Buenos Aires, Argentina, 2 de mayo de 2017. En un contexto de creciente preocupación por la pérdida de biodiversidad a nivel global, Argentina puso en marcha un programa pionero de conservación conocido como Extinción Cero, cuyo objetivo es evitar la desaparición de especies emblemáticas y críticamente amenazadas del territorio nacional. En una primera etapa, el plan se focaliza en siete especies nativas, todas ellas representativas de distintos ecosistemas del país y actualmente al borde de la extinción.
Según explicó Sergio Bergman, ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, la elección de estas siete especies se basó en “su estado crítico de conservación y la posibilidad de desarrollar acciones concretas que generen un impacto positivo en el corto y mediano plazo”. Además, aclaró que esta fase inicial del programa funcionará como un conjunto de proyectos piloto, cuyo aprendizaje será clave para escalar la experiencia a otras especies amenazadas.
“La sistematización de los resultados obtenidos, las experiencias acumuladas, los saberes adquiridos y las capacidades instaladas permitirán replicar este modelo en futuros programas de conservación. Es una inversión estratégica no solo en biodiversidad, sino también en conocimiento y en la relación entre las personas y su entorno natural”, señaló Bergman.
La implementación de Extinción Cero representa una señal fuerte de compromiso del Estado argentino con la agenda ambiental. Al centrarse en especies en riesgo extremo, el programa no solo busca evitar extinciones, sino también restaurar ecosistemas degradados, sensibilizar a la población y promover un modelo de desarrollo más armónico con la naturaleza.
En un mundo donde la sexta extinción masiva ya no es una hipótesis, sino una dolorosa realidad, este tipo de iniciativas resultan fundamentales para revertir la tendencia y construir un futuro donde la biodiversidad no sea una víctima, sino un pilar del bienestar colectivo.
Las siete especies en peligro crítico de extinción
El programa inicial del Plan Extinción Cero se focaliza en siete especies representativas de diferentes ecosistemas argentinos, todas ellas con un rol ecológico clave y en situación crítica
Las especies seleccionadas para esta etapa inicial son el Yaguareté (Panthera onca), la Ranita del Pehuenche (Atelognathus pehuenche), el Cardenal Amarillo (Gubernatrix cristata), el Venado de las Pampas (Ozotoceros bezoarticus), la Mojarra Desnuda (Gymnogeophagus setequedas), el Macá Tobiano (Podiceps gallardoi) y el Cauquén Colorado (Chloephaga rubidiceps). La elección de estas especies no es casual: cada una cumple un rol ecológico clave en su hábitat, y su pérdida implicaría un desequilibrio profundo en los ecosistemas donde habitan.
Leer más: El animal que solo existe en la Patagonia y está en peligro de extinción
Yaguareté (Panthera onca)

Las siete especies en peligro crítico de extinción en Argentina
El yaguareté, conocido científicamente como Panthera onca, está catalogado en Argentina como una especie en peligro crítico de extinción. Reconocido legalmente como Monumento Natural Nacional mediante la Ley Nº 25.463, su protección es una prioridad para el país. La Administración de Parques Nacionales, junto con la Dirección de Fauna Silvestre y en coordinación con las provincias del norte argentino, lideran el Plan Nacional de Conservación del Yaguareté, una iniciativa clave para revertir el declive de esta especie emblemática.
En las últimas décadas, el área de distribución del yaguareté en Argentina se ha reducido en un 95%, quedando fragmentada en pequeños núcleos aislados. Se estima que la población total no supera los 250 ejemplares, concentrados principalmente en las regiones de las Yungas, el Chaco y el Impenetrable chaqueño. Este felino es considerado una especie paraguas, ya que su conservación contribuye a proteger numerosos ecosistemas y otras especies que dependen de estos hábitats.
Las amenazas que enfrenta el yaguareté son múltiples y complejas. La fragmentación y degradación de su hábitat debido a la expansión agrícola, la deforestación y la urbanización limitan su capacidad de movimiento y reproducción. Además, la caza furtiva y los atropellamientos en rutas generan una pérdida directa de individuos. La disminución en la abundancia de sus presas naturales también afecta su supervivencia, ya que reduce las fuentes de alimento disponibles.
