Chile ve factible la integración energética de los países del Cono Sur a medio plazo, dijo el ministro de Energía, Andrés Rebolledo, quien destacó el avance en esta materia con Argentina y Perú.
“Hoy día hay un contexto económico y político propicio para sentar las bases de lo que puede ser una interconexión eléctrica regional en el Cono Sur, al menos en lo que se refiere a Chile con Perú y con Argentina”, afirmó este jueves Rebolledo en un encuentro con corresponsales extranjeros.
En 2016, Chile exportó gas a Argentina por primera vez en la historia y lo hizo por los mismos gasoductos que, paradójicamente, fueron construidos a finales del siglo pasado para recibir el gas procedente del vecino país.
Se trata de gas natural licuado (GNL) que llega a las terminales de Quintero y de Mejillones -esta última, en pleno desierto de Atacama- en buques que la transportan desde países productores como Trinidad y Tobago y Nigeria.
De hecho, en 2016, Chile exportó a Argentina 361 millones de metros cúbicos (m3) a través de los gasoductos Norandino y Gas Andes, y 101 gigavatios (GW) mediante la interconexión entre el SING chileno y el Sistema Argentino de Interconexión (SADI), la principal red de transporte de energía eléctrica de ese país.
“El sector de la energía en Chile ha cambiado de manera sustantiva en los últimos años. Antes era más bien un problema para el crecimiento económico, por el déficit de suministro y los precios no competitivos”, afirmó el ministro.
El cambio, a juicio de Rebolledo, se ha debido a decisiones en materia de regulación tomadas por las autoridades y también a una caída de los precios internacionales.
“Hoy día es un sector líder en la economía de Chile”, aseguró el titular del departamento, quien subrayó que en 2016, la energía fue el primer sector de inversión en el país, con un 30 % del total, equivalentes a 5.800 millones de dólares.
Actualmente hay en Chile 54 proyectos en construcción de distintas tecnologías, el 52 % de los cuales corresponden a energías renovables no convencionales (ERNC), fundamentalmente eólica y solar.
“Nuestra meta es que para 2050, el 70 % de toda la generación eléctrica sea en base a energía renovable”, explicó Rebolledo.
Además, a finales del año pasado “había 30 proyectos de transmisión eléctrica en construcción, por un total 2.200 kilómetros”, destacó el ministro, quien subrayó el “reconocimiento de Chile a nivel internacional” en lo que a nuevos proyectos de ERNC se refiere, toda vez que el 54 % de las licitaciones otorgadas en 2016 correspondieron a esta área.
En 2016, la capacidad de los dos principales sistemas de interconexión de energía eléctrica del país -el Sistema Interconectado Central (SIC) y el Sistema Interconectado del Norte Grande (SING)- fue de 21.015 megavatios (MW).
La mayor parte de esa matriz corresponde a carbón (21 %) y gas natural (21 %), seguido de diésel (15 %), hidráulica de embalse (16 %), hidráulica de pasada (13 %), solar (5 %), eólica (5 %), biomasa (2 %) y minihidroeléctrica (2 %).
En tanto, la generación eléctrica el pasado año de los dos grandes sistemas de interconexión fue de 67.046 gigavatios (GW), el 44 % de los cuales correspondió a carbón, 17 % a gas natural, 15 % a hidráulica de pasada, 11 % a hidráulica de embalse, 4 % a biomasa, 3 % a solar, 3 % a eólica y 3 % a diésel y fuel oil.
Para finales de 2017, las autoridades prevén la interconexión total entre el SING y el SIC, con lo que solo quedarían fuera los sistemas eléctricos de Aysén y de Magallanes, las dos regiones más australes del país.
“Hacia fines de año vamos a tener por fin en Chile una línea de transmisión desde Arica hasta Chiloé (3.262 kilómetros), lo cual es muy importante desde el punto de vista económico”, enfatizó Andrés Rebolledo.