El 4 de septiembre de 2024 marca el comienzo de la temporada alta de avistaje de ballenas en el Golfo San Matías, un evento que se prolongará durante todo el mes. Este atractivo natural convierte a las aguas del golfo en el escenario ideal para observar a estos majestuosos mamíferos en su hábitat.
La actividad, que se rige bajo estrictas normativas ambientales, se lleva a cabo de manera responsable para preservar el equilibrio de la vida marina local. Desde su inicio en 2012, el turismo de avistaje de ballenas ha estado respaldado por un programa de monitoreo científico con reconocimiento internacional, según explicó Magdalena Arias, doctora en Biología e investigadora de CONICET.
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Arias destacó que, aunque la ballena franca austral estuvo severamente cazada en los siglos XVII y XVIII, la prohibición de la caza permitió su recuperación, concentrándose inicialmente en la Península Valdés, Chubut. Recientemente, la especie ha comenzado a explorar nuevas áreas, como las costas de Las Grutas, San Antonio Oeste y el Puerto de San Antonio Este, encontrando en ellas condiciones ideales para su reproducción.
En la Costa Atlántica rionegrina, cinco operadores turísticos están autorizados para ofrecer excursiones de avistaje. Además de la observación de ballenas en septiembre, estas excursiones durante el resto del año permiten apreciar diversas especies marinas y la vibrante avifauna local. La colaboración continua entre científicos y operadores privados asegura el desarrollo sostenible de esta experiencia única.
