El bosque andino de la Patagonia en otoño muestra una paleta de colores que cambia de tonos día tras día, con sus montañas que se van cubriendo de nieve y blancos intensos que refuerzan el contraste del cielo contra los rojos y naranjas de los miles de árboles que cubren las laderas, tal como se puede descubrir en alguno de sus emblemáticos parques nacionales.
Un buen abrigo y calzado de trekking son los compañeros ideales para estas caminatas australes, que abren los sentidos y el apetito de quienes las realizan.
Al regreso de un día activo en la montaña, la ciudad de Ushuaia ofrece su variada gastronomía local para recuperar energías en los ambientes cálidos de sus restaurantes típicos.
Por otra parte, el Parque Nacional Los Glaciares está ubicado en el sudoeste de la provincia de Santa Cruz, posee una superficie de 726.927 hectáreas -el más extenso del Sistema Nacional de Áreas Protegidas- y fue creado para preservar una extensa área de hielos continentales y glaciares, del bosque andino-patagónico austral y muestras de la estepa patagónica.
El parque santacruceño, que si bien es célebre por la inmensidad de sus hielos, no se queda atrás en materia boscosa: las laderas de los valles y las costas de los lagos del parque están tapizadas de frondosos bosques en los que predominan la lenga, el guindo y el ñire.
El Parque Nacional Los Glaciares se encuentra emplazado en la ecorregión de la Estepa Patagónica y los Bosques Patagónicos, y su nombre evoca la magnitud de los numerosos glaciares que contornean el paisaje de la cordillera austral.
En sus lentos movimientos estos gigantes ríos congelados forman constantemente siluetas caprichosas que avanzan y retroceden, e incluso algunas de ellas recuerdan puentes, diques y cavernas.
Los desprendimientos de grandes bloques de hielos son igual de impactantes que la visión que ofrecen las grandes masas glaciarias entre montañas y bosques.
El glaciar Perito Moreno es el de mayor renombre a nivel mundial debido a la facilidad de acceso y el periódico espectáculo de su ruptura.
En tanto, el Parque Nacional Lanín que está ubicado en el sur de la provincia de Neuquén, posee una superficie de 412.013 hectáreas pertenecientes a la ecorregión de Bosques Patagónicos con sectores de Estepa Patagónica y Altos Andes
Desde su cónica presencia, el volcán Lanín semeja un celoso guardián del bosque andino-patagónico que aquí expone el singular paisaje conformado por las únicas araucarias o pehuenes protegidas a nivel nacional.
Lagos, bosques de araucarias y el volcán Lanín son sitios ideales para realizar actividades en contacto con la naturaleza.
El Parque Nacional Lanín, además de albergar al majestuoso volcán que le da nombre, incluye en su superficie bosques de pehuén, raulí y roble pellín, que lo convierten en un destino sin igual.
El circuito se complementa con el Parque Nacional Laguna Blanca, ubicado a 32 kilómetros de Zapala, Neuquén, por la Ruta Provincial N° 46.
La estratégica localización de esta ciudad le confiere la conexión terrestre con localidades del oeste por las Rutas Provinciales 13 y 46, como así también hacia el norte y sur, por medio de la ruta nacional 40.
Un conjunto de cuerpos de agua -entre los que destaca la laguna Blanca- enmarcados por un paisaje de origen volcánico, concentran una notoria avifauna entre cuyos representantes sobresale el cisne de cuello negro. Sus espejos de agua son los lugares apropiados para realizar observación de la avifauna acuática patagónica.
Desde el 1° de abril y hasta el 31 de octubre se desarrolla la temporada de pesca recreativa en el Parque Nacional Laguna Blanca como una herramienta para la conservación de la biodiversidad.
El permiso de pesca, exclusivo para este ambiente, se encuentra a la venta en el Centro de Visitantes Nómades del área protegida -kilómetro 25 de la ruta provincial Nº 46- todos los días en el horario de 9 a 15, así como en la intendencia del parque en la ciudad de Zapala.
Para la visita a cada uno de estas áreas protegidas, la Administración de Parques Nacionales recomienda: “Informarse en las portadas y centros de visitantes al momento de ingresar; prestar atención a la cartelería; consultar el estado de las rutas, senderos y el pronóstico del clima; y respetar la velocidad máxima permitida”, además de respeto a la biodiversidad y el medio ambiente.