Azul.-La acción sirvió para que la Universidad Nacional de La Plata reafirme su política de reconocimiento de los Derechos Humanos.

Antes de la emotiva ceremonia, en el hall de entrada del Museo se ofrecieron cánticos y se tocaron instrumentos musicales con los que se evocó a la Pachamama. La celebración continuó una vez terminado el acto, dado que en el Bosque se llevaron a cabo el We Tripantu y el Inti Raymi, rituales que marcaban el inicio del nuevo año para los pueblos andinos.

Cabe destacar que los cráneos restituidos habían llegado al Museo de La Plata en 1889, como parte de una colección de restos óseos que fue donada a Francisco Moreno por Estanislao Zeballos.

Durante el homenaje realizado ayer, y ante una gran cantidad de personas que colmaron las instalaciones del auditorio, la directora del Museo de La Plata, doctora Silvia Armentano, expresó: “Creemos que estamos contribuyendo con reparaciones históricas para que nuestro querido país tenga una construcción a futuro diferente. Por eso, pese a que no tenemos una historia personal ni una biografía para construir, los reivindicamos en este momento”.

Emocionada con la restitución, Marta Piñateli Catriel, representante de la comunidad Cipriano Catriel, agradeció a los directivos del Museo ya que, según dijo, “por ellos, los restos de nuestros ancestros vuelven a su ciudad de origen, de donde fueron robados y traídos a esta especie de cementerio”. Además, celebró: “Nuestros ancestros vuelven a nuestra tierra”.

Por su parte, la vicepresidenta de Asuntos Académicos de la Universidad Nacional de La Plata, Ana María Barletta, aseguró: “Escucho mucho dolor en las palabras de las comunidades y acompaño totalmente este sentimiento”. Finalmente, concluyó: “La Universidad está atenta a los reclamos sociales. Esta es una reparación que suma otro eslabón en el reconocimiento de los derechos de los pueblos originarios”.