Es una organización ambientalista no gubernamental que trabaja para conservar y proteger el ambiente y las especies nativas en el Área Natural Protegida Bahía San Antonio, en Río Negro. Desde su creación, ha estado involucrada en la vigilancia y seguimiento de impactos ambientales, especialmente relacionados con la planta Soda Solvay y la empresa Alpat, impulsando auditorías ambientales y promoviendo la participación comunitaria en el control ambiental.

La fundación ha gestionado estudios sobre contaminación por metales pesados y ha sido clave en la lucha por la remediación ambiental en la región, colaborando con organismos provinciales, municipales y la comunidad local. Además, promueve la investigación y la educación ambiental para fortalecer la protección del entorno natural y la salud pública en la zona.