Lo habían inaugurado en 2013 con una importante inversión en Chubut. Ya en muy mal estado, finalmente colapsó. Se hundió una lancha y varias más sufrieron daños.
El muelle de Lago Puelo, uno de los principales atractivos turísticos de Chubut, dejó de existir. La estructura de madera inaugurada en 2013 mostró demasiado pronto signos de deterioro por los efectos de una bacteria que prolifera en el agua y lo tuvo durante años como alimento.
Desde hace un tiempo, el estado del muelle ya era crítico. Y finalmente, el último jueves se derrumbó, dañando varias lanchas.
Al colapsar, los pilotes y tablones golpearon las embarcaciones que estaban amarradas y una de ellas terminó hundiéndose, consignaron medios locales.
La estructura perdió la batalla contra una bacteria endémica que, según explicaron los guardaparques cuando se advirtieron las causas del problema, hace ya seis años, prospera en los espejos de agua de la Patagonia argentina, especialmente en lugares de aguas quietas, estancadas o de temperaturas algo más elevadas”.
En el caso de Lago Puelo, también es determinante que está más bajo respecto al nivel del mar, lo cual favorece la proliferación de microorganismos que consumen elementos ferrosos del ambiente, justamente fundamentales para las sujeciones del muelle malogrado.
Así quedó el sector donde estaba el muelle inaugurado en 2013 en Lago Puelo.
La escollera que existe en el lugar, justamente para aquietar las aguas en esa zona de embarque, pudo haber contribuido a agravar una situación que no fue prevista cuando se planificó un proyecto que -por cierto- generó altas expectativas entre la gente de la zona.
Una importante inversión en Lago Puelo
Inaugurado en septiembre de 2013 como la nueva gran atracción de un lugar muy visitado, el muelle implicó en ese momento una importante inversión de 6 millones de pesos.
La obra, claro, y prometía ser un importante impulso para el turismo y para la economía local.
En el acto de presentación participaron el entonces gobernador Martín Buzzi y el ministro de Turismo de la Nación, Enrique Meyer.
La obra había sido ejecutada por una empresa neuquina y en aquel entonces, tanto en el diseño del proyecto como en su concreción, nadie tomó en cuenta el detalle de la bacteria endémica.
Rápido deterioro
Más tarde, luego de advertir el inicialmente inexplicable deterioro en las sujeciones del muelle, se descubrió que, además de un atractivo que convocaba visitantes, el muelle era muy apetecible para estos organismos microscópicos tan únicos como los hermosos paisajes de Lago Puelo.
Para 2017, los responsables del Parque Nacional decidieron clausurar un tramo de la estructura. No era seguro caminar por ahí.
Hacía tiempo que el muelle de Lago Puelo estaba inhabilitado, pero se seguía usando para amarrar lanchas.
«Hemos tenido un deterioro prematuro de los elementos metálicos que sostienen la infraestructura del muelle, consecuencia de un proceso natural. Todos fuimos sorprendidos, incluyendo los ingenieros, diseñadores, los proyectistas, la empresa constructora y nosotros mismos», explicó en ese momento a Clarín el intendente del Parque Nacional Lago Puelo, Sergio Rusak.
El problema, irreversible, continuó avanzando y en 2018 una sección del muelle directamente colapsó.
Ya confirmados los efectos inevitables de la bacteria en cuestión, los responsables de Lago Puelo tomaron la determinación de demoler la estructura, para evitar riesgos.
Pero por entonces algunas discusiones sobre las causas y responsabilidades en el fracaso del proyecto fueron postergando las decisiones.
Pese a que el muelle no estaba formalmente habilitado, en todo este tiempo se siguió usando únicamente para amarrar embarcaciones. Hasta que la estructura no se sostuvo más y se desplomó sobre el agua, donde se impuso un minúsculo y voraz “depredador”.
Fuente: www.lmneuquen.com
