Neuquén, Provincia de Neuquén, 13 de diciembre de 2024. Las especies exóticas silvestres introducidas en diversas regiones no solo generan consecuencias económicas, ecológicas y culturales, sino que también pueden representar un riesgo significativo para la salud pública. Investigadores del CEAN (Centro de Ecología Aplicada del Neuquén) y del CONICET están llevando a cabo un exhaustivo estudio sobre el rol epidemiológico de estas especies, particularmente aquellas que han ido expandiéndose en la provincia de Neuquén, con el fin de identificar zonas de alto riesgo sanitario.
La doctora Laura Guichón, investigadora del INIBIOMA (Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente) de CONICET y la Universidad Nacional del Comahue, lidera un proyecto conjunto entre el Grupo de Ecología Terrestre de Neuquén y diversas instituciones académicas y gubernamentales. Su investigación se centra en especies como el visón americano (Neogale vison), el jabalí, el ciervo colorado, las ratas y la codorniz californiana, las cuales están en expansión en la región y podrían actuar como reservorios o transmisores de enfermedades para humanos, animales domésticos y especies autóctonas.
Un hallazgo clave de la investigación es que más de la mitad de los visones analizados mostraron presencia de anticuerpos contra la bacteria Leptospira, agente causante de la leptospirosis. La doctora Guichón explicó que el estudio está analizando la capacidad de estos animales para eliminar la bacteria en el ambiente, lo que podría incrementar su circulación y, por ende, el riesgo de contagio. En una región como Neuquén, donde los visones habitan cerca de cuerpos de agua con uso recreativo intensivo, este factor se convierte en una preocupación para la salud pública.
La leptospirosis es una enfermedad zoonótica que puede ser mortal y se transmite por contacto con la orina o fluidos corporales de animales infectados, ya sea de manera directa o indirecta a través del agua o suelo contaminados. Dada la proliferación de estos animales exóticos en áreas urbanas y rurales, los investigadores subrayan la importancia de evaluar y monitorear su impacto epidemiológico, ya que pueden facilitar la propagación de diversas enfermedades.
Colaboración interinstitucional para la recolección de datos
El éxito de este proyecto depende en gran medida de una extensa red de colaboración interinstitucional que involucra a numerosos actores locales. El equipo de trabajo no solo está formado por los investigadores de CONICET y el CEAN, sino que también incluye a guardafaunas provinciales, técnicos de áreas protegidas, cazadores, veterinarios y personal de escuelas rurales y campos privados. Esta red permite la recolección de muestras de animales provenientes de áreas de difícil acceso, incluidas las de animales atropellados.
Uno de los mayores desafíos del proyecto es la escasez de información sobre los patógenos que afectan a estas especies exóticas en la región. Debido a esto, el monitoreo resulta exploratorio y requiere una estrecha colaboración con laboratorios especializados y grupos de investigación de universidades nacionales para identificar virus, bacterias y parásitos. La doctora Guichón destacó el trabajo conjunto con el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (ANLIS-Malbrán) para el análisis de leptospirosis en los visones y con otras instituciones para estudiar la presencia de pulgas en ratas y visones, que podrían actuar como vectores de patógenos zoonóticos.
Riesgos sanitarios asociados a la expansión de especies exóticas
El trabajo de los investigadores también pone de relieve otros posibles riesgos sanitarios derivados de la expansión de especies exóticas, especialmente en zonas con prácticas cinegéticas. El consumo y manejo de animales como el ciervo colorado y el jabalí podrían ser un foco de riesgo, no solo por la ingestión de carne infectada, sino también por la manipulación y el tratamiento de los animales durante la caza. Los investigadores han señalado que la manipulación inapropiada de estos animales, así como su conservación y descarte, podrían convertirse en fuentes de infecciones.
El visón americano y las ratas son otro ejemplo de especies que habitan tanto en ambientes silvestres como en zonas urbanas y rurales, lo que aumenta su potencial para actuar como transmisores de patógenos entre especies y en diversos ambientes. La convivencia de estos animales con humanos y otros animales domésticos eleva la probabilidad de transmisión de enfermedades a distintos grupos poblacionales, lo que hace aún más urgente el monitoreo y control de su expansión.
Impacto y relevancia del proyecto
Este estudio tiene un impacto significativo no solo para la ecología local, sino también para la salud pública y la seguridad sanitaria de la población. La investigación está siendo presentada en diversos foros académicos y científicos, como las XXXV Jornadas Argentinas de Mastozoología, celebradas recientemente en San Luis. Además, resalta la importancia de adoptar un enfoque multidisciplinario y colaborativo para abordar los desafíos asociados a la expansión de especies exóticas en un contexto regional, que incluye tanto aspectos científicos como sociales y sanitarios.
El trabajo del Grupo de Ecología Terrestre de Neuquén, con el respaldo de CONICET y el CEAN, es un ejemplo claro de cómo la ciencia y la colaboración interinstitucional pueden ayudar a comprender y mitigar los riesgos asociados a la introducción de especies foráneas. A medida que la investigación avance, se espera que se identifiquen nuevas zonas de riesgo sanitario y se desarrollen estrategias de prevención más efectivas para proteger la salud pública, la fauna local y los ecosistemas de la región.
La expansión de especies exóticas silvestres, como el visón americano, el jabalí o las ratas, representa un desafío creciente para la biodiversidad y la salud pública en Neuquén. La investigación liderada por la doctora Guichón y su equipo es fundamental para entender cómo estas especies pueden actuar como reservorios y transmisores de enfermedades zoonóticas. Este esfuerzo interinstitucional es crucial para identificar las zonas de mayor riesgo y establecer medidas de control y prevención que protejan tanto a la población humana como a los ecosistemas naturales de la región.