En medio de una creciente escalada de violencia en Medio Oriente, Argentina ha tomado la decisión de unirse a las Fuerzas Marítimas Combinadas (CMF), una coalición internacional liderada por Estados Unidos que tiene como misión garantizar la seguridad en algunas de las vías comerciales más cruciales del mundo. Esta decisión se produce en un contexto marcado por tensiones regionales y ha sido confirmada por el presidente Javier Milei, quien anunció un cambio significativo en la política exterior argentina.

Las CMF fueron establecidas tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 como parte de la guerra contra el terrorismo. En la actualidad, la fuerza incluye a 46 países y se centra en la patrulla y protección de áreas estratégicas, incluyendo el Golfo de Omán y el Mar Arábigo. Un componente de esta fuerza se dedicará a contrarrestar los ataques de la milicia hutí, que ha incrementado sus acciones desde que Israel intensificó su ofensiva en Gaza.

En su discurso ante la Asamblea General de la ONU, Milei subrayó que Argentina está dispuesta a abandonar su histórica neutralidad, afirmando que “estaremos a la vanguardia de la lucha por la libertad”. Esta declaración resalta una nueva postura del gobierno argentino, que busca alinearse más estrechamente con Estados Unidos e Israel en el contexto de las crecientes tensiones en Medio Oriente.

Según fuentes del Ministerio de Defensa, la participación inicial de Argentina en las CMF consistirá en el envío de un oficial y un suboficial para realizar tareas de entrenamiento en la base de Bahrein, que también alberga la Quinta Flota de Estados Unidos y el Comando Central de las Fuerzas Navales. Esta colaboración no requiere autorización del Congreso, dado que no implica un despliegue militar significativo. Sin embargo, el gobierno argentino ya vislumbra una mayor participación en el futuro, con planes potenciales para contribuir con aviones o embarcaciones en operaciones de patrullaje marítimo a partir de 2026 o 2027, siempre que se apruebe un proyecto de ley correspondiente.

Desde el Ministerio, se ha defendido que la misión de la CMF no es de carácter bélico, sino que busca garantizar la seguridad y el orden en el mar. En este sentido, han argumentado que la decisión de unirse a esta coalición es acertada, considerando que “ahí está pasando la historia” y que la modernización de las capacidades defensivas del país es un objetivo primordial.

La decisión de Milei ha generado reacciones mixtas en Argentina. Mientras que algunos sectores ven esta alineación con Estados Unidos como una oportunidad para fortalecer la defensa nacional y fomentar relaciones internacionales, otros expresan preocupación por las implicaciones que esta nueva postura podría tener en el contexto de la violencia en Medio Oriente.

Jorge Taiana, exministro de Defensa y ex canciller, ha señalado su preocupación por la participación de Argentina en esta coalición en un momento tan convulso. “Me parece que es subirse en la cola de las prioridades de sus aliados y no de Argentina”, comentó, aludiendo a la historia de participación militar del país en conflictos internacionales, como la coalición contra Irak en la Primera Guerra del Golfo. Taiana destacó que, aunque Argentina ha participado en ejercicios militares en el continente americano, esta es la primera vez que se alinea con acciones en regiones tan conflictivas.

En el contexto de esta nueva estrategia, el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd J. Austin III, ha expresado su agradecimiento al gobierno argentino por unirse a las CMF y por su interés en convertirse en un Socio Global de la OTAN. Esta colaboración marca un cambio en la política exterior argentina, que se había mantenido relativamente cerrada en términos de participación militar internacional.

Hasta ahora, en 2023, Argentina se une a Colombia y Ecuador como nuevos miembros sudamericanos de las CMF, que incluye también a Brasil, el único país de la región que formaba parte de la coalición desde 2018. Con esta nueva incorporación, el número total de naciones en la CMF se eleva a más de 40, con el objetivo de colaborar en la seguridad marítima en un área donde la piratería y otras amenazas son preocupaciones constantes.

La participación de Argentina en las Fuerzas Marítimas Combinadas representa un cambio significativo en la postura del país frente a las dinámicas internacionales y su relación con Estados Unidos. Aunque el gobierno sostiene que esta decisión no implica un rol beligerante, la creciente escalada de violencia en Medio Oriente y las críticas de diversos sectores sugieren que el camino hacia una mayor involucración militar será objeto de intenso debate. Mientras Argentina se posiciona en el escenario global, el impacto de estas decisiones en su política interna y en su reputación internacional seguirá siendo un tema de gran relevancia en los meses venideros.