Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 10 de septiembre de 2020.-A partir de esta semana, el cuerpo de inspectores del Ministerio cambia su nombre y tendrá entre sus competencias realizar clausuras preventivas en el mismo momento que finaliza cada inspección. Esa facultad, hasta el momento, la tenía otra área de la cartera y exigía un trámite que, en muchos casos, provocaba que se extendieran los tiempos para proceder en respuesta a la infracción.
El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, conducido por Juan Cabandié, relanza el cuerpo de inspectores —creado en el año 2007—, que ahora pasa a llamarse Brigada de Control Ambiental (BCA). Sus funciones centrales se focalizan en dos ejes: el combate al tráfico de fauna y el control a establecimientos que operan residuos peligrosos.
“La política ambiental que lleva adelante el ministro Cabandié tiene como prioridad establecer criterios en todo el territorio nacional de protección del entorno y los recursos naturales. Esto supone visibilizar y poner de manifiesto las acciones de prevención, inspección y control en todo el país”, indicó Sergio Federovisky, secretario de Control y Monitoreo Ambiental. “Para eso, se fortalece el área de inspecciones existente en el Ministerio, a través de la conformación de la BCA cuyas facultades son históricas en el ámbito del control y monitoreo ambiental de la cartera de Ambiente nacional, pero que retoma y refuerza el compromiso abandonado en los últimos cuatro años”, agregó.
La Brigada ya se encuentra operativa y fue oficializada mediante la publicación de la Resolución 306/2020. La misma está integrada por agentes especializados y depende de la Dirección de Inspecciones de la Secretaría de Control y Monitoreo Ambiental. Entre sus tareas habituales, se encuentran el control del cumplimiento de los principios de la política ambiental, en concordancia con lo estipulado por la Ley General del Ambiente, y la protección del ambiente y los recursos naturales dentro del ámbito legal de sus competencias territoriales, tanto en lo referido a suelo, subsuelo, agua, aire, biodiversidad, bosques nativos, flora y fauna silvestre.
También constatan el estado de situación en zoológicos, criaderos y santuarios naturales, sus instalaciones, el estado del plantel faunístico y, en contexto de pandemia, el cumplimiento del protocolo por COVID-19 en estos establecimientos. Además, asisten en el tránsito interjurisdiccional de animales silvestre y participan junto a fuerzas de seguridad de operativos por comercio ilegal de fauna, en los cuales se encargan del decomiso de los ejemplares.
En tanto, una de las acciones más gratificantes para la Brigada es el rescate de animales silvestres que son hallados perdidos fuera de sus hábitats o lastimados. Luego de la recuperación y estabilización de los mismos, gracias al trabajo de veterinarios en el marco de una articulación interinstitucional, el Ministerio de Ambiente se encarga de la translocación de los ejemplares, en lo posible, a su entorno natural.
Otra de las funciones de los inspectores de Control Ambiental es la verificación de la correcta gestión de residuos peligrosos y el tratamiento de efluentes líquidos en establecimientos industriales y de servicios, con amplias facultades de fiscalización, pudiendo realizar tareas investigativas, procedimientos de toma de muestras, monitoreos periódicos, elaboración de informes técnicos y control de vertido de efluentes, entre otras medidas.
La protección de nuestros recursos naturales, ante las graves consecuencias ambientales que sufrimos a raíz del cambio climático, nos obliga redoblar los esfuerzos. De esta manera, el relanzamiento del cuerpo de inspectores se suma al conjunto de acciones que lleva adelante el Ministerio para fortalecer el rol del Estado y garantizar el cuidado del ambiente y de nuestra casa común.
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Fuente: Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la nación