La verdad que nadie te contó sobre los glaciares patagónicos: ¿están desapareciendo más rápido de lo que pensás?
La advertencia helada que sacude a la Patagonia
Cuando se habla de la Patagonia, inevitablemente se piensa en sus paisajes infinitos, sus montañas imponentes y, sobre todo, en sus glaciares. Esos gigantes de hielo que parecen inmortales, que atraen a millones de turistas al Parque Nacional Los Glaciares y que se convirtieron en símbolos de la naturaleza indomable. Pero detrás de las postales perfectas y los videos virales del famoso rompimiento del glaciar Perito Moreno, hay una verdad incómoda que muchos prefieren ignorar: los glaciares patagónicos se están derritiendo a un ritmo alarmante. Lo que parecía eterno se está desmoronando frente a nuestros ojos, y las consecuencias pueden ser devastadoras, no solo para la región, sino también para la economía, la biodiversidad y el clima global.
Hoy, la ciencia confirma lo que hace una década parecía impensado: incluso el Perito Moreno, considerado durante años un glaciar “estable”, muestra signos de retroceso y debilitamiento estructural. Y si el gigante que parecía indestructible cede, ¿qué queda para el resto de los glaciares menos conocidos pero igualmente vitales? Esta es la historia de una pérdida silenciosa, de un futuro que se derrite, y de por qué necesitamos hablar ya del fin de una era de hielo en la Patagonia.
🧊 ¿Qué está pasando con los glaciares patagónicos?
El caso del Perito Moreno: ¿el glaciar que ya no resiste?
Durante décadas, el Perito Moreno fue presentado como una excepción en el mundo glaciar. Mientras en Groenlandia, Alaska o los Alpes los glaciares retrocedían sin pausa, el Moreno parecía desafiar al cambio climático. Incluso se decía que era “el único glaciar estable del planeta”. Sin embargo, los datos más recientes contradicen ese mito: entre 2018 y 2025 perdió cerca de 2.000 metros de masa, y en algunas secciones el adelgazamiento alcanzó los 5,5 metros por año, una velocidad que encendió las alarmas de la comunidad científica.
Lo más inquietante es que, según estudios publicados en 2025, el glaciar perdió parte de su contacto con el lecho rocoso, lo que permite que el agua del lago Argentino se infiltre debajo del hielo, lubricando su base y acelerando su deslizamiento. Este proceso, prácticamente invisible al ojo humano, podría desencadenar un retroceso de varios kilómetros en las próximas décadas. Si eso ocurre, el Perito Moreno dejaría de ser la maravilla estable que conocimos para transformarse en un glaciar en retirada, al igual que el resto de sus “hermanos” de la Patagonia.
Campo de Hielo Sur: la mayor reserva de hielo fuera de los polos en jaque
Más allá del Perito Moreno, la situación es todavía más crítica en el Campo de Hielo Patagónico Sur, una de las mayores reservas de agua dulce del planeta después de la Antártida y Groenlandia. Allí, glaciares como el Upsala, el Viedma o el Spegazzini muestran retrocesos continuos desde hace más de medio siglo. El glaciar Upsala, por ejemplo, perdió más de 10 kilómetros de longitud en apenas 40 años, un retroceso que alteró por completo el paisaje del Lago Argentino. Lo que antes era un frente glaciar imponente ahora es un enorme lago proglacial lleno de témpanos desprendidos.
La Universidad de Concepción y el Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA) estiman que más del 90% de los glaciares de la región están en retroceso. Y lo más alarmante: muchos de ellos podrían desaparecer por completo antes de fin de siglo si las temperaturas siguen aumentando al ritmo actual.
🌡️ Cambio climático: la causa detrás del retroceso acelerado
El termómetro patagónico: 1,2 °C más caliente en 30 años
La clave de este proceso está en el aumento sostenido de la temperatura en la región. En los últimos 30 años, la Patagonia se calentó en promedio 1,2 °C, una cifra que puede sonar pequeña, pero que tiene un impacto brutal en sistemas tan sensibles como los glaciares. Basta recordar que los glaciares se sostienen en un equilibrio delicado entre la nieve acumulada en invierno y el hielo que se derrite en verano. Con temperaturas más altas y precipitaciones que no compensan, el balance es negativo y los glaciares pierden masa año tras año.
El efecto del agua líquida bajo el hielo
El deshielo superficial también genera un fenómeno poco conocido: el agua que se filtra hasta la base del glaciar. Al actuar como lubricante, este agua acelera el flujo del hielo hacia adelante, aumentando la velocidad de desprendimientos y debilitando la estructura glaciar. Este “deslizamiento acelerado” ya fue observado en Groenlandia y ahora preocupa en la Patagonia, donde algunos glaciares podrían entrar en fases de colapso más rápido de lo esperado.
