VIEDMA.- En medio de un acto institucional, referentes del movimiento antinuclear colgaron una bandera en el Salón Gris de la Casa de Gobierno, ante la mirada atónita de los funcionarios. Fue ayer, mientras el gobernador firmó un convenio con Nación para la prevención y erradicación de la violencia contra las mujeres. Al finalizar, hubieron reclamos por la instalación de la central en Río Negro.
Los vecinos de Viedma criticaron a viva voz la iniciativa. Alberto Weretilneck se enfrentó, por primera vez, a una situación incómoda en su casa. Minutos antes, debió escuchar a la dirigente sindical Cristina Marcelini exponer su denuncia por los insultos que sufrió de parte del titular de UPCN, Juan Carlos Scalesi, en una radio.
Las críticas al gobierno apuntaron a la información que está propalando con los “beneficios” de la energía nuclear y el desarrollo económico que traería para la región. También pidieron la libertad del dirigente mapuche Facundo Jones Huala.
El movimiento antinuclear viene desarrollando asambleas en Viedma y otras ciudades rionegrinas. Comenzaron en la Catedral, se trasladaron a las plazas y seguirán en otros ámbitos. Ayer, se desarrolló una charla en la salón del SITRAJUR de expertos chubutenses que los “altos riesgos” de la actividad nuclear. Durante la disertación, estuvo la diputada María Emilia Soria.
Los integrantes de la asamblea antinuclear aseguraron que irán a todos los actos públicos que sea necesario para expresar su rechazo. Hasta acá, había reuniones en sitios específicos, pero todo indica que las quejas saldrán a la calle.
Ayer se dio el primer acontecimiento, en el corazón de la Casa de Gobierno.
Fuente: ADN