Se trata de una reliquia de información genética: un árbol base con decenas de injertos en forma de ramas frutales creado por un profesor de arte en Estados Unidos.
El denominado “árbol Frankenstein” es también el “árbol de las 40 frutas”, y se trata de una manifestación artística que fue creada con el fin de preservar el medio ambiente y transmite un compromiso científico a su vez.
O como lo denominó Sam Van Aken, responsable de la escultura: “Yo lo veo como una obra de arte, un proyecto de investigación y una forma de conservación”.
Esta primera invención es un árbol capaz de producir 40 diferentes frutas de carozo, entre los que se destacan ciruelas, damascos, cerezas y duraznos.
A su trabajo, el profesor estadounidense de la Universidad de Syracuse lo denomina “escultura a través de injertos”.
Cada recurso se construye a partir de técnicas de injertado, donde el artista realiza sutiles cortes en el tronco a los que incorpora una rama nueva. Tras zanjar el corte, la abertura se cicatriza y la rama continúa su ciclo de vida creciendo junto al tronco.
Este desarrollo permite que la fruta se cultive en áreas que de otra manera no admitiría este tipo de árbol.
Fuente: InfoFueguina