En abril de 2025, se aprobó el “Plan Estratégico para la Conservación del Yaguareté en las Yungas Argentinas 2024” (Resolución N° 82/2025), que actualiza y fortalece las acciones para proteger a esta especie. Este plan, resultado de un proceso participativo, establece metas claras para aumentar la población silvestre, mejorar la conectividad entre hábitats y promover la coexistencia con las comunidades locales.
Entre las medidas destacadas se incluyen el monitoreo satelital de ejemplares, la restauración de corredores biológicos, la prevención de la caza ilegal y campañas de educación ambiental. Además, se trabaja en la integración de esfuerzos entre organismos nacionales, provinciales, ONGs y científicos para maximizar el impacto de las acciones.
El yaguareté es el mayor felino de América y cumple un rol fundamental como depredador tope en sus ecosistemas. Su presencia regula las poblaciones de grandes herbívoros y mantiene el equilibrio natural, lo que lo convierte en un indicador clave de la salud ambiental. Proteger al yaguareté significa también conservar la biodiversidad y los servicios ecosistémicos que sustentan a numerosas especies y comunidades humanas.
Recientemente, se han registrado nuevos ejemplares en áreas protegidas como el Parque Nacional El Impenetrable y en corredores de conservación en Formosa, lo que demuestra la efectividad de las estrategias implementadas. La colaboración activa de productores, pobladores y especialistas es fundamental para continuar avanzando en la recuperación del yaguareté.
El compromiso continuo del Estado argentino y sus aliados es esencial para asegurar que esta especie emblemática no solo sobreviva, sino que también recupere su lugar en los bosques y selvas del norte del país.
Ranita del Pehuenche (Atelognathus pehuenche)

La ranita del Pehuenche (Alsodes pehuenche) es una especie endémica que habita exclusivamente el Valle del Pehuenche, ubicado en los Andes Centrales de Argentina, muy cerca de la frontera con Chile. Esta rana está catalogada como especie en peligro crítico debido a su distribución extremadamente limitada, restringida a una superficie aproximada de 9 km² que comprende arroyos de montaña a ambos lados de la frontera.
Esta especie depende exclusivamente de ecosistemas acuáticos frágiles, los cuales han sido afectados por la construcción de infraestructura vial en la zona. Las obras viales modificaron el curso natural de los arroyos donde vive, generando alteraciones en su hábitat y provocando una mortalidad estimada en al menos el 25% de su población. Además, factores como la contaminación del agua por el tránsito vehicular, el uso de sal en invierno para el deshielo, el pisoteo del ganado doméstico y la presencia del hongo patógeno Batrachochytrium dendrobatidis representan amenazas adicionales para su supervivencia.
Importancia de la conservación y acciones en marcha
La inclusión de la ranita del Pehuenche en el programa nacional Extinción Cero representa un avance sin precedentes, ya que es la primera vez que el Estado argentino implementa medidas específicas para proteger anfibios nativos en peligro. El plan contempla un manejo activo del hábitat crítico y la ejecución de un programa de conservación ex situ para preservar ejemplares fuera de su entorno natural.
Estas acciones cuentan con la colaboración de organismos como la Dirección de Fauna de Mendoza, la Universidad Nacional de Cuyo, la Asociación Herpetológica Argentina, el CONICET y el Ministerio de Ciencia y Tecnología. Gracias a este trabajo conjunto, se han identificado nuevas poblaciones fuera del área inicialmente conocida, lo que abre perspectivas positivas para la conservación de la especie.
Amenazas y desafíos
La ranita del Pehuenche enfrenta múltiples riesgos, entre ellos:
- Alteración y fragmentación de su hábitat por obras viales y tránsito en el Paso Internacional Pehuenche.
- Contaminación y modificación de la calidad del agua.
- Pisoteo por ganado doméstico y crecidas naturales.
- Presencia del hongo quitridio, que afecta a los anfibios a nivel global.
