MONITOREO Y ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN GEOPOLÍTICA EN EL MUNDO Y SU IMPLICANCIA EN LA PATAGONIA

General Roca – La frase –no científica– que mueve muchos de los proyectos de Y-Tec, la empresa formada por YFP y el Conicet, dice más o menos así: hay que dejar de suponer para conocer realmente qué potencial existe. La fórmula lingüística se usó para desarrollar las baterías de litio en Jujuy, los estudios de la geotermia en Copahue y, ahora, para la instalación de dos boyas de medición en el mar austral Argentino.

Los pasados 2 y 3 de diciembre, en medio de una ventana climática única, los técnicos pudieron fondear las boyas meteoceánicas Axys y Wavescan. La primera se instaló en Punta Loyola (Santa Cruz) y la segunda en el estrecho de Magallanes, luego ambas se trasladarán para terminar con el estudio de siete áreas en total. «Las condiciones en el lugar son muy complicadas, a veces hay que enfrentar vientos de hasta 120 km/h y olas muy fuertes. Hacía días que esperábamos esa ventana. Por eso no queríamos anunciarlo antes», explicó Gustavo Bianchi, presidente de Y-Tec.

Las boyas permitirán registrar datos para medir corrientes, olas y parámetros meteorológicos. El proyecto, que tiene una duración de tres años, permitirá desarrollar una biblioteca de datos que desembocarán en el primer mapa oceanográfico del sur del continente para el aprovechamiento energético de las corrientes oceánicas. Como hipótesis, Bianchi sostiene que el mar Argentino tiene una capacidad de producción eléctrica de 10.000 MW de potencia.

En Punta Loyola se estudiará la potencia de las mareas, una de las formas para aprovechar la energía mareomotriz (las otras dos son olas y corrientes marinas subacuáticas). En el estrecho de Magallanes se analizarán las corrientes subacuáticas.

El equipo que trabaja en el proyecto señala a favor del potencial nacional las características naturales originales. «Para el aprovechamiento de las mareas –que utiliza la diferencia de altura entre subida y bajada– se necesitan estuarios. El lugar que estudiamos cuenta con un estuario natural, lo que nos otorga una ventaja inicial», explica Bianchi y agrega que «conocemos experiencias que se rentabilizan con cuatro metros de diferencia entre las mareas y en nuestras costas hay hasta 12 metros».

En el caso de las corrientes marinas, su aprovechamiento eléctrico funciona de manera similar a una hidroeléctrica por lo que necesita un embalse. En el caso del estrecho de Magallanes esto lo aporta la naturaleza. Y, además, agregan que ya han medido corrientes de hasta cinco nudos, una condición por demás favorable.

Los datos aportados por las boyas Axys y Wavescan permitirán montar las primeras microturbinas que determinarán el factor de carga (días netos de producción) y la eficiencia. Con ambos se determinarán el caso de negocio, lo que significa saber cuánto costará la generación del MW/h. Si bien las estimaciones iniciales no son del todo optimistas, ya que calculan u$s 130 el MW/h, no se alejan tanto de los valores actuales para hidroeléctricas o centrales térmicas que pueden entregar energía entre u$s 70 y u$s 120 el MW/h.

Bianchi agregó que en paralelo trabajan en el estudio de las migraciones de las especies marinas para no afectar su ecosistema y también evitar que se dañen los equipos. Lo mismo ocurre con el análisis del movimiento de las dunas en el fondo del mar y los elementos responsables del biofouling (bioensuciamiento) y la biocorrosión.

Consultado si el potencial que guarda el mar Argentino podría alcanzar la generación de una represa como Yacyretá, el titular de Y-Tec no duda en responder que se trata de «varias yacyretás». Las condiciones que a priori demuestran la naturaleza y la necesidad de diversificar las fuentes de energía hacen de la electricidad mareomotriz una excelente oportunidad que se suma, por ahora, a la repisa de la generosidad de los recursos del país.

FUENTE: rionegro.com.ar