Esta reconversión, posible a través de un préstamo del Banco Mundial de u$s 30 millones, es totalmente novedosa en la región ya que se trata de la primera remediación ambiental de una mina de uranio que se realiza no solo en Argentina sino también en toda Latinoamérica.
En el país hay otras cinco provincias donde se trabaja en proyectos similares, en el final de minas donde hace tiempo no se extrae este mineral fundamental para producciones tan importantes como la núcleo electricidad, la medicina nuclear y el agro, entre otras. Hoy el uranio solo se importa, porque aseguran en el sector que se perdieron recursos de toda índole para hacerla una actividad sostenible.
Esta semana, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la Municipalidad de Malargüe inauguraran el Parque el Mirador, luego de que finalizó la construcción del encapsulado de las colas del mineral en Malargüe. Con esta “área verde” de siete hectáreas -con centros deportivos, bicisenda, pérgolas, juegos infantiles y un anfiteatro- se recuperó parte del predio de la CNEA que será cedido a la Municipalidad de Malargüe y funcionará bajo su administración.
En esa zona, la entidad procesó mineral de uranio entre 1954 y 1986 en lo que fue el Complejo Fabril Malargüe, proveniente de las Minas Huemul y Sierra Pintada. Fue la primera planta de estas características en Argentina y según datos de la CNEA produjo 752 toneladas de uranio, en forma de pasta, materia prima para el combustible usado en los reactores de potencia e investigación.
Por esa actividad, se produjeron colas de mineral, que quedaron en el lugar una vez que el mineral fue procesado para extraer el uranio. Aunque eran de muy baja actividad radiológica, se realizó el encapsulado para evitar su dispersión e interacción con el ambiente y las personas.
La CNEA trabaja en la remediación de sitios donde hubo actividades relacionadas con la minería del uranio, como parte de un plan general de hacer a la actividad minería segura y responsable. Situaciones similares se dan en otras provincias donde hubo actividad minera con uranio como Córdoba (en “El Chicón” y “Los Gigantes”), San Luis (en “La Estela”), La Rioja (“Los Colorados”), Salta (“Tonco”) y Chubut (“Pichiñán”), donde ya no se opera pero resta realizar el cierre de mina. De hecho, el préstamo del Banco Mundial que permitió la remediación de la mina mendocina incluyó el financiamiento de diferentes objetivos en el resto de esas provincias.
Hoy la remediación de Huemul se anuncia en el Ministerio de Energía y Minería nacional como un logro para la política minera sustentable que se encara. El subsecretario de Energía mendocino, Emilio Guiñazú, dijo que “Huemul es el claro ejemplo de las cosas bien hechas, donde se ha podido demostrar que no hubo ninguna afectación a la salud de los pobladores ni al ambiente”.