- Depredación por especies invasoras como truchas y posibles depredadores nativos.
Proteger el hábitat de la ranita del Pehuenche también favorece la conservación de otras especies endémicas de la región, como los lagartos Liolaemus flavipiceus y Phymaturus verdugo, contribuyendo así a la preservación integral de la biodiversidad local.
Cardenal Amarillo (Gubernatrix cristata)

El cardenal amarillo (Gubernatrix cristata) es una especie emblemática de América del Sur, cuya distribución abarca Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil, aunque la mayor parte de sus poblaciones se encuentran en territorio argentino. Esta ave habita principalmente en el Espinal y en zonas de transición entre el Espinal, el monte y el pastizal pampeano, ecosistemas que han sufrido importantes modificaciones.
Estado de conservación y amenazas
Actualmente, el cardenal amarillo está catalogado como especie en peligro crítico de extinción debido a la fuerte presión que ha sufrido por la captura ilegal para el comercio de mascotas. Su vistoso plumaje y canto melodioso lo convierten en uno de los pájaros más buscados para el tráfico ilegal, afectando gravemente sus poblaciones naturales.
Además del comercio ilegal, la pérdida y fragmentación de su hábitat por la expansión de la frontera agropecuaria y la explotación forestal constituyen amenazas significativas que reducen el espacio disponible para la especie.
Para frenar el declive del cardenal amarillo, se implementan diversas estrategias centradas en la fiscalización y control del comercio ilegal, junto con campañas de concientización y educación ambiental dirigidas a la población. Estas acciones buscan disminuir la captura y comercialización ilegal, promoviendo el respeto por la especie y su hábitat.
Asimismo, se trabaja en la recuperación de poblaciones silvestres mediante la liberación de ejemplares provenientes de decomisos, reintroduciéndolos en áreas adecuadas y monitoreando su adaptación y reproducción en libertad.
Organizaciones como Aves Argentinas lideran proyectos integrales que incluyen relevamientos nacionales, rehabilitación, liberación y seguimiento de cardenales amarillos. Estas iniciativas cuentan con el apoyo de organismos gubernamentales y científicos, fortaleciendo la protección de la especie en sus hábitats naturales.
El cardenal amarillo también está protegido por leyes nacionales y provinciales, y ha sido declarado Monumento Natural Provincial en algunas regiones, lo que refuerza su marco legal de conservación.
Más allá de su belleza y canto, el cardenal amarillo cumple un papel fundamental en los ecosistemas del Espinal y áreas aledañas, contribuyendo a la dinámica de estos ambientes. Su conservación es clave para mantener la biodiversidad y la salud ambiental de estas regiones.
Venado de las Pampas (Ozotoceros bezoarticus)

El venado de las pampas, conocido científicamente como Ozotoceros bezoarticus, es una especie emblemática que se encuentra en peligro de extinción en Argentina. Desde 2011, cuenta con un Plan Nacional de Conservación que busca proteger y recuperar sus poblaciones. Además, ha sido declarado Monumento Natural Provincial en Buenos Aires, Santa Fe, Corrientes y San Luis, las principales provincias donde se distribuye esta especie. Recientemente, se han registrado ejemplares en la provincia de La Pampa, ampliando su área conocida.
Las poblaciones de venado de las pampas enfrentan serias amenazas, principalmente la fragmentación y pérdida de su hábitat natural debido a la expansión agrícola, ganadera y forestal. La introducción de especies exóticas invasoras, como el chancho cimarrón y perros asilvestrados, también afecta negativamente su supervivencia. Estas presiones han provocado que la especie se encuentre restringida a pequeñas poblaciones aisladas, dificultando su recuperación.
El programa nacional se enfoca en la protección y restauración de los hábitats críticos donde habita el venado de las pampas. Se establecen pautas para un manejo activo de las poblaciones, incluyendo monitoreos constantes y acciones coordinadas con las provincias para controlar las especies invasoras que representan una amenaza directa.
