de las mayores expertas argentinas en la materia.

“Hoy el desafío es la utilización del hidrógeno como vector energético”, explicó a DEF la doctora Liliana Mogni, jefa del Departamento de Caracterización de Materiales del Centro Atómico Bariloche. Con vistas al objetivo de “descarbonización” de la economía, para lograr su producción ambientalmente sostenible hay que “optimizar la forma de obtener el hidrógeno, de manera de dejar una muy baja huella de carbono”, añadió esta investigadora principal del Conicet, quien obtuvo el Premio Nacional L’Oréal-Unesco a la Mujer en la Ciencia 2022.

Tal como precisó la especialista, “para que la tecnología sea una solución, es necesario que durante la producción del hidrógeno la emisión de carbono sea mínima”. Hoy estamos muy lejos de ese escenario: se estima que solo un 4% del hidrógeno utilizado en la industria se obtiene a partir de procesos electroquímicos limpios. El resto se produce a partir de combustibles fósiles, entre los que se encuentran el denominado “hidrógeno gris”, que se obtiene del gas natural, y el llamado “hidrógeno negro o marrón”, a partir de la gasificación del carbón.

El desafío es la utilización del hidrógeno como vector energético, en vistas al objetivo de descarbonización de la economía.

¿Cuáles son los objetivos de la estrategia nacional?

Argentina produce actualmente 0,4 toneladas de “hidrógeno gris” para consumo interno. “La existencia de un mercado local maduro es una de las fortalezas que exhibe nuestro país para impulsar la economía del hidrógeno de bajas emisiones”, señala la estrategia nacional del sector, que pondera las posibilidades de avanzar en prototipos y producción a pequeña escala de hidrógeno a partir de métodos sustentables.

De acá a 2050, Argentina espera desarrollar el know-how local y atraer inversiones que permitan producir hidrógeno de bajas emisiones. La mira está puesta, específicamente, en tres nichos: 

  • Hidrógeno verde: producido a partir de energías renovables
  • Hidrógeno rosa: obtenido mediante procesos vinculados a la energía nuclear
  • Hidrógeno azul: producido a partir de la captura y almacenamiento de dióxido de carbono

En el primer caso, el del hidrógeno verde, la Patagonia está muy bien posicionada por su recurso eólico y también existen desarrollos de energía solar fotovoltaica en el norte y en Cuyo. Mientras tanto, el desarrollo del prototipo de reactor nuclear modular CAREM por parte de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) podría habilitar la producción de hidrógeno rosa

Y, en cuanto al hidrógeno azul, la cuenca neuquina cuenta con el segundo reservorio de gas no convencional del mundo, Vaca Muerta, que presenta un escenario muy competitivo en este tercer nicho.

El proyecto de reactor modular CAREM, en Atucha, podría posicionar al país como productor de hidrógeno rosa.

Tecnología nacional: del laboratorio a la industria

En cuanto a la tecnología necesaria para avanzar en la producción de hidrógeno limpio, ya se están desarrollando distintos proyectos en el país. Es el caso de los electrolizadores y las pilas de combustibles, definidos por Liliana Mogni como la “herramienta clave para la transición energética”.

“Son dos caras de una misma moneda: con los electrolizadores se obtiene el hidrógeno (H2) a partir de la separación de la molécula de H2O (agua), mientras que las pilas de combustible nos permiten almacenarlo”, aclaró.

“El rendimiento de las pilas de combustible y los electrolizadores depende de lo que sucede a una escala más pequeña que la microscópica, en los materiales que componen las membranas y los electrodos, que funcionan como conductores eléctricos”, ilustró la investigadora. Justamente, el equipo que tiene a su cargo en el Centro Atómico Bariloche estudia nanomateriales cerámicos para electrolizadores y pilas de combustibles de alta temperatura.

Argentina necesitaría 30.000 MW de electrolizadores para cumplir la meta de producción de hidrógeno limpio en 2050.

“En los electrolizadores -señaló Mogni-, este tipo de tecnología permite producir hidrógeno con mayor rendimiento eléctrico debido al aprovechamiento del calor”. Mientras tanto, en el caso de las pilas de combustibles el objetivo es lograr que estas sean más eficientes en la conversión del combustible (H2) en energía eléctrica y en el aprovechamiento del calor, un subproducto de ese mismo proceso. “La meta es aumentar la eficacia de los dispositivos a escala del laboratorio, para luego transferirlos a la industria”, completó.

En el horizonte de 2050 al que apunta el Plan Estratégico del Hidrógeno, para la producción proyectada de 5 toneladas anuales se necesitarán, al menos, 30.000 megavatios de electrolizadores y 55.000 megavatios de capacidad renovable instalada. La meta de inversiones proyectadas está en el orden de los 90.000 millones de dólares en las próximas tres décadas.

Fuente: defonline.com.ar/energia-mineria

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