Una colonia de más de 18.000 parejas de pingüino de Adelia, localizada en Terre Adèlie, Antártida, sufrió una falla catastrófica en su cría, con sólo dos pichones sobrevivientes. WWF está reclamando mayor protección para las aguas antárticas al sur de Oceanía, en la región Antártida oriental, en la reunión anual internacional que se realizará a partir de la semana próxima en Hobart, Australia, donde serán consideradas propuestas para la creación de una nueva Área Marina Protegida.
Los pingüinos de Adelia se alimentan mayormente de krill, es decir, pequeños camarones. Por lo general, la especie se encuentra bien, pero sus poblaciones más septentrionales están disminuyendo en la Península Antártica, donde el cambio climático muestra claros y fuertes impactos. Sin embargo, el fracaso en la cría de esta colonia está asociado a una inusual cantidad de hielo marino en el verano: los pingüinos debieron desplazarse más para conseguir alimento y como resultado, los pichones murieron de inanición.
Rod Downie, Director del Programa Polar en WWF, dijo: “los pingüinos de Adelia son uno de los animales más resistentes e increíbles de nuestro planeta. Esta imagen, con miles de pichones muertos en la playa, contrasta con la imagen que mucha gente tiene de estas aves”.Downie agregó: “El riesgo de abrir estas áreas para industrias pesqueras en busca de krill, que podrían competir con los pingüinos recuperándose de esta catástrofe, es impensable. La Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos debe actuar para adoptar una nueva Área Marina Protegida en las aguas frente a la Antártida Oriental para proteger el hogar de estos pingüinos.”
Hace cuatro años, la misma colonia contaba con 20.196 parejas, que no pudieron producir ni un solo pichón. En esa ocasión también se debió a una gran cantidad de hielo, sumado a un inusual clima cálido y lluvia, seguidos de un rápido descenso en la temperatura, que hizo que muchos pichones se congelen. WWF trabaja apoyando la investigación de científicos franceses en la región desde 2010.
Los pingüinos de Adelia se alimentan mayormente de krill, es decir, pequeños camarones. Por lo general, la especie se encuentra bien, pero sus poblaciones más septentrionales están disminuyendo en la Península Antártica, donde el cambio climático muestra claros y fuertes impactos. Sin embargo, el fracaso en la cría de esta colonia está asociado a una inusual cantidad de hielo marino en el verano: los pingüinos debieron desplazarse más para conseguir alimento y como resultado, los pichones murieron de inanición.
Rod Downie, Director del Programa Polar en WWF, dijo: “los pingüinos de Adelia son uno de los animales más resistentes e increíbles de nuestro planeta. Esta imagen, con miles de pichones muertos en la playa, contrasta con la imagen que mucha gente tiene de estas aves”.Downie agregó: “El riesgo de abrir estas áreas para industrias pesqueras en busca de krill, que podrían competir con los pingüinos recuperándose de esta catástrofe, es impensable. La Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos debe actuar para adoptar una nueva Área Marina Protegida en las aguas frente a la Antártida Oriental para proteger el hogar de estos pingüinos.”
Hace cuatro años, la misma colonia contaba con 20.196 parejas, que no pudieron producir ni un solo pichón. En esa ocasión también se debió a una gran cantidad de hielo, sumado a un inusual clima cálido y lluvia, seguidos de un rápido descenso en la temperatura, que hizo que muchos pichones se congelen. WWF trabaja apoyando la investigación de científicos franceses en la región desde 2010.
Germán Palé, del Programa Marino de Vida Silvestre dijo “La preocupación por asegurar la oferta de alimento en las aguas cercanas a las colonias de las especies de pingüinos también está presente en la Península Antártica”. Y agregó “Fundación Vida Silvestre Argentina como parte de la Coalición Antártica y de los Océanos Australes apoya la iniciativa conjunta elaborada por Argentina y Chile que se presentara en Hobart durante la próxima semana para crear un Area Marina Protegida que asegure la disponibilidad de recursos para las colonias de pingüinos y otras aves y mamíferos que nidifican en la Península Antártica y se alimentan en zonas cercanas a la costa”.