Greenpeace descubrió nuevos ecosistemas en el fondo marino de la Antártida en una expedición de tres meses en que comenzó a principio de año para realizar investigaciones científicas.
Tras las inmersiones de submarinistas, se identificaron cuatro Ecosistemas Marinos Vulnerables (EMV) que, según un grupo de científicos especialistas, deben protegerse.
Desde la organización resaltaron la necesidad de crear un Santuario del Océano Antártico de 1,8 millones de kilómetros cuadrados para salvaguardar especies como las ballenas y pingüinos.
Las imágenes nunca antes vistas se propusieron como evidencia para demostrar la urgencia de proteger estos ecosistemas ubicados en el Paso de la Antártida y el Estrecho de Gerlache, a lo largo de la Península Antártica.
La expedición formó parte de la campaña de Greenpeace por la protección del Océano Antártico y la creación de un Santuario de 1,8 millones de kilómetros cuadrados, lo que sería el área protegida más grande del mundo.
“Gracias a esta expedición estos ecosistemas en el fondo marino podrán protegerse. Es importante que se pueda cuidar de ellos para que exista la oportunidad de estudiarlos. Hoy se sabe muy poco acerca de estas aguas remotas en la Antártida, es por eso que este hallazgo demuestra la necesidad de que exista una red de santuarios oceánicos”, dijo Estefanía González, coordinadora de la campaña por la Antártida de Greenpeace.