Hay trabajos que estiman que, actualmente, quedan sólo dos mil ejemplares en todo el planeta, que permanecen en Argentina y Chile.

“Si esta situación no se modifica, el huemul puede extinguirse”, dijo Pastore. Foto: Internet.

Por Miguelina Missotti.-El huemul es un ciervo exclusivo de Argentina y Chile que vive, aislado, en la región de los bosques patagónicos. Se encuentra protegido en los Parques Nacionales Nahuel Huapi (Neuquén y Río Negro), Lago Puelo y Los Alerces (Chubut), Perito Moreno y Los Glaciares (Santa Cruz).

Puede vivir solitario o formando pequeños grupos familiares. Su apareamiento tiene lugar desde fines del verano hasta promediar el otoño. Es un excelente nadador, ya que puede cruzar ríos y lagos con facilidad. De cuerpo robusto, sus miembros fuertes y relativamente cortos indican su adaptación para trepar en ambientes montañosos. Sólo los machos poseen astas, de unos 30 centímetros de longitud y bifurcadas, que caen hacia fines de julio.

El pelaje, de color pardo a amarillento, denso y grueso lo protege del clima riguroso. Los machos adultos tienen en su cara una característica mancha oscura con forma de “Y”. Sus grandes orejas, de más de 20 centímetros, actúan como pantallas que les permiten escuchar los mínimos sonidos en el ambiente.

A lo largo de la historia, esta especie fue parte importante en la vida de los antiguos habitantes de la Patagonia, cuando las poblaciones de este ciervo ocupaban no sólo la cordillera andina austral sino también parte de la estepa.

Sin embargo, en los tiempos que corren, la supervivencia del huemul depende de las medidas de conservación que se adopten, ya que hay estudios que estiman que, actualmente, sólo quedan dos mil ejemplares en plantea y se ubican principalmente en Chile y Argentina.

Esta especie fue parte importante en la vida de los antiguos habitantes de la Patagonia. Foto: PNNH.

En diálogo con Hernán Pastore, biólogo especializado en el estudio de la especie y miembro de la Dirección Regional Patagonia Norte Administración de Parques Nacionales, contó que, originalmente, el huemul tenía un área de distribución mucho más amplia. Pero hoy día, esa distribución está mucho más fragmentada y aislada debido a la colonización de los valles de la cordillera, el mal uso de los bosques con el efecto de la ganadería extensiva y el manejo de ésta, donde utilizan perros comunes, que no son protectores de ganado, lo que hace que ataquen al huemul.

“El problema de los perros es que se ubican en las zonas bajas de los valles y, cuando llega el invierno, los huemules bajan mueren siendo atacados, tal como sucedió en 2016 en el Manso. Y los bichos que se quedan arriba también mueren porque con la llegada de la nieve hay menor acceso a la comida y el animal está sujeto a una rigurosidad a la que no debería estar”, explico Pastore.

Y agregó, “por su estrategia de evolución, el huemul es susceptible a esta problemática ya que tiene una habilidad muy fuerte para escalar, pero su tranco es muy corto lo que lleva a que se canse rápidamente y sea alcanzado por la jauría de perros. El huemul evolucionó para escapar de los pumas que, a diferencia de los perros, nos persiguen a su presa por tramos muy largos.

Esta situación lleva a que los bichos que quedan restringidos en las zonas altas, tengan menos posibilidades de vida, nazcan menos crías y las que nace tienen menos posibilidades de sobrevivir. “Esto ocurre sobre todo Patagonia Norte, donde hay más gente viviendo, por eso, las poblaciones más sanas se encuentran en Santa Cruz, lugar que está menos poblado”, afirmó.

“Si estas acciones por parte de los pobladores no se modifican, la especie puede llegar a extinguirse en poco tiempo”, finalizó el referente.

Tal es así que, desde el año 2019, la intendencia del Parque Nacional Nahuel Huapi, lleva adelante el Proyecto “Especie de valor especial: Huemul” en El Manso, donde a través de diferentes acciones, se busca mejorar la calidad del hábitat de esta especie, compartir información actualizada a los pobladores que habitan en el Parque Nacional.

Así como a la comunidad de El Manso en jurisdicción provincial y a los visitantes, para mejorar nuestra convivencia con este ciervo nativo en peligro de extinción y Monumento Natural Nacional.

Su área de distribución se redujo considerablemente. Foto: PNNH.

En este marco, se vienen desarrollando encuentros con las escuelas, pobladores e instituciones de esa zona. A través del Departamento de Conservación y Educación, el Departamento de Guardaparques, en conjunto con la Secretaría de Ambiente y Cambio Climático de la provincia de Rio Negro, Salud Ambiental del Bolsón y el Centro Salud El Manso Inferior, se están abordando diversas problemáticas, como el tema de los perros y la amenaza para el huemul, alambrados, manejo ganadero y el trabajo con los pobladores (tanto del Parque como de la Provincia) para brindar información, compartiendo, consensuando pautas y criterios de cuidado.

En base a este trabajo y con el objetivo de visibilizar al huemul en el área, se volvió a instalar un cartel interpretativo sobre la especie en la primera pasarela ya que, durante el mes de marzo, el cartel que había sido colocado, fue vandalizado de forma inmediata.

En diálogo con ANB, Carla Pozzi, bióloga coordinadora del área Biología de la Conservación del Parque Nacional Nahuel Huapi contó que otro de los problemas que sufren los huemules tiene que ver con la existencia de alambrados que superan el metro 10 de altura y que la especie no tiene la capacidad de saltar, por ende, no pueden llegar hasta las zonas bajas del valle para poder alimentarse y pasar el invierno.

“El proyecto recién está comenzando a funcionar. Lo que estamos haciendo ahora es coordinar mesas de trabajos con diferentes actores sociales, pero estoy entusiasmada porque entiendo y creo que puede ser posible generar el cambio que estamos necesitando para seguir conviviendo con esta especie”, afirmó Pozzi. 

Fuente: ANB