En áreas protegidas como el Parque Nacional Campos del Tuyú, ubicado en Buenos Aires, se realizan censos regulares para evaluar el estado poblacional y tomar decisiones informadas para su conservación. Estas acciones permiten detectar cambios en la población y adaptar las estrategias de manejo según las necesidades.
Gracias a los esfuerzos conjuntos entre organismos nacionales, provinciales y organizaciones como Rewilding Argentina, se han logrado avances significativos en la recuperación de algunas poblaciones. Por ejemplo, en el Gran Parque Iberá, Corrientes, la población de venado de las pampas ha mostrado una tendencia positiva, convirtiéndose en una de las más importantes del país.
El Plan Nacional de Conservación continúa fortaleciendo la protección de esta especie y su entorno, promoviendo la coexistencia con actividades productivas sostenibles y fomentando la participación comunitaria para asegurar un futuro viable para el venado de las pampas en Argentina.
Macá Tobiano (Podiceps gallardoi)

El macá tobiano (Podiceps gallardoi) es una especie de ave acuática que se encuentra en estado crítico de conservación y que habita casi exclusivamente en Argentina. Esta especie única forma parte de las aproximadamente 220 aves en peligro crítico a nivel mundial. Su área de reproducción se localiza en las mesetas elevadas del oeste de la provincia de Santa Cruz, mientras que durante el invierno migra hacia las rías y estuarios de los grandes ríos de la misma región.
En las últimas décadas, la población del macá tobiano ha experimentado una caída alarmante, estimada en alrededor del 80%. Entre las causas más relevantes se encuentran la presencia de especies exóticas invasoras que compiten por el hábitat y afectan la disponibilidad de recursos, así como los efectos del cambio climático, que alteran los ecosistemas donde esta ave vive y se reproduce. Además, la construcción de represas hidroeléctricas en el río Santa Cruz ha generado impactos negativos en sus zonas de invernada, afectando la calidad y estabilidad de sus hábitats acuáticos.
El programa Extinción Cero incluye al macá tobiano como una de sus especies prioritarias, enfocándose en el control y erradicación de especies invasoras que amenazan su supervivencia. Asimismo, se promueve la creación y fortalecimiento de áreas protegidas en los sitios clave para su reproducción y descanso invernal.
El “Proyecto Macá Tobiano”, con más de 15 años de trabajo científico, ha sido fundamental para desarrollar estrategias basadas en evidencia que permiten monitorear y proteger a esta especie. Este proyecto, liderado por expertos del CONICET y en colaboración con ONG nacionales e internacionales, ha impulsado el “Programa Patagonia”, que utiliza al macá tobiano como especie bandera para abordar problemáticas ambientales más amplias en la región.
La conservación del macá tobiano no solo es vital para preservar una especie única del patrimonio natural argentino, sino que también contribuye a la protección de ecosistemas acuáticos frágiles y a la biodiversidad de la Patagonia Austral. La responsabilidad de su cuidado recae principalmente en el Estado argentino, que junto con organizaciones civiles y científicas, trabaja para garantizar un futuro sostenible para esta ave emblemática.
Cauquén Colorado (Chloephaga rubidiceps)

El cauquén colorado (Chloephaga rubidiceps) es una especie migratoria con una distribución limitada al centro y sur de Argentina y Chile. Esta ave anida en el extremo sur de la Patagonia y, durante los meses de invierno, migra hacia el sur de la provincia de Buenos Aires, donde encuentra sus áreas de invernada. Actualmente, se encuentra en peligro crítico de extinción, con una población estimada en menos de 900 individuos.
Entre las mayores amenazas que enfrenta esta especie se encuentran la caza furtiva en sus zonas de invernada y la reducción del éxito reproductivo, causada por la alteración del hábitat en los sitios de nidificación. Además, la presencia de especies exóticas invasoras, que depredan sobre sus nidos, afecta significativamente la reproducción y supervivencia de las crías.
Históricamente, el cauquén colorado fue considerado una “plaga” debido a los daños que ocasionaba en cultivos, lo que contribuyó a la presión de caza que aún persiste en algunas áreas.
