El gigante General Motors, históricamente asociado a vehículos desarrollados en conjunto con el Ejército de los EEUU, ha presentado recientemente su visión del futuro de la movilidad fuera de ruta en lo que hace a coches livianos de uso militar: el Chevrolet Colorado ZH2 Concept.
El vehículo fue desarrollado en conjunto con TARDEC, el think tank de rodados militares dedicado a la investigación, desarrollo e ingeniería de transportes de uso no civil, como tanques y otros de tipo blindado.
El ZH2 fue creado como un dispositivo de “vigilancia silenciosa”, dado que su motor no emite sonido alguno ni registra una temperatura significativa, comparado con un motor de combustión interna diésel como los que suelen ser usados en las fuerzas militares.
El chasis de la pick-up mediana Colorado fue utilizado como punto de partida para probar, por primera vez en un vehículo no civil, la tecnología de propulsión por hidrógeno con celdas de combustible. Presentado en un evento especial ante el Ejército de los EEUU en Washington, el vehículo será usado como un termómetro para probar la reacción de miembros de las Fuerzas Armadas ante un posible futuro aliado de cuatro ruedas en el campo de batalla.
General Motors lleva invertidos más de 3 mil millones de dólares en la investigación del potencial de las celdas de combustible y su desarrollo, una de las grandes tendencias automotrices que, junto con los vehículos eléctricos e híbridos, buscan reducir el impacto de los gases de invernadero producidos por motores de combustión interna sobre el calentamiento global y la contaminación del aire.
Las celdas de combustible, también desarrolladas por fabricantes asiáticos como Honda, Hyundai y Toyota, convierten el hidrógeno almacenado en tanques —una vez que se mezcla con el oxígeno— en electricidad utilizada para propulsar el vehículo y agua, único desecho emitido por los caños de escape.
A pesar de estar basado en un vehículo de producción, el Concept ZH2 fue modificado en gran escala, por lo que ha crecido en todas sus dimensiones y, sobre todo, ha sido reforzado para su uso militar fuera de ruta. Dentro del habitáculo se colocaron cuatro butacas Recaro hechas a medida, cada una con su arnés de cuatro puntos similar al utilizado en aeronaves militares.
Una barra antivuelco brinda protección extra a los ocupantes en caso de un accidente, mientras que la luneta trasera fue anulada completamente y reemplazada por una cámara.
El ZH2 puede convertirse en una planta de energía ambulante, dado que produce, gracias a sus celdas de combustible, unos 25.000 watts de manera continua y puede llegar hasta los 50.000 en caso de ser necesario, lo que podría abastecer a un campamento militar sin necesidad de utilizar un ruidoso generador diésel.
En caso de ser aprobado para su producción en serie, el ZH2 no reemplazará al imponente Oshkosh Joint Light Tactical Vehicle —que recientemente llamó a retiro al emblemático Humvee—, pero sin lugar a dudas podría ganar su propio espacio como el vehículo de reconocimiento de bajo impacto ambiental del futuro.
Fuente: Infobae