Es por ello que, del diseño y el uso que se haga de los recursos básicos tales como el agua, los alimentos, etc. y de cómo se gestionen los mismos y los residuos que se generen dependerá que estas sean habitables y saludables.

un-mundo-urbanizadoFuente: BID.

Un estudio hecho por Naciones Unidas en el 2014, acerca de la población urbana como porcentaje de la población total del país marca claramente la tendencia a la concentración de la población  en las ciudades de la gran mayoría de los países de América Latina.  En el caso de Argentina, ese porcentaje se eleva al 92%, lo cual pone de manifiesto  la magnitud de la problemática.

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En tal sentido, Naciones Unidas reconoce que la gestión y el desarrollo sostenible del medio urbano son aspectos fundamentales que hacen a la calidad de vida de los pueblos y por ello, señalan la importancia de trabajar junto a las autoridades y las comunidades locales para renovar y planificar las ciudades y asentamientos humanos fomentando la cohesión social y estimulando la innovación y el empleo.

Asimismo, ratifican la necesidad de reducir los efectos negativos de las actividades urbanas que impactan sobre la salud de la población  y el ambiente, la reducción y el reciclado de los desechos,  el uso más eficiente que se haga del agua y la energía y la minimización del impacto de las ciudades en el sistema climático mundial.

De allí que uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas, esté relacionado con la temática de las ciudades.  El  Objetivo 11 establece: “Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles”.

Los 17 ODS y sus 169 metas son de carácter integrado e indivisible y conjugan las tres dimensiones del desarrollo sostenible: económica, social y ambiental, son de alcance mundial y de aplicación universal, tienen en cuenta las diferentes realidades, capacidades y niveles de desarrollo de cada país y respetan sus políticas y prioridades nacionales. Si bien las metas expresan las aspiraciones a nivel mundial, cada gobierno fijará sus propias metas nacionales, tomando en consideración las circunstancias del país. Cada gobierno decidirá también la forma de incorporar esas aspiraciones y metas mundiales en los procesos de planificación, las políticas y las estrategias nacionales.

Argentina, en el marco de la COP 21, ratificó su compromiso de fortalecer una agenda para crear ciudades sustentables, donde se impulsen  los derechos humanos y la inclusión social, así como acciones para mitigar las emisiones de gas de efecto invernadero.  En este modelo se insta a desarrollar proyectos para mejorar la sostenibilidad de las ciudades desde una perspectiva ambiental, mediante el manejo adecuado de los residuos sólidos; la movilidad urbana y el rescate de espacios públicos y la generación de vivienda que incorpore eco-tecnología, a través de un enfoque transversal en el que participan distintas autoridades de los tres órdenes de gobierno junto a la población.

Es por ello que, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable (MAyDS) de la Nación crea la Unidad de Ciudades Sustentables (UCS) y en ese ámbito se plantea la necesidad de formular un “Plan de Sustentabilidad” con el objetivo de revertir la deficiente situación ambiental existente en diversas ciudades del país y colaborar en la mitigación del cambio climático.   Se apunta a desarrollar acciones que contribuyan a su  mejora ambiental, considerando entre otros, el cierre de los basurales existentes; la disminución del consumo de energía y su pasaje al uso de las provenientes de fuentes renovables; la mejora del espacio público y sus zonas verdes; el cambio de sistema  e incremento del alumbrado público eficiente; entre otros aspectos.

Para el diseño del mencionado Plan se han considerado algunas iniciativas como las que puso en marcha el BID en el 2010, la “Iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles” (ICES), para apoyar  a las ciudades emergentes mediante una visión multisectorial, de manera de poder enfrentar los factores  limitante de su desarrollo.

A partir de iniciativas como las del BID y otras, se diseñó una metodología de rápida aplicación y diagnóstico que orienta a las ciudades en la formulación e implementación de planes de acción para su sostenibilidad (“Plan de Sustentabilidad”) que  permite identificar, organizar y priorizar proyectos de infraestructura de corto, mediano y largo plazo, así como también definir proyectos y propuestas urbanísticas, ambientales, sociales, etc. que permitan mejorar la calidad de vida en las ciudades, abordando los desafíos más urgentes que se presentan en una ciudad desde una óptica integral y multidisciplinaria.