MONITOREO Y ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN GEOPOLÍTICA EN EL MUNDO Y SU IMPLICANCIA EN LA PATAGONIA

El cruce entre Estados Unidos y China por la base espacial instalada en Neuquén

Según el informe revelado por Infobae, los legisladores argentinos plantearon ante la ONU la necesidad de acordar un programa de prevención y limitación a las estaciones espaciales por su eventual potencial para interceptar satélites.

Argentina desató un cruce entre Estados Unidos y China, por el uso de la base de avistaje lunar que el gobierno de Xi Jinping instaló desde el 2015 en Neuquén. Según explica Infobae, el cortocircuito se dio en la Comisión Permanente de Desarme de Naciones Unidas. Allí, los legisladores argentinos plantearon la necesidad de acordar un programa de prevención y limitación a las estaciones espaciales por su eventual potencial para interceptar satélites.

El entredicho diplomático entre Washington y Beijing ocurrió el pasado 11 de septiembre, pero se dio a conocer hace pocos días atrás, cuando un grupo de legisladores argentinos del oficialismo y la oposición, liderado por el presidente provisional del Senado Federico Pinedo, visitó las dependencias de Naciones Unidas en Suiza.

La preocupación tanto de Estados Unidos como de algunos países europeos sobre el eventual uso militar de la base de China en Neuquén viene de arrastre. Cuando llegó al poder en el 2016, Mauricio Macri exigió a la administración de Xi Jinping firmar un anexo al acuerdo que había sellado Cristina Fernández de Kirchner para avalar esa base sólo bajo la taxativa prerrogativa de que sea para «uso pacífico». La estación situada en la localidad de Bajada del Agrio sobre 200 hectáreas manejadas y controladas por el Ejército Popular de China tiene una exensión impositiva a 50 años y ya estaba en funciones, por lo que China aceptó firmar esa adenda pedida por Macri.

Sin embargo, tanto el gobierno de Trump como de algunos países europeos plantean que la base de Neuquén podría interceptar satélites en el futuro inmediato por medio de la antena de más de 70 metros allí instalada.

Si bien la base de Neuquén no es la única estación espacial en el mundo que podría tener un uso dual, el tema surgió solapadamente y sin que la Argentina diera un nombre concreto alguno durante el debate de la ONU en Ginebra. Hubo una larga discusión de más de 45 minutos sobre el tema.

La propuesta argentina

La delegación argentina propuso la necesidad de imponer restricciones de desarme a las bases espaciales. Los delgados diplomáticos de Estados Unidos y el Reino Unido avalaron la iniciativa argentina. Pero se planteó una férrea oposición de China avalada por Rusia.

En el punto II, 7 del acta de esa reunión y bajo el título de «Amenazas» se dejó en claro que «algunas delegaciones expresaron la grave preocupación por la búsqueda y el uso de sistemas (ASAT) con capacidades». Para ello, se planteó «prevenir el desarrollo y prueba de esas capacidades incluyendo a aquellos con base terrestre como una cuestión de urgencia».

Así, se alertó sobre «el uso de esas bases espaciales que podrían crear nubes de paredes de larga duración que podrían afectar en el largo plazo la sustentabilidad de esas actividades del espacio exterior».

Los delegados de Estados Unidos y el Reino Unido sostuvieron como «amenazas» el «atasco, cegamiento, colisión como arma» de los satélites interceptados desde bases espaciales. También hubo expertos de esos países que allí mencionaron el uso de la «guerra electrónica» al evaluar que los satélites pueden verse afectados en su funcionamiento por el uso de rayos láser para dañar los sensores ópticos y la posibilidad de que se usen objetos espaciales de servicio por satélite para mover o dañar objetos espaciales.

También quedó plasmado en el acta de ese debate que «la tecnología detrás de al menos algunas bases espaciales son de doble uso por naturaleza. Hay sistemas que tienen usos legítimos, beneficiosos pero que también son inherentemente capaces de ser utilizados para interferir con el espacio de otros operadores de sistemas».

Según comentaron a Infobae fuentes diplomáticas, la delegación de la Argentina solicitó que se añadiera en el informe de la Comisión Permanente de Desarme una referencia «relativa a la necesidad de prevenir el desarrollo de capacidades de observación desde una base terrestre susceptibles de ser utilizadas con propósitos antisatélites».

Sin embargo, la delegación de China, con el aval de Rusia, reaccionó negativamente a esa solicitud señalando la imposibilidad de juzgar las intenciones con las que son utilizadas ciertas capacidades pensadas para usos pacíficos.

Allí fue cuando las delegaciones de Estados Unidos y el Reino Unido tomaron la palabra en apoyo de la sugerencia de Argentina y añadieron que si bien la intención de una estación espacial no podía juzgarse, la problemática debía analizarse muy seriamente atento a que el desarrollo de dichas capacidades constituía una amenaza para muchos países.

Finalmente, y atento a la necesidad de llegar a un pronto consenso respecto del informe, el debate quedó trunco y se resolvió postergar cualquier decisión para el futuro.

¿Por qué China no aceptó la propuesta de la Argentina de restringir el uso de las bases espaciales a la posible intervención satelital?

Funcionarios de la Cancillería argentina y del Ministerio de Defensa fueron taxativos al dar una respuesta: «China sabe que la antena instalada en Neuquén puede ser de uso dual», expresaron.

Es decir, que la posibilidad de que esa estación de espacial de China en Neuquén sirva en el futuro para interceptar satélites es un hecho probable más allá de que se haya firmado un anexo para asegurar el «uso pacífico» de la base de Bajada del Agrio.

A su vez, una calificada fuente del Ministerio de Defensa admitió que el ministro Oscar Aguad ya planteó esta preocupación al más alto nivel y tiene «sospechas de actividades no autorizadas» por la Argentina en esa base china en Neuquén que está manejada por el Ejército Popular de Xi Jinping.

Por el momento no se evalúa un pedido formal para controlar esa estación espacial aunque en el Ministerio de Defensa aseguraron sin vueltas: «es evidente que no podemos desconocer lo que otro país hace en nuestro territorio».

Fuente: Infobae