Un modelo de inclusión y sostenibilidad que inspira a toda la Patagonia
Bariloche, Rio Negro, 7 de septiembre de 2025. La Asociación de Recicladores de Bariloche (ARB) se ha consolidado en las últimas dos décadas como uno de los actores sociales y ambientales más importantes dentro de la economía circular de Río Negro. Nacida de la necesidad de organizar a trabajadores y trabajadoras que históricamente fueron invisibilizados en el basural de la ciudad, la organización no solo logró mejorar las condiciones de vida de cientos de familias, sino que además generó un cambio cultural en la comunidad sobre el valor de los residuos, la inclusión social y la responsabilidad ambiental. Su trayectoria de más de 17 años –y ya camino a las dos décadas de existencia– la convierte en un referente indiscutido cuando se habla de gestión responsable de residuos en la Patagonia y en todo el país.
Lejos de ser solo una experiencia local, el recorrido de la ARB se ha transformado en un caso de estudio para universidades, gobiernos y organizaciones internacionales, que encuentran en Bariloche un ejemplo palpable de cómo la organización popular, la capacitación continua y el trabajo comunitario pueden sentar las bases para un modelo económico distinto: uno que reduzca la contaminación, genere empleo digno y fortalezca la cohesión social.
¿Qué es la Asociación de Recicladores de Bariloche y cuál es su historia?
La ARB nació formalmente en 2007, aunque sus raíces se remontan a mucho antes, cuando un grupo de familias recicladoras comenzó a organizarse para defender su trabajo y dignidad en el basural a cielo abierto de Bariloche. Durante décadas, hombres, mujeres e incluso niños sobrevivían de la recuperación de materiales reciclables en condiciones de extrema precariedad, sin reconocimiento legal ni protección social. La creación de la asociación marcó un antes y un después: por primera vez, se constituyó un espacio que les permitió pasar de la marginación a la visibilidad, de la informalidad a la construcción de un camino hacia la inclusión plena.
A lo largo de estos años, la ARB ha sabido articular con el municipio, con el gobierno de Río Negro y con distintas organizaciones nacionales e internacionales. Gracias a ello, los recicladores dejaron de ser considerados “cirujas” para transformarse en gestores ambientales reconocidos. Este cambio semántico y simbólico refleja un proceso mucho más profundo: el reconocimiento social de que el trabajo de reciclaje no solo es legítimo, sino esencial para cualquier estrategia de sostenibilidad en el siglo XXI.
La economía circular de Río Negro y el rol clave de los recicladores urbanos
Hablar de la economía circular de Río Negro sin mencionar a la Asociación de Recicladores de Bariloche sería una omisión imperdonable. El modelo de economía circular propone romper con la lógica lineal de “extraer, producir, consumir y desechar” para pasar a un esquema en el que los residuos se convierten en recursos. En este engranaje, los recicladores cumplen un papel fundamental: son quienes garantizan que toneladas de materiales que de otro modo terminarían en rellenos sanitarios o basurales puedan volver a la industria y convertirse en nuevos productos.
En Bariloche, la ARB no solo se dedica a la recolección diferenciada y clasificación de residuos, sino que además promueve campañas de concientización en escuelas, barrios y empresas. El objetivo es claro: lograr que la ciudadanía comprenda que separar en origen no es un gesto menor, sino la piedra angular de toda estrategia de economía circular. Cada botella de plástico, cada caja de cartón o cada lata de aluminio que se recupera significa menos contaminación, menos emisiones de gases de efecto invernadero y más fuentes de trabajo para la comunidad recicladora.
Inclusión social y dignificación laboral: un legado de la Asociación de Recicladores de Bariloche
Uno de los aportes más significativos de la Asociación de Recicladores de Bariloche es la transformación social que produjo en la vida de sus integrantes. El trabajo informal y precario dio paso a una organización con reglas claras, acceso a derechos básicos y oportunidades de capacitación. Gracias a su lucha, hoy los recicladores cuentan con un galpón de clasificación, equipamiento adecuado y mejores condiciones de seguridad.