Para proteger al cauquén colorado, se implementan políticas coordinadas entre Argentina y Chile, como el Plan de Acción Binacional para la Conservación de la especie, firmado en 2013. Este acuerdo internacional busca fortalecer la conservación a través del control de la caza ilegal, la protección de hábitats críticos y la promoción del éxito reproductivo.
En Argentina, la resolución SAyDS N° 348/2010 declara al cauquén colorado como especie en peligro crítico de extinción, mientras que la resolución SAyDS N° 551/2011 prohíbe su caza, captura y transporte interprovincial. Además, se realizan monitoreos anuales en las áreas de invernada y reproducción, principalmente en las provincias de Río Negro, Buenos Aires, La Pampa, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego.
El cauquén colorado desempeña un papel importante en los ecosistemas patagónicos, contribuyendo a la dispersión de semillas y al equilibrio de las comunidades acuáticas y terrestres. La conservación de esta especie es un compromiso compartido entre Argentina y Chile, que trabajan conjuntamente con organismos provinciales, ONGs y comunidades locales para asegurar su supervivencia.
Aunque la población continental del cauquén colorado enfrenta un declive significativo, la colaboración binacional y las acciones de manejo adaptativo ofrecen esperanza para su recuperación. La protección efectiva de sus áreas de nidificación y de invernada, junto con el control de especies invasoras y la educación ambiental, son claves para revertir la tendencia negativa y garantizar un futuro sostenible para esta emblemática ave migratoria.
Mojarra desnuda (Gymnocharacinus bergii)

La mojarra desnuda, conocida científicamente como Gymnocharacinus bergii, es una especie de pez nativa y ancestral que enfrenta un riesgo extremo de extinción. Su distribución está limitada a un área muy reducida de aproximadamente 100 km², concentrada en las cabeceras del arroyo Valcheta, ubicado en la meseta de Somuncurá, entre las provincias de Chubut y Río Negro.
Hábitat restringido y características únicas
Este pez endémico habita en ecosistemas termales muy particulares, donde las condiciones del agua son estables y templadas, lo que ha permitido que desarrolle adaptaciones fisiológicas únicas. La mojarra desnuda no tolera cambios significativos en la temperatura ni en la composición química del agua, por lo que su supervivencia depende estrictamente de la conservación de este hábitat específico.
Una característica distintiva de esta especie es la pérdida progresiva de sus escamas a medida que alcanza la adultez, lo que le da su nombre común. Los ejemplares adultos miden hasta 8 centímetros y presentan un cuerpo de tonos pardos con reflejos dorados.
La principal amenaza para esta especie es la alteración de su hábitat causada por actividades humanas, como la contaminación del agua y la introducción de especies de peces exóticas que compiten por recursos o depredan sobre ella. También representan un riesgo las especies nativas que han sido trasladadas a la zona, generando desequilibrios ecológicos.
Debido a estas presiones, la población de la mojarra desnuda ha disminuido considerablemente, y actualmente se la considera en peligro crítico de extinción. En reconocimiento a su importancia, la provincia de Río Negro la declaró Monumento Natural, protegiendo legalmente su hábitat.
El programa Extinción Cero incluye a la mojarra desnuda como una especie prioritaria, enfocándose en la evaluación detallada de su hábitat y en la implementación de medidas para su conservación. Entre las acciones principales se encuentran el control y la erradicación de especies exóticas invasoras que amenazan la integridad del ecosistema termal.
Además, organizaciones como el CONICET, universidades locales y la Secretaría de Ambiente de Río Negro trabajan en conjunto para monitorear la población y promover prácticas que minimicen el impacto humano en la región.
La protección de la mojarra desnuda no solo garantiza la supervivencia de esta especie única, sino que también contribuye a la conservación de otros organismos endémicos que habitan la meseta de Somuncurá, incluyendo anfibios y reptiles exclusivos de esta área.
También te puede interesar:
Leer más: El huemul, una especie en peligro de extinción
Leer más: Monitorean una nutria nativa en peligro de extinción en el Parque Nacional Lanín