MONITOREO Y ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN GEOPOLÍTICA EN EL MUNDO Y SU IMPLICANCIA EN LA PATAGONIA

DESAPARECIDOS EN “DEMOCRACIA” Genaro y Cristian Calfullanca, padre e hijo mapuches desaparecidos hace cinco años en Chubut

Cholila.-Desde la Semana Santa de 2013 su familia los busca. Este martes hubo acto y marcha en Cholila, donde vivían y se los llevaron. Para Isabel Calfullanca, los funcionarios políticos y judiciales “saben lo que pasó”.

Adriana Meyer

Periodista

Jueves 12 de abril | Edición del día

Fotos Diego Sandstede

Genaro y Cristian Calfullanca son dos peones rurales mapuches que desaparecieron durante la Semana Santa de 2013 en Cholila, una localidad del departamento cordillerano de Cushamen, en la provincia del Chubut. Sin resultados sobre su destino, se suman a la larga lista de desaparecidos mapuches en democracia.

El padre de 46 años y su hijo de 19 estaban haciendo un alambrado en el valle del río Tigre, al fondo del lago Cholila y hasta hoy no ha surgido el menor indicio de su paradero. Las hipótesis apuntan a que “eran testigos claves en la investigación de una venta de tierras” en la que estaría involucrado un exintendente de la zona, o “un pacto de silencio y connivencia entre los actores del poder político de turno”.

Este martes, cinco años después, había llovido todo el día y, a pesar de un intenso frío, unas sesenta personas marcharon por el pueblo de Cholila, con los cerros nevados como mudos testigos, al igual que ese cerco de impunidad que aún angustia a los Calfullanca.

“A todos los vecinos, los compañeros que jugaban al fútbol con ellos, creo que les duele no encontrar justicia para Genaro y Cristian, no poder explicar por qué aún no están. Ayer estuvimos en la fiscalía y en el juzgado federal y salimos con las manos vacías. Nos entregaron el papel ese de la recompensa y yo decía ‘acá queremos que aparezcan ¿es mucho pedir?’ Espero que algún paisano se ponga la mano en el corazón y hable”, dijo entre sollozos Isabel Calfullanca ante los manifestantes.

De hecho, ella resume que lo único que hizo el Poder Judicial en cinco años, salvo escuchar un puñado de testimonios, fue ir elevando la recompensa. Chicos mapuche y no mapuche, con remeras y carteles con los rostros de los desaparecidos, acompañaron la movilización, que para la población de Cholila fue una multitud.

En octubre pasado, el abogado de la familia Edgardo Manosalva se reunió con el juez federal Guido Otranto, quien investiga el habeas corpus por la desaparición de los Calfullanca (y tuvo una participación determinante en los primeros meses del caso Maldonado). “Hay testigos que a lo largo de estos meses han sido llamados, y en base a esas declaraciones veremos qué acciones va a desarrollar el juzgado”, dijo el letrado a este diario. Y agregó que “hasta ahora no se sabe el día exacto de la desaparición pero fue en la Semana Santa del 2013, estaban completando un trabajo de alambre que habían comenzado a principios de marzo de ese año. A fin de mes Cristian y Genaro entraron al valle donde se los vio por última vez. Allí quedó el campamento con la comida y la ropa sin tocar”.

Manosalva hizo hincapié en que “los primeros días se pensó en un extravío pero luego se determinó que era una desaparición contra su voluntad. Y se inició la investigación penal en la fiscalía de la provincia. Ahí denunciamos la obstaculización por parte de la fiscalía de Oscar Oro y, a partir de ahí, iniciamos la acción de habeas corpus en el juzgado federal que se sigue tramitando”.

Según explicó el letrado, aunque aún no hay resultados tanto en esa causa como en la que investiga el Poder Judicial chubutense hicieron lugar al pedido de más medidas de prueba. Y este martes, en la audiencia que tuvieron con el juez Otranto, estuvieron también el jefe de la Policía provincial y la abogada de la Subsecretaría de Derechos Humanos de Chubut.

¿Un borracho que hable?

