MONITOREO Y ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN GEOPOLÍTICA EN EL MUNDO Y SU IMPLICANCIA EN LA PATAGONIA

Descubren un dinosaurio inédito en Sudamérica

Un nuevo dinosaurio carnívoro inédito en Sudamérica, de seis metros de largo y que habitó la región hace 90 millones de años, hallado en la Patagonia argentina fue presentado por investigadores y autoridades en Buenos Aires.

“Esto es un grupo de dinosaurios completamente nuevo, esperábamos hallar alguno como el carnosaurus o giganotosaurus, pero en cambio apareció algo completamente diferente, un linaje que no conocíamos. Es un comienzo para poder entender un nuevo tipo de dinosaurios carnívoros”, explicó uno de sus descubridores, el paleontólogo Sebastián Apesteguía, en el Centro Cultural de la Ciencia porteño.

El dinosaurio fue bautizado Gualicho en honor a la diosa de los aborígenes patagónicos tehuelches Watsiltsum que se convirtió en demonio. La particularidad de este linaje es que presenta el mismo tipo de extremidades superiores diminutas que el Tyrannosaurus rex, pero su evolución fue independiente, lo que apoya la teoría de que esos pequeños brazos eran habituales en el Cretácico Superior.

“Las principales hipótesis son de parentesco, filogenéticas. Estaría relacionado con deltadromeus, un dinosaurio del Cretácico de África, de la misma época, pero de éste no se conocen los brazos y por ello no se los puede comparar”, señaló Apesteguía. Gualicho pertenece a un linaje formado en el Hemisferio Sur que también tiene representantes en Australia, remarcó.

El paleontólogo subrayó que este nuevo ejemplar fósil “aporta muchísimo más material para entender lo que hacían los dinosaurios carnívoros en América del Sur. Creemos saberlo todo y de pronto nos encontramos de cara con un linaje nuevo”, subrayó.

La expedición halló en 2007 los fósiles en la formación fosilífera Huincul, cerca de la localidad de El Chocón, en la provincia de Río Negro, pero por cuestiones burocráticas recién pudo reencontrarse con ellos en 2012 para continuar su investigación.

Fue llevada a cabo por científicos de la Fundación Azara argentina, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet); la Secretaría de Cultura de la provincia de Río Negro, el Dinosaur Institute de Los Angeles County Museum y el Field Museum of Natural History de Chicago, ambos de Estados Unidos.

Participaron en la presentación el ministro argentino de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao; el presidente del Conicet, Alejandro Ceccatto, Apesteguía y el investigador Rubén Juárez Valieri.

Características

Como el Tyrannosaurus rex, el Gualicho shinyae es un terópodo, uno de los dos dinosaurios de dos patas similares a pájaros, pero pertenece a una rama diferente de la familia, lo que significa que esas inusuales extremidades evolucionaron de manera independiente en lugar de surgir de un ancestro común.

Un estudio publicado por Plos One describe las características del Gualicho, un alosauro (una rama de dinosaurios terópodos carnívoros de medio y gran tamaño) cuyo esqueleto se encontró incompleto.

Los expertos calculan que era un predador de tamaño medio con un peso de más de 450 kilos (similar al de un oso polar), pero a pesar de su tamaño las extremidades delanteras del Gualicho eran del tamaño de un niño y, como en el caso de T. rex, solo tenía los dedos, pulgar e índice.

Los científicos no están seguros de por qué el T. Rex y otros terópodos tenían unas extremidades delanteras tan pequeñas y aunque la aparición del Gualicho no da una explicación, sí añade evidencias a que este rasgo evolucionó de manera independiente numerosas veces.

“Conociendo más sobre cómo evolucionaron esas extremidades reducidas, podríamos ser capaces de descubrir por qué evolucionaron”, indicó el autor del estudio, Peter Makovicky, conservador del Field Museum de Chicago (EE.UU).

Gualicho es “un tipo de dinosaurio mosaico, tenía características que pueden observarse normalmente en varios tipos de teradópodos”, indicó Makovicky.

“Realmente -explicó- es poco corriente, es diferente de otros dinosaurios carnívoros encontrados en la misma formación rocosa y no encaja con claridad en ninguna categoría”.

El estudio contó con la colaboración de la Universidad Maimónides, así como del Gobierno de la provincia de Río Negro y del Instituto de dinosaurios del Museo de Historia Natural de Los Ángeles.

El hallazgo

El nombre genérico del dinosaurio, Gualicho, tiene que ver con la historia de su descubrimiento durante una expedición conjunta realizada por los autores del estudio en 2007 a la formación Huincul en el norte de la Patagonia

Mientras que el nombre de la especie, shinyae, hace referencia a su descubridora, Akiko Shinya.

Shinya, jefa de preparación de fósiles del Field Museum explicó que encontraron a Gualicho al final de la expedición, estaban ya terminando cuando Makovicky le dijo bromeando: “Es el último día, será mejor que encuentres algo bueno”.

Casi a la vez ella le respondió: “Pete he encontrado algo” y casi de inmediato estaba segura de que era algo bueno.

Relevancia para la ciencia

El ejemplar, de tamaño mediano, fue encontrado parcialmente articulado en las rocas de la Formación Huincul, en sedimentos terrestres del Cretácico Superior de la Cuenca Neuquina, norte patagónico, que aportaron una rica fauna de dinosaurios y diversidad de vertebrados al tesoro paleontológico nacional.

El espécimen hallado consiste en un esqueleto parcial de un terópodo de unos 6 metros de longitud que comprende vértebras de la espalda, parte de la cola, el omóplato (escápula y coracoides) y el brazo izquierdo completo, partes de la pelvis y de las piernas. Posee una mano con el tercer dígito reducido a una férula metacarpiana parecida a los tiranosáuridos.

El ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao, dijo a Télam que la relevancia para la publicación internacional es que “aparece un nuevo grupo de dinosaurios que no estaba incluido en el conocimiento habitual, y ayuda a ir completando ese tremendo rompecabezas que es la evolución de estos organismos que vivieron hace millones de años. Aporta a entender cómo se va adquiriendo la especiación (por la cual una especie origina otra en áreas geográficas diferentes) de los seres vivos, que aporta a la evolución: cuando uno ve estas relaciones filogenéticas, entiende cómo el cambio en los genes se traduce en un aspecto del organismo que le permite adaptarse al medio en que le ha tocado vivir”.

Fuente: El litoral.com