🐟 Consecuencias ecológicas: un ecosistema que cambia para siempre
Ríos y lagos en transformación
Los glaciares no solo son montañas de hielo: son las fábricas de agua dulce que alimentan ríos y lagos en la Patagonia. Cuando retroceden, los caudales cambian, los lagos se expanden o se reducen, y con ellos los ecosistemas acuáticos que dependen de esa estabilidad. La pérdida de aporte glaciar puede significar la desaparición de especies de peces adaptadas al agua fría, como las truchas, y alterar la dinámica de aves migratorias que utilizan los lagos patagónicos como puntos clave de descanso.
Riesgo de inundaciones y aludes
El retroceso glaciar también genera nuevos lagos proglaciares que, al acumular agua, representan un riesgo latente de desbordes repentinos. Estos fenómenos, conocidos como “GLOFs” (Glacial Lake Outburst Floods), ya ocurrieron en Nepal, Perú y Alaska, y los expertos advierten que podrían ocurrir en la Patagonia si el derretimiento continúa formando grandes cuerpos de agua inestables.
🏔️ Impacto humano: cuando el hielo define la vida de las comunidades
Turismo: la joya económica en jaque
El turismo glaciar es uno de los motores económicos más importantes de Santa Cruz y parte de Chile austral. Miles de visitantes llegan cada año para ver de cerca los glaciares, navegar entre témpanos o caminar sobre el hielo. Si los glaciares retroceden al punto de volverse menos accesibles o perder su espectacularidad, el turismo podría sufrir una caída significativa, con un fuerte impacto en hoteles, agencias y guías locales.
El Perito Moreno, con sus famosas rupturas cíclicas, atrae cámaras del mundo entero. Pero si el retroceso avanza como temen los expertos, esas rupturas podrían volverse menos frecuentes o incluso desaparecer. Imaginemos el impacto turístico si el mayor atractivo glaciar de Argentina deja de ofrecer su espectáculo más icónico.
Agua dulce en riesgo
Más allá del turismo, está el problema del agua. Los glaciares son reservas estratégicas de agua dulce, y su retroceso compromete la disponibilidad para consumo humano, agricultura y generación hidroeléctrica. En un escenario de sequías recurrentes y estrés hídrico creciente, la desaparición de glaciares puede agravar los conflictos por el acceso al agua en la Patagonia y otras regiones del país.
📈 Proyecciones: ¿cuánto hielo queda por perder?
Los modelos climáticos del IPCC (Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático) advierten que, de no reducirse drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero, los glaciares de la Patagonia podrían perder entre un 60% y un 90% de su masa para 2100. Eso significa que muchos glaciares medianos y pequeños desaparecerían por completo, y solo quedarían los más grandes, como Perito Moreno, Viedma o Upsala, aunque en versiones mucho más reducidas.
Un estudio de 2025 publicado en The Guardian advierte que el Perito Moreno podría retroceder varios kilómetros en las próximas décadas, transformando por completo la postal que hoy conocemos. No se trata de una posibilidad lejana: es un escenario probable si la temperatura global supera los 2 °C de aumento respecto a la era preindustrial.
🧠 Ciencia y conservación: la carrera contra el tiempo
Monitoreo tecnológico
En los últimos años, los avances tecnológicos permitieron conocer como nunca antes la dinámica de los glaciares. Satélites europeos como el Sentinel-1 y radares subglaciares instalados por universidades argentinas, chilenas y europeas permiten medir el adelgazamiento del hielo centímetro a centímetro. Esta información es vital para anticipar desprendimientos y modelar el futuro glaciar en diferentes escenarios climáticos.
Educación ambiental y acción local
Organizaciones como el IANIGLA, Parques Nacionales y ONGs ambientales trabajan en programas educativos que buscan sensibilizar a las comunidades locales y a los turistas. La idea es clara: mostrar que los glaciares no son solo un atractivo turístico, sino un recurso vital que necesitamos proteger.
El futuro que se derrite frente a nuestros ojos
Los glaciares patagónicos no son simples postales de ensueño: son termómetros naturales del planeta, reservas de agua dulce y piezas clave de ecosistemas únicos. Su retroceso acelerado nos grita que el cambio climático no es una amenaza futura, sino una realidad que ya está transformando la Patagonia.
La verdad incómoda es que los glaciares están desapareciendo más rápido de lo que pensamos, y lo que perdamos en las próximas décadas será irrecuperable en escalas humanas. La pregunta es si seremos capaces de actuar a tiempo o si dejaremos que estas joyas naturales se derritan hasta convertirse en un recuerdo más de lo que el cambio climático nos arrebató.
✅
Andrés Nievas
Técnico en manejo ambiental, consultor Ambiental y escritor para medios locales e internacionales sobre temas de geopolitica y medio ambiente.