“La última vez que fuimos con mis hermanos y el abogado Manosalva, el fiscal Oro dijo que la causa no se iba a cerrar porque seguían desaparecidos, y agregó que ‘al final algún paisano de Cholila cuando se ponga borracho va a hablar en algún momento’. Será que la bebida viene mala porque hasta ahora nadie habló”, dijo a La Izquierda Diaria Isabel Calfullanca, hermana y tía de los desaparecidos.

“Por eso creo que ellos saben lo que pasó, me puse remal, no lo insulté aunque quería decirle un montón de cosas. El fiscal se quejaba que le faltamos el respeto, ellos nos tratan mal y tenemos que seguir respetándolos”, agregó en una descripción de una escena repetida en los conflictos entre las comunidades mapuche y el Poder Judicial de la región.

“Si el fiscal Oro hubiera hecho lo que debía no estaríamos así, pero se burlaba de nosotros en la cara. Le dije que apure el caso, me respondió ‘traeme pruebas’, y confesó que en el expediente hay ‘anónimos’”, describió la mujer de origen mapuche. “Soy familiar, ¿cómo me va a invocar que no me los mostró por el secreto? ¿qué ocultan?”, dijo que le replicó a Oro.

“Dolor y bronca es lo que estamos sintiendo, perder así a dos familiares es una tragedia. Ellos conocían bien la zona, es imposible que se hayan perdido. Creemos que hay personas que pueden tener razones para que hayan desaparecido”, explicó Isabel un día después de la marcha en Cholila, donde la familia estuvo acompañada por agrupaciones sociales y de derechos humanos.

“En la práctica, la búsqueda por parte del Estado chubutense se paralizó al mes de denunciarse la desaparición. Cada tanto, cuando aparecía el gobernador, aumentaban la recompensa, pero nada más”, había dicho el año pasado el abogado Manosalva al diario Río Negro. “Está muy claro que su desaparición no fue voluntaria”, subrayó y recordó que “quienes los conocían sabían que jamás hubieran dejado un trabajo a medio terminar. Estaban a 40 kilómetros de Cholila, sin caballos y sin medios económicos, nunca hubiesen hecho ese camino caminando sin ser vistos por algún poblador”. Manosalva también recordó que luego de la desaparición, el paraje “fue epicentro, primero de la ratada (producto de la floración de la caña colihue), y luego en el verano de 2015 del mega incendio que destruyó miles de hectáreas de bosques nativos”.

Testigos ausentes

Cristian y Genaro Calfullanza iban a declarar en un caso de robo de tierras fiscales donde estaba acusado Miguel Castro, exintendente de la región, que respondía al entonces gobernador (ya fallecido) Mario Das Neves. Según publicó el periodista Juan Alonso, aquel negociado se conoció como “Curro Verde” y tenía por objeto la venta de los bosques nativos a manos de terratenientes locales y personajes de la política de Cholila. Para intentar subsanar ese caso, aún impune, la gobernación echó a 26 policías de Chubut en noviembre del año pasado, todos ellos estaban involucrados en casos de vejaciones y apremios ilegales a Julián Antillanca y los hermanos Sergio y Matías Aballay.

Los Calfullanca no están solos en la lista de desaparecidos en democracia, de los cuales al menos un centenar son mapuches. Iván Torres desapareció en 2003 en Comodoro Rivadavia. Era mapuche. Ese mismo año desapareció Sergio Ávalos en Neuquén. Luciano González en 2009 también en Chubut. Daniel Solano en 2011 en Río Negro. En 2014 en Chubut fue visto por última vez César Monsalves, de 13 años, sobrino de un testigo que incriminó a policías en la violación de un menor y fue asesinado. Su caso también está en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), organismo que condenó a Argentina en 2011 por la desaparición de Torres, a instancias de la abogada Verónica Heredia.

Vale recordar que Cholila queda muy cerca de la Pu Lof en Resistencia de Cushamen, la comunidad mapuche donde el año pasado desapareció y fue hallado el cuerpo de Santiago Maldonado. De hecho Cholila es el pueblo por donde se desviaban los autos cuando había corte de ruta en la zona. Y es territorio gobernado en los hechos por Benetton.

Fuente: http://www.laizquierdadiario.com/Genaro-y-Cristian-Calfullanca-padre-e-hijo-mapuches-desaparecidos-hace-cinco-anos-en-Chubut