Viedma, Rio Negro, 15 de junio de 2025. Jóvenes guardianes del ecosistema costero se forman con herramientas científicas y comunitarias para enfrentar los desafíos del cambio climático y la pérdida de biodiversidad marina.
En tiempos donde el cambio climático, la contaminación y la pérdida de biodiversidad afectan de manera acelerada nuestros ecosistemas, la figura de los agentes de conservación emerge como clave para el futuro ambiental de las comunidades costeras. Río Negro, una provincia con un valioso frente marítimo, apuesta por fortalecer la capacitación de sus jóvenes protectores del ambiente. En este camino, la articulación con organizaciones como la Fundación Por el Mar resulta fundamental para ofrecer formación de calidad, con base científica, comunitaria y territorial.
¿Qué son los agentes de conservación y por qué son tan importantes?
Los agentes de conservación son personas —en su mayoría jóvenes— que desempeñan tareas vinculadas al monitoreo ambiental, la educación ecológica, el cuidado de especies y el trabajo comunitario en zonas de alto valor natural. Son los ojos, oídos y manos de la protección ambiental en el territorio. Su rol resulta esencial, especialmente en zonas frágiles como la costa atlántica de Río Negro, donde conviven fauna marina, actividades humanas y ecosistemas vulnerables como estepas, dunas y humedales costeros.
La Fundación Por el Mar es una organización sin fines de lucro que trabaja en la protección del mar argentino y sus ecosistemas asociados. Con sede en la Patagonia, su misión es generar conocimiento, educar y articular esfuerzos para cuidar la biodiversidad marina. En este sentido, se ha convertido en una aliada estratégica para gobiernos provinciales, municipios, escuelas y comunidades que buscan fortalecer sus capacidades en gestión ambiental costera.
«La Fundación Por el Mar es una organización sin fines de lucro que trabaja en la protección del mar argentino y sus ecosistemas asociados»
Una capacitación transformadora en el corazón del litoral rionegrino
El reciente encuentro de formación desarrollado en el marco del programa de agentes de conservación en Río Negro fue mucho más que una charla técnica. Se trató de una experiencia inmersiva, donde los participantes adquirieron herramientas prácticas sobre monitoreo de biodiversidad, especies indicadoras, amenazas costeras y metodologías participativas. También reflexionaron sobre el papel del ser humano en los ecosistemas marinos y la necesidad de promover una ética del cuidado ambiental.
Lo más valioso de este proceso es que los protagonistas son jóvenes locales, muchos de ellos provenientes de comunidades costeras como San Antonio Oeste, Las Grutas o El Cóndor. Ellos viven y conviven con el mar. Son los primeros en percibir los cambios del ambiente y los impactos de las actividades humanas. Su formación como agentes de conservación no solo les brinda herramientas técnicas, sino que fortalece su identidad, su rol comunitario y su inserción en una economía verde.

Uno de los enfoques centrales de la capacitación impulsada por la Fundación Por el Mar fue la ciencia ciudadana, una metodología que involucra a personas no expertas en tareas científicas con rigor metodológico. Los agentes aprendieron a realizar registros de fauna, análisis de residuos en playas, toma de datos sobre calidad de agua y observación de especies marinas como aves costeras o mamíferos. Esta información puede integrarse luego a bases de datos provinciales o nacionales.
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Amenazas ambientales costeras: plásticos, urbanización y extractivismo
Durante la capacitación, se abordaron también las principales amenazas para los ecosistemas marinos y costeros. Entre ellas se destacan:
La acumulación de residuos plásticos en playas.
El crecimiento urbano no planificado sobre dunas y humedales.
Las prácticas de pesca no sostenibles.
La contaminación por hidrocarburos y derivados del petróleo.
Los agentes de conservación recibieron herramientas para identificar, monitorear y actuar frente a estas problemáticas desde un enfoque preventivo y comunitario.
Además de técnicas de monitoreo, la capacitación brindó herramientas para educar y sensibilizar a la comunidad. Los agentes aprendieron a diseñar actividades educativas, guías de interpretación ambiental, talleres para escuelas y campañas de difusión. El objetivo es que puedan replicar sus conocimientos en sus barrios, escuelas y espacios públicos, multiplicando la conciencia ambiental en la población.
Este tipo de iniciativas son posibles gracias a la articulación entre actores diversos. En este caso, el programa de agentes de conservación es impulsado por organismos del Gobierno de Río Negro en conjunto con la Fundación Por el Mar y otras organizaciones ambientales del territorio. También participan técnicos del CONICET, educadores ambientales y referentes de pueblos originarios.
Durante el proceso formativo, se promovió una mirada integral sobre el mar como bien común que debe ser protegido por todos y todas. Se discutieron temas como la gobernanza costera, la justicia ambiental y el derecho de las futuras generaciones a disfrutar de un ecosistema marino saludable. Esta perspectiva es clave para empoderar a los jóvenes en su rol de agentes transformadores del presente.
Uno de los logros del programa es su potencial de replicabilidad. La Fundación Por el Mar trabaja con materiales didácticos abiertos, metodologías transferibles y herramientas de bajo costo, lo que permite que esta experiencia pueda ser reproducida en otros municipios costeros. El objetivo es consolidar una red patagónica de agentes de conservación, capaces de actuar de forma articulada ante desafíos ambientales comunes.
Vocaciones verdes: sembrando futuros profesionales del ambiente
Muchos de los jóvenes capacitados manifestaron su interés en seguir formándose en carreras como biología marina, gestión ambiental, ecología o ingeniería en recursos naturales. Esta es una semilla valiosa para la formación de nuevas generaciones comprometidas con el ambiente y con capacidades técnicas para enfrentar los desafíos del siglo XXI.
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Aunque la acción se desarrolló a escala local, su impacto puede ser de gran alcance. Formar agentes de conservación costera contribuye a cumplir con metas globales como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente los relacionados con vida submarina (ODS 14), educación de calidad (ODS 4) y acción por el clima (ODS 13). También fortalece las capacidades locales frente al cambio climático y la pérdida de biodiversidad.
Un modelo a seguir
La experiencia en Río Negro representa un modelo de buenas prácticas en educación ambiental, gestión participativa y conservación comunitaria. Puede inspirar a otras provincias y regiones costeras de Argentina a desarrollar programas similares, combinando ciencia, juventud, compromiso y territorio.
La capacitación de jóvenes agentes de conservación por parte de la Fundación Por el Mar es una apuesta al presente con mirada de futuro. En un mundo cada vez más amenazado por crisis ambientales, formar guardianes locales del mar y sus costas no es solo una buena práctica: es una necesidad. Río Negro da un paso firme en este camino, y lo hace de la mano de quienes tienen más por ganar: las nuevas generaciones.