Además, la ARB se convirtió en un espacio de contención y empoderamiento para muchas mujeres que encontraron en el reciclaje no solo una fuente de ingreso, sino también un camino hacia la autonomía económica y el reconocimiento social. Este aspecto es fundamental en una ciudad marcada por profundas desigualdades, donde la inclusión laboral femenina resulta clave para reducir brechas y fortalecer el tejido social.
El impacto ambiental: toneladas de residuos recuperados cada año
El impacto ambiental de la ARB es tangible y mensurable. Según datos aportados por la propia organización y por el municipio de Bariloche, cada año se recuperan miles de toneladas de cartón, plásticos, vidrio y metales, que son reincorporados a la cadena productiva. Este trabajo evita que grandes volúmenes de desechos terminen en el vertedero, alargando su vida útil y reduciendo la contaminación de suelos, ríos y lagos.
En un destino turístico de relevancia internacional como Bariloche, donde la imagen ambiental es un activo estratégico, el trabajo de los recicladores urbanos es doblemente valioso. No solo contribuyen a la economía circular de Río Negro, sino que también fortalecen la reputación de la ciudad como un lugar comprometido con la sostenibilidad.
Educación ambiental y trabajo con la comunidad
Más allá del trabajo operativo de clasificación, la Asociación de Recicladores de Bariloche se ha posicionado como un actor central en la educación ambiental comunitaria. Charlas en escuelas, talleres en centros barriales y campañas en redes sociales forman parte de su estrategia para cambiar hábitos de consumo y de descarte.
La experiencia demuestra que la verdadera economía circular no se construye únicamente con infraestructura, sino con conciencia social y participación ciudadana. En este sentido, la ARB actúa como un puente entre la ciudadanía y las políticas públicas, mostrando que los recicladores son aliados estratégicos y no actores marginales.
Reconocimientos y alianzas estratégicas
En sus más de 17 años de trayectoria, la ARB ha recibido múltiples reconocimientos de instituciones académicas, organizaciones sociales y organismos gubernamentales. Su participación en redes nacionales de cartoneros y recicladores ha permitido que la voz de Bariloche se escuche en foros de todo el país, donde se discuten leyes, normativas y políticas de gestión de residuos.
Asimismo, la asociación mantiene alianzas con universidades, que investigan y documentan su experiencia como ejemplo de economía circular en la Patagonia. Estos vínculos no solo aportan legitimidad académica, sino que también fortalecen la visibilidad de la causa recicladora, atrayendo nuevas oportunidades de cooperación y financiamiento.
El futuro: desafíos y oportunidades para la Asociación de Recicladores de Bariloche
Aunque los avances han sido significativos, los desafíos aún son enormes. La ARB necesita ampliar su capacidad de procesamiento, acceder a mejores tecnologías de separación y asegurar la sustentabilidad económica de su proyecto en el largo plazo.
La creciente generación de residuos, impulsada por el turismo y el consumo masivo, exige respuestas cada vez más sofisticadas. En este escenario, resulta crucial que el municipio y la provincia profundicen su apoyo, garantizando infraestructura adecuada, campañas de concientización permanentes y una remuneración justa para los recicladores.
Un ejemplo de economía circular desde la Patagonia para el mundo
La Asociación de Recicladores de Bariloche es mucho más que una cooperativa: es un ejemplo vivo de cómo se puede construir una economía circular en Río Negro basada en la inclusión social, la protección ambiental y la participación comunitaria. Su historia demuestra que, cuando se unen la voluntad colectiva y el compromiso institucional, es posible transformar la basura en recursos, la marginalidad en dignidad y la indiferencia en conciencia social.
El futuro de la Patagonia, de Río Negro y del planeta dependerá de la capacidad de replicar experiencias como esta, que colocan a las personas y al ambiente en el centro de las políticas públicas y del desarrollo económico. La ARB, con sus 17 años de trayectoria, no solo celebra su pasado, sino que se proyecta como protagonista de un futuro donde la sostenibilidad ya no será una opción, sino una necesidad ineludible.
Andrés Nievas
Técnico en manejo ambiental, consultor Ambiental y escritor para medios locales e internacionales sobre temas de geopolitica y medio ambiente.