MONITOREO Y ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN GEOPOLÍTICA EN EL MUNDO Y SU IMPLICANCIA EN LA PATAGONIA

Centenario – El ex basural de esta localidad podría en un futuro convertirse en un espacio verde forestado, ya que no será posible construir viviendas ni lotear ese sector, hoy contaminado por los residuos que se depositaron durante décadas.

El lugar tiene una superficie de cinco hectáreas y está ubicado en el norte de la ciudad, a 800 metros del barrio Bella Vista, cerca de los nuevos lotes destinados al Procrear.

En 2010, en la zona dejó oficialmente de arrojarse basura, luego de que la comuna firmara un convenio con Neuquén para que Cliba SA traslade las toneladas de residuos al relleno sanitario de la capital. A pesar de ello, los vecinos, en forma clandestina y en menor medida, siguen arrojando todo tipo de elementos.

“Vamos a tratar de meter la mayor cantidad de forestación posible en esa zona y hacer diferentes barreras verdes, pero esto lleva un costo económico grande por las dimensiones que tiene el basural”, explicó Cristian Pieroni, secretario de Obras y Servicios Públicos.

Durante años, el basural fue el lugar predilecto para el cirujeo de vecinos que recolectaban metales, cartones y varios elementos cada vez que el camión depositaba los residuos en una gran montaña. Incluso, había que “pedir permiso” para ingresar a organizaciones de desocupados.

Pero hoy la realidad es distinta. En la actualidad, solo algunos vecinos viven de lo que arroja la gente y el crecimiento de los volúmenes de basura se detuvo bruscamente. “Buscamos entre las cosas que tiran algunas empresas y la gente, pero ya no es más como antes”, contó un vecino que suele caminar por ese sector.

Limpiar este espacio, que lleva décadas de quemas y movimiento de suelo, podría demandar varios meses y horas de trabajo de las máquinas. Lo que está claro es que a pesar de que en los alrededores se pueden ver casas y terrenos ocupados, nadie podrá vivir en ese sector por una cuestión de salubridad.

Quien hoy circule por la zona también observará que el panorama visual cambió a la par del clima. Si bien la basura está depositada en las cinco hectáreas de superficie, las lluvias y los meses húmedos han hecho crecer la hierba que cubre como un manto verde la tierra, mezclada con papeles, latas y plásticos.

Durante años hubo quejas de vecinos por las quemas nocturnas, algo que hoy es menos frecuente debido a la cercanía de las nuevas urbanizaciones.

FUENTE: La mañana de Neuquén