La problemática de los residuos en la Ciudad de Buenos Aires y Gran Buenos Aires es un tema que no termina de resolverse tanto en el ámbito público como privado desde hace varias décadas. Más allá de algunas excepciones como la Ley de Basura Cero en la capital argentina, reglamentada en 2007, y que promueve la progresiva reducción de la cantidad de residuos que son enviados a tratamiento y luego a relleno sanitario, no hay legislación respecto a obligar a las empresas  a cumplir con su responsabilidad de resolver qué se hace con los residuos que ellas mismos generan a causa de su actividad productiva.

En este contexto, algunas empresas han optado por incorporar estas políticas desde sus mismos planes de Responsabilidad Social Empresaria (RSE) o tercerizando los proyectos de recuperación de residuos a empresas especializadas.

“La estrategia central es comprender la necesidad del generador de residuos y establecer una ingeniería de selección y recolección que no afecte su actividad diaria y su negocio. Cuanto más fácil le resulte clasificar sus residuos, mejor será el resultado obtenido y, a su vez, se coloca a la empresa en el camino de la sustentabilidad”, señala Juan Sebastián Sánchez, emprendedor y Director en IdeR, una empresa privada dedicada a la recuperación de residuos en centros comerciales y supermercados del Conurbano. Lo que promueve la gestión privada es avanzar en programas de reciclado propios debido a los
pocos avances, salvo excepciones, en políticas públicas de tratamiento diferenciado y reciclaje de residuos.

Otro ejemplo de implementación de proyectos en cuanto al reciclaje es la estrategia desarrollada por Mercado Libre en nuestro país y Latinoamérica. Desde 2015, mediante la instalación de infraestructura y capacitación al personal, se buscó adoptar nuevos hábitos para la correcta separación en origen de los materiales. A la fecha se está logrando recuperar un promedio anual del 20% de recuperación de residuos lo que significan 600 kg. de plástico recuperado.

Otra empresa que ha desarrollado proyectos en relación al acopio de materiales es Royal Canin. Junto con la fundación Reciduca, durante la primera mitad de 2017 colectaron 5.780 kg. de cartón, 4.580 kg. de film stretch y 150 kg. de papel, para ser reciclados y luego obtener recursos económicos destinados a llevar adelante cursos de formación laboral en relación al reciclaje de materiales.

Más allá de la responsabilidad y el compromiso ético por el cuidado del medio ambiente que tienen que adoptar desde la mirada de la responsabilidad social, las empresas también son conscientes de la oportunidad de generar nuevos negocios y una mejor imagen de sus marcas. En este sentido, estas iniciativas son un win to win  en cuanto al compromiso con el cuidado del planeta y tener en cuenta la influencia de los consumidores y consumidoras en reclamar a las empresas medidas socialmente responsables.

Si bien es importante que se avance en proyectos y estrategias frente al  problema de la generación de residuos, también es verdad que éstas son medidas que actúan en consecuencia y no de manera preventiva. Aunque las tendencias de reciclaje están en auge y son una pieza crucial del rompecabezas de la sustentabilidad, existe un concepto previo para evitar el derroche propio de las sociedades industrializadas: el preciclaje, que consiste en la responsabilidad empresarial de destinar tiempo a pensar previamente en el impacto ambiental de sus artículos y diseñar el producto para que su envase pueda ser reciclado sin invertir en grandes costos de tiempo, energía  y recursos. Es decir, que el mejor residuo es el que no se produce. Esa es la otra salida.

Fuente: https://puntoverdeblog.net/2017/08/28/las-empresas-y-su-responsabilidad-con-los-residuos-que-generan/