General Roca, Rio Negro, 27 de junio de 2017. En el corazón de la Patagonia, la ciudad de General Roca alberga una planta de reciclado que opera incansablemente para transformar residuos plásticos en nuevos productos útiles. Ubicada en el predio de J.J. Gómez, esta planta es gestionada por la empresa LP, que lleva más de 40 años comprometida con la sostenibilidad y la economía circular. (Puntos Limpios en General Roca: Cómo y Dónde reciclar para un …, Así funciona la planta de reciclado de Roca – Patagonia Ambiental)
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El proceso comienza con la recolección de residuos plásticos, incluyendo bolsas, bidones y tapitas de gaseosas, que son acopiados en grandes bolsones. Cada día, se suman aproximadamente 4,5 toneladas de material, que son sometidas a un riguroso proceso de clasificación y valorización. Este proceso incluye etapas de trituración, lavado, secado y extrusión, que culminan en la producción de pellets de polietileno, listos para ser reutilizados en la fabricación de nuevos productos.
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La planta opera las 24 horas del día, de lunes a sábado, y no solo procesa los residuos generados por la propia empresa, sino también los desechos provenientes de otras empresas y los envases de agroquímicos recolectados en campañas especiales. Este enfoque integral permite maximizar la cantidad de material reciclado y minimizar el impacto ambiental. (Así funciona la planta de reciclado de Roca – Patagonia Ambiental)
Uno de los desafíos más significativos que enfrenta la planta es la falta de una cultura de separación de residuos en la comunidad. Según Oscar Artero, gerente comercial de la empresa, «no estamos acostumbrados a separar y eso ayudaría a que se pueda reciclar más». La contaminación de los residuos con materia orgánica dificulta el proceso de reciclaje y reduce la calidad del material recuperado. (Así funciona la planta de reciclado de Roca – Patagonia Ambiental)
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A pesar de estos desafíos, la planta ha logrado establecer un modelo de negocio sostenible, complementando el reciclaje con la fabricación de productos como bobinas de bolsas, aislantes y envases flexibles. Sin embargo, Artero señala que «reciclar no es un buen negocio» por sí solo, ya que los costos de producción son similares entre el material virgen y el reciclado, pero el producto hecho con material recuperado se paga menos en el mercado. (Así funciona la planta de reciclado de Roca – Patagonia Ambiental)
El apoyo estatal es limitado, y suele restringirse a bonificaciones en tasas o certificados para negociar tarifas diferenciales de energía. Artero opina que «hay interés, pero no está del todo desarrollado», lo que indica la necesidad de políticas públicas más robustas para fomentar el reciclaje y la economía circular.
La planta también enfrenta restricciones en la reutilización de materiales para envases destinados a alimentos, debido a preocupaciones sanitarias. Estos envases deben fabricarse con material virgen, que se compra a Buenos Aires, y es transparente, a diferencia del polietileno reciclado, que resulta negro.
A pesar de estas limitaciones, la planta ha experimentado un aumento en la venta de bolsas desde que se prohibió por ordenanza el expendio de bolsas del tipo camiseta en comercios. Esta medida ha impulsado la demanda de alternativas reutilizables y ha contribuido a la reducción de residuos plásticos de un solo uso.
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La experiencia de la planta de reciclado de Roca demuestra que es posible implementar un modelo de economía circular en la región, aunque requiere de un esfuerzo conjunto entre el sector privado, el gobierno y la comunidad. La educación ambiental y la concientización sobre la importancia de la separación de residuos son fundamentales para mejorar la eficiencia del reciclaje y reducir el impacto ambiental.
Para fortalecer este modelo, es necesario fomentar la colaboración entre empresas, instituciones educativas y organizaciones sociales, con el objetivo de desarrollar programas de capacitación y campañas de sensibilización. Además, la implementación de incentivos fiscales y subsidios podría estimular la inversión en tecnologías de reciclaje y la creación de empleos verdes en la región.
La planta de reciclado de Roca representa un ejemplo valioso de cómo la economía circular puede ser una herramienta efectiva para abordar los desafíos ambientales y promover el desarrollo sostenible en la Patagonia. Con el compromiso y la participación de todos los actores involucrados, es posible construir un futuro más limpio y resiliente para las generaciones venideras.
