MONITOREO Y ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN GEOPOLÍTICA EN EL MUNDO Y SU IMPLICANCIA EN LA PATAGONIA

Hallaron microplásticos en peces exóticos y nativos de Mendoza

Mendoza.-La investigación realizada por especialistas del Imbecu-Conicet en el río Mendoza es significativa, ya que es la primera vez que se detecta contaminación en la fauna acuática de la provincia. Los efectos sobre la salud y el comportamiento de estos animales abre el interrogante sobre las posibles implicancias en la salud humana.

Hallaron microplásticos en peces exóticos y nativos de Mendoza

Hallaron microplásticos en peces exóticos y nativos de Mendoza. Foto: Juan Manuel Ríos

Ernesto Gutiérrez.-La industria del plástico, con sus múltiples aplicaciones en campos como la medicina, la tecnología y el embalaje, transformó radicalmente nuestra vida cotidiana. Sin embargo, el uso masivo de este material y su inadecuada gestión cuando se desecha sumió al mundo en una crisis ambiental global. Organizaciones como PlasticsEurope estiman que casi 400 millones de toneladas de plástico se producen al año y prevé que, para el año 2050, esta cifra se duplicará. La problemática alcanzó a Mendoza. De hecho, hace poco se reportó la presencia y abundancia de microplásticos (partículas de plástico de menos de 5 mm) en el sistema digestivo de varias especies acuáticas de la región central andina.

Científicos y científicas del Instituto de Medicina y Biología Experimental de Cuyo (Imbecu, CCT- Conicet, Mendoza) llevaron adelante estudios en peces del río Mendoza, precisamente peces del dique Potrerillos y río arriba del dique, donde hallaron microplásticos en ejemplares de peces exóticos (salmónidos) y nativos (bagre del torrente). La abundancia y los tipos de microplásticos hallados en estos organismos estuvieron en sintonía con lo hallado en otras especies de peces dulceacuícolas de Sudamérica. Este resultado es significativo, ya que es la primera vez que se detecta tal contaminación en la fauna acuática mendocina. Los microplásticos podrían tener efectos adversos en estos animales, lo que llama con urgencia a abordar y mitigar la contaminación plástica en el agua de la provincia. Además, abre preguntas sobre qué otras implicancias tienen para la salud ambiental y humana.

Ejemplar de trucha marrón macho (arriba) y hembra (abajo) recolectados en el dique Potrerillos durante el invierno del 2023. Gentileza Juan Manuel Sarmiento. Foto: Juan Manuel Ríos

“Existen diversos tipos de efectos adversos: por un lado, la biota acuática que incorpora estos diminutos trozos de plástico puede experimentar efectos físicos directos, tales como obstrucción intestinal y otras funciones corporales, como, por ejemplo, en el desempeño natatorio. Por otro lado, las grandes piezas de plástico usualmente atrapan o enredan a varias especies acuáticas, limitan sus movimientos e incluso las ahogan”, explicó a Unidiversidad Juan Manuel Ríos, responsable del laboratorio de Ecotoxicología del Imbecu y líder de la investigación.

La investigación, pionera en el estudio de la presencia de microplásticos en los Andes Centrales, es el resultado del trabajo conjunto de investigadores del laboratorio de Ecotoxicología del Imbecu (CCT, Conicet-Mendoza) y del CURE-Maldonado (Universidad de la República, Uruguay). El primero estuvo conformado por el investigador Juan Manuel Ríos (CIC Conicet), el tesista Juan Manuel Visconti (FCEN, UNCUYO) y la candidata doctoral veterinaria Verónica Loza-Argote y contó con la colaboración especial de Juan Manuel Sarmiento (CDGCAT). En tanto que del grupo del CURE participó el doctor Franco Teixeira de Mello y las candidatas doctorales Camila Vidal, Bárbara de Feo y Evelyn Krojmal. El estudio fue publicado en la revista Water.

Dique Potrerillos. Foto: Juan Manuel Ríos

Por otro lado —en el marco del proyecto Monitoreo y Análisis de la Contaminación Plástica en Ambientes Acuáticos (MappA)— se investigó también la presencia, características y distribución de microplásticos en agua superficial de diversos ecosistemas de agua dulce del país. El estudio estuvo liderado por la doctora María Belén Alfonso, de la Universidad de Kyushu, Japón, e incluyó a 51 científicos y científicas de 31 institutos y centros de investigación. El equipo investigó 117 sitios distribuidos en 21 lagos, 25 lagos someros, siete embalses, 44 ríos y 20 arroyos, cubriendo así las principales cuencas hidrográficas de todo el país.

“El muestreo se realizó durante el verano de diciembre de 2023 a marzo de 2024, incluyendo el dique Potrerillos en Mendoza. La metodología estandarizada y los protocolos de monitoreo se basaron en pautas internacionales y los datos recopilados estarán disponibles para la comunidad científica, siguiendo los principios FAIR (encontrables, accesibles, interoperables y reutilizables). Este enfoque permite que los investigadores en diversas regiones de Argentina, desde Tierra del Fuego hasta Misiones, sigan los mismos procedimientos. Además, la metodología incluye pautas específicas para cada tipo de ambiente acuático. Por ejemplo, el muestreo en ríos y lagos se realizó siguiendo diferentes protocolos adaptados a las características de cada cuerpo de agua, lo que asegura la precisión y comparabilidad de los datos”, detalló el científico del Imbecu.

