Ante este panorama, el pontífice animó al presidente y a los participantes en dicha conferencia para que los trabajos de estos días estén animados por el mismo espíritu de colaboración y propuestas que se puso de manifiesto en la COP21.
Francisco señaló que ahora se inició la fase de aplicación del Acuerdo de París, “delicado momento en el que nos confrontamos, entrando en modo más concreto en la elaboración de las normas, de los mecanismos institucionales y de los elementos necesarios para su correcta y eficaz aplicación. Se trata de aspectos complejos que no se pueden delegar únicamente al diálogo técnico, sino que necesitan de un apoyo continuo y de impulso político, basado en la conciencia de que somos una sola familia humana”.
El Santo Padre destacó en su mensaje, que uno de los aportes principales del acuerdo es el de estimular y promover estrategias de desarrollo nacional e internacional que estén basadas en una calidad ambiental solidaria, que anime asimismo a la solidaridad hacia las poblaciones más vulnerables, y que haga pie en los vínculos existentes entre la lucha al cambio climático y la lucha contra la pobreza.
“Somos conscientes – agregó– que no se puede limitar todo a la dimensión económica y tecnológica”, las cuales define como “necesarias pero no suficientes”: “es esencial y obligado tener en consideración también los aspectos éticos y sociales del nuevo paradigma de desarrollo y de progreso”.
Citando nuevamente la Laudato sí, Francisco subrayó la necesidad de educar y promover estilos de vida dirigidos a favorecer modelos de producción y de consumo sostenibles, con el consecuente crecimiento de una conciencia responsable hacia nuestra casa común. A esta tarea el Papa convocó “a los Estados miembros y a la sociedad civil, al sector privado, al mundo científico, a las instituciones financieras, a las autoridades sub nacionales, a las comunidades locales, y a las poblaciones indígenas a dar su propia contribución a tal fin”.
Concluyó Francisco su mensaje, enviando sus mejores deseos para que los trabajos de la Conferencia “estén guiados por una conciencia de responsabilidad que impulse a cada uno a promover de modo serio una cultura del cuidado de la creación y del prójimo que impregne a toda la sociedad”. “El estilo de vida basado en la cultura del descarte es insostenible y no debe tener lugar en nuestros modelos de desarrollo y de educación”, subrayó el Papa.
La conferencia de la ONU sobre el clima se inauguró este lunes 7 de noviembre en Marrakech con la misión de concretar los compromisos adquiridos el 2016 por la comunidad internacional en París para luchar contra el cambio climático. Unos 192 Estados firmaron el Acuerdo de París y un centenar de ellos ya lo han ratificado.
La reunión de Marrakech reúne a dirigentes políticos, científicos, ONG y empresas y continuará hasta el viernes 18 de noviembre.