Estados Unidos.-Así lo afirma un estudio de la Universidad de Colorado publicado en Science. La subida del nivel del mar y la influencia en el agua potable serán las causas.
Las tendencias más preocupantes pesan sobre Suiza, que se estima perderá más de la mitad de sus pequeños glaciares en los próximos 25 años; y la retirada sustancial de los glaciares de la Antártida, la Patagonia, el Himalaya, Groenlandia y el Ártico.
Millones de personas se verán obligadas a abandonar sus hogares este siglo durante el transcurso de su vida debido al aumento del nivel del mar provocado por el deshielo de glaciares en algunas zonas del planeta, que están desapareciendo rápidamente.
Así lo afirma Twila Moon, una glacióloga del Centro Nacional de Datos de Hielo y Nieve de la Universidad de Colorado en Boulder (Estados Unidos), en un artículo publicado en la revista Science, donde señala: “Los glaciares de todo el mundo están desapareciendo ante nuestros ojos y las implicaciones para las personas son amplias y preocupantes”, publicó la cadena española RTVE.
“El derretimiento del hielo glacial contribuye al aumento del nivel del mar, que amenaza con desplazar a millones de personas y es algo que ocurriría a lo largo de la vida de muchos de los niños de hoy”, indica, antes de apuntar: “Los glaciares también sirven agua fresca a comunidades de todo el mundo, son parte integrante de los sistemas climáticos del planeta y son paisajes únicos para la contemplación o la exploración”.
Moon describe las muchas formas en que los investigadores estudian la dinámica de los glaciares, desde mediciones ‘in situ’ en el hielo hasta campañas de monitoreo basadas en satélites o modelaciones.
“Tendencias preocupantes”
En su artículo, menciona “tendencias preocupantes”: la proyección de que Suiza perderá más de la mitad de sus pequeños glaciares en los próximos 25 años; la retirada sustancial de los glaciares de la Antártida, la Patagonia, el Himalaya, Groenlandia y el Ártico; la desaparición de los glaciares icónicos en el Parque Nacional Glacier (Estados Unidos) o la reducción de trozos de hielo que ya no se mueven (por definición, un glaciar debe ser lo suficientemente masivo como para moverse).
Esta investigadora indica que se aficionó a los glaciares mientras estudiaba ciencias geológicas y ambientales en la Universidad de Stanford (Estados Unidos) y estuvo un semestre en Nepal. “Por primera vez vi un gran glaciar de valle que fluía a través del Himalaya y pensé que era lo más genial que había visto. Después de estudiar geología, el movimiento y el sonido del hielo me hicieron sentir que estaba viva”, añade.
Tras esa experiencia, inició una carrera de investigación que ha llevado a Moon a Groenlandia, Alaska y Noruega, y a dar conferencias en todo el mundo. “Creo que soy lo más joven que se puede ser al comenzar en la glaciología en un momento en que el cambio climático no era una parte primaria de la conversación”, dice Moon, que tiene 35 años.
EL AÑO DE LA PREDICCIÓN POLAR
Ante este escenario, la comunidad científica ha puesto en marcha una campaña internacional para mejorar las predicciones de las condiciones meteorológicas, climáticas y del hielo en el Ártico y la Antártida con el fin de reducir al mínimo los riesgos medioambientales y potenciar las oportunidades asociadas a la rápida evolución del cambio climático en las regiones polares, así como para corregir las actuales lagunas en la capacidad de predicción en ambas zonas del planeta.
Esta iniciativa se enmarca en el Año de la Predicción Polar, lanzado este lunes en Ginebra (Suiza) durante la reunión anual del Comité Ejecutivo de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), la agencia de la ONU especializada en el clima, el tiempo y el agua.
Esta iniciativa se celebra desde mediados de 2017 hasta mediados de 2019, con lo que abarcará un año completo en el Ártico y la Antártida, y en ella participan la OMM, el Instituto Alfred Wegener (Alemania) y un amplio conjunto de asociados en todo el mundo.
La OMM señaló que una extensa red internacional e interdisciplinaria de científicos y centros de predicción operativa acometerá actividades intensivas de observación y modelización en el Ártico y la Antártida durante los próximos dos años.
En consecuencia, la mejora de las predicciones de las condiciones meteorológicas y del hielo marino reducirá los riesgos futuros y facilitará la gestión de la seguridad en las regiones polares, además de propiciar una mejora de las predicciones en latitudes más bajas, donde vive la mayoría de la población.
Por lo que se refiere al entorno extremo de los polos, las predicciones de las condiciones meteorológicas y del hielo marino presentan graves deficiencias. El Ártico y la Antártida son las regiones del mundo con el menor número de observaciones. La ausencia de datos y predicciones en el Ártico y la Antártida influye también en la calidad de las predicciones meteorológicas de otras partes del mundo. En consecuencia, los científicos confían en que los avances en la predicción polar den lugar a mejoras en las predicciones meteorológicas y climáticas, tanto para las regiones polares como para los países densamente poblados.
PE