En peces se hallaron fibras plásticas y fragmentos de diversos colores. Foto: Juan Manuel Ríos

Efectos de los microplásticos en la fauna acuática de Mendoza

“Está comprobado que los microplásticos están presentes en peces y crustáceos de agua dulce, incluyendo especies como la trucha marrón, trucha arcoíris, el dientudo, el pejerrey flecha de plata y la pancora o cangrejo de río, que habitan las cuencas de nuestra provincia. En peces se hallaron fibras plásticas y fragmentos. No se encontraron espumas, gránulos o películas. En el caso de las fibras, los colores detectados fueron el rojo, el amarillo, el blanco, el negro y el azul, siendo este último el dominante. En el caso de los fragmentos, los colores detectados fueron verde y blanco. Estos hallazgos subrayan la incorporación de microplásticos en la cadena alimentaria, con posibles implicaciones para la salud humana”, dijo el especialista.

Resaltó, además, que, tras la ingesta de este material, las respuestas biológicas en los peces de agua dulce son alteraciones en el comportamiento alimentario y rendimiento de la natación y obstrucciones en el tracto digestivo. Además, los microplásticos pueden absorber contaminantes nocivos que podrían ser adquiridos por los animales acuáticos.

“Teniendo en cuenta el grado de contaminación que presenta la zona relevada y que la literatura documentada predice que los microplásticos pueden absorber contaminantes orgánicos presentes en el agua, estos podrían estar funcionando como vehículos para el ingreso de dichas sustancias a los peces, además del grado de toxicidad que puede presentar el microplástico en sí mismo”, señaló el investigador.

En teoría —y en términos de partición química— una pieza de plástico puede atraer otros compuestos, tales como los plaguicidas y metales pesados. “En este contexto, los microplásticos se convertirían en transportadores de sustancias que resultan tóxicas para aquellos organismos que los ingieren o los toman a través de sus branquias. Además, los microplásticos pueden liberar sustancias químicas agregadas durante su fabricación, tales como los plastificantes, lo que causa efectos tóxicos significativos en los animales que los ingieren”, explicó el doctor Ríos.

Equipo del departamento de Náutica que colaboró con el muestreo de microplásticos en agua superficial del dique Potrerillos durante enero de 2024. Gentileza Hugo Di Rocco. Foto: Juan Manuel Ríos

Efectos de los microplásticos en nuestro organismo

Estudios recientes, detalló el investigador, dan cuenta de que los microplásticos son partículas omnipresentes en nuestro planeta y que tienen efectos adversos para la salud ambiental, animal y humana. Esto último enfatiza la urgencia de abordar la problemática de manera integral y buscar posibles soluciones que ayuden a mitigar la contaminación plástica en los ecosistemas de agua dulce de nuestra provincia, como así también adoptar hábitos hogareños que disminuyan la exposición a estas partículas.

“Hoy en día son muy pocos los estudios que reportan la presencia de microplásticos en tejidos humanos. Por ejemplo, se ha reportado la presencia de estos contaminantes en tejido pulmonar, tejido hepático, placenta y, muy recientemente, en testículo. Hay controversias sobre los efectos que los microplásticos pueden ocasionar en las personas, pero sabemos que existen efectos nocivos hallados en otros organismos, tales como alteraciones enzimáticas, endocrinas y el poco conocido efecto caballo de Troya”, explicó Juan Manuel Ríos.

Y continuó: “Sabemos que los microplásticos pueden contener aditivos plásticos y plastificantes que ocasionan efectos de disrupción endocrina y otros efectos bioquímicos negativos. Una vez que los microplásticos han sido ingeridos y se depositan sobre la barrera intestinal, los aditivos se liberan desde el microplástico (efecto caballo de Troya) y atraviesan la barrera de células de ribete en cepillo para alcanzar el torrente sanguíneo y los tejidos diana, lo que ocasiona los efectos mencionados más arriba”, remarcó.

Fragmentos de microplásticos hallados en el sistema digestivo de varias especies acuáticas. Foto: Juan Manuel Ríos

Cómo evitar la ingesta de microplásticos

Los microplásticos vienen de diversas fuentes como la industria textil –una de las principales–, la abrasión neumática en los caminos y rutas, la degradación de productos plásticos más grandes y el uso de cosméticos que contienen partículas exfoliantes, entre otras. Una vez liberados en el medio ambiente, pueden ser transportados por el viento y el agua, y ,eventualmente, ingresar al cuerpo humano a través de la inhalación y la ingestión.

Entre los consejos para evitar ingerirlos se destacan: evitar el uso de botellas de plástico, emplear filtros de agua y optar por recipientes de vidrio, loza o acero inoxidable para almacenar alimentos y bebidas.

“Investigaciones realizadas en 2019 y 2024 han demostrado que el agua embotellada contiene niveles significativamente más altos de microplásticos en comparación con el agua del grifo. En su lugar, se sugiere utilizar botellas reutilizables de acero o vidrio. A pesar de las ventajas del agua del grifo, esta también puede contener microplásticos, pero utilizar filtros de agua certificados puede ayudar a reducirlos, aunque no eliminarlos completamente. El almacenamiento de alimentos también juega un papel crucial. Se recomienda no usar recipientes plásticos para guardar comida, especialmente evitar exponer cualquier plástico a altas temperaturas (en lavavajillas y microondas), ya que eso acelera su degradación y la liberación de microplásticos”, explicó el especialista.

Fuente: www.unidiversidad.com.ar

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