En los últimos tiempos, la ciudad le viene marcando la agenda al campo respecto de la necesidad de implementar prácticas superadoras en materia de sustentabilidad, del cuidado de la salud y del medio ambiente. En este sentido, desde Campolitoral venimos haciendo públicas todas las iniciativas que desde el mismo sector surgen en este sentido, ya que son sus actores quienes mejor entienden los caminos para transitar este desafío. Tal es el caso de Martín Sentous, un joven cordobés nacido en el campo, quien apostó por el diseño industrial como la herramienta superadora a estos conflictos.
En diálogo con Campolitoral, remarcó que en su zona, el tema del destino final de los bidones de agroquímicos representaba una deuda muy importante. “Sólo en la provincia de Córdoba se utilizan unos 3 millones de bidones al año, de los cuales, el 85 por ciento es enterrado o quemado luego de su uso”, disparó.
En base a esta inquietud, presentó un trabajo de investigación para su tesis (que también le mereció importantes premios), apuntando a un desarrollo que permita revertir este problema a través de tecnología de insumos y procesos. “El primer responsable de revertir esto debe ser el fabricante”, agregó, en referencia a su idea que apunta a quienes deberían velar por la recuperación y correcta reutilización de los plásticos que contienen los productos que se usan en la producción agropecuaria.
Diseño para el campo
Para empezar a resolver este dilema, Sentous diseñó una innovadora iniciativa, que involucra un “Eco bidón”; un soporte para transportarlo en el equipo pulverizador “Pehuén”; y el compromiso de retirar los bidones por parte del fabricante para su posterior reutilización.
“El Eco bidón apunta a mejorar la calidad de vida y de trabajo de los productores agropecuarios, no sólo durante su uso, sino antes y después de utilizarlo”, explica. “Se trabajó bajo el concepto de reutilización de los desechos generados durante la actividad de aplicación de productos fitosanitarios”, agrega el Ingeniero, quien destaca que es un desarrollo sustentable, que permite “reconocer el producto por su morfología e identificar sus características por su combinaciones de texturas planas en colores. Además, su manija describe la banda de toxicidad del producto y si el mismo puede o no ser aplicado en ese lugar”.
Su forma hexagonal también permite mejorar su almacenamiento, ya que posibilita acoplar un bidón al lado del otro y por encima, disminuyendo los espacios muertos entre sí y evitando la proliferación de plagas y roedores. Su conjunto, imitando figuras de la naturaleza, se compara con el desarrollo de un panal de abejas, esto hace que también se eviten vuelcos indeseados del contenido de los mismos como así también posibles roturas. Según el desarrollador, su mayor innovación se encuentra en la parte inferior, con una válvula automática que realiza la descarga del contenido sin que el productor o el operador entre en contacto alguno con el contenido del mismo.
Ir más allá
Según Sentous, hay un nicho muy importante de trabajo y muy poco tratado en todo lo relacionado con los desechos que se desprenden de la actividad de la aplicación de agroquímicos y el preparado de los caldos. “Como diseñadores podemos intermediar y de esa manera platear una intervención en la que entre todas las problemáticas, necesidades y oportunidades intentar solucionar los puntos en los que tengamos injerencia”.
Y sostiene que las problemáticas de contaminación (terrestre y atmosférica) derivadas de la quema o entierro de los envases de agroquímicos son algunas de las problemáticas que se intentan solucionar con este diseño.
“Es por ello que se plantea una solución de diseño directamente abocada a los envases de agroquímicos y demás desechos desprendidos de la actividad para hacer de ellos no un problema para el usuario y la sociedad, sino que lograr que representen una oportunidad o se pueda hacer una correcta reutilización de este tipo de productos”.
Además, permite optimizar la etapa del preparado de los caldos, disminuyendo el tiempo en el que el productor, o quien tenga a cargo dicha tarea, se encuentra expuesto a los efectos de dichos productos. “De este modo se busca evitar el contacto directo con el usuario, evitando la inhalación y manipuleo del producto, como así también evitar esfuerzos y mejorar la zona de trabajo para el operario”.
Planificación de diseño
En su investigación, el joven apuntó a generar un correcta intervención de diseño en lo que se refiere a la contaminación desprendida del no reciclado o reutilización de estos envases que si bien observó en la zona urbana y rural de Río Cuarto, es algo que se replica a nivel nacional.
El proyecto implica un rediseño de la morfología, ergonomía y estética, pero también apunta a generar una nueva conciencia en la utilización de esta clases de productos. “Se puede mejorar la calidad de vida de toda la sociedad a partir de una conciente intervención de diseño. Buscando de este modo modelos sustentables y diseños ecológicos que caminan de la mano con las necesidades de las sociedades modernas”.
Según aseguró, en principio permite disminuir la contaminación en un 30 % en forma paulatina. Con el paso del tiempo, disminuir por lo menos en 3 de cada 10 la utilización de envases de plástico.
“No sólo podemos avanzar en generar conciencia ambiental y de eco diseño, sino que podemos establecer una mejora en la organización, carga, descarga, manipulación y depósito de los bidones, apuntando a una optimización de espacios, sobre todo en lugares con infraestructura escasa o nula, para mejorar la calidad de trabajo y de vida de los ocupantes de dicho lugar, como así también hacer un ahorro de espacio”, asegura.
El concepto de sistema
El hecho de trabajar en la morfología formal de los envases como así también en el color, textura y ergonomía, se plasmó en este producto en un nuevo sistema de apertura y cierre de los bidones para evitar la manipulación directa, los derrames y demás riesgos que implican los bidones convencionales. “Trabajar bajo el concepto de reutilización para pensar una solución que comprometa a la misma empresa generadora de agroquímicos como último usuario y tenga la responsabilidad de manejar la disposición final de los envases”, dice que es la única salida. Por eso también se propuso trabajar en la generación de un nuevo módulo de carga. Por eso, el bidón se complementa con el sistema “Pehuén”, un módulo de carga de productos totalmente automático, el que puede adaptarse a cualquier máquina pulverizadora de la que hoy se comercializan en el mercado.
Cuenta con una estructura de tubo de construcción de acero inoxidable austenítico que le brinda excelente resistencia a la corrosión, endurecido por trabajo en frío y no por tratamiento térmico. “Este material tiene una excelente soldabilidad, es fácil de limpiar, tiene un formato sencillo y de fácil transformación”.
Finalmente, Sentous insiste en que el Eco bidón es un desarrollo estético, morfológico y funcional. “Ofrece un cierre automático por medio de una válvula, para que el productor no tome contacto con el contenido. El cuerpo se funda en la idea de un hexágono extruído, lo que permite almacenar, transportar y conservar dicho producto, obteniendo una optimización espacial. Por su morfología nos permite diferenciarlo de manera rápida y seguro del resto de los bidones. También permite almacenarlos tanto en forma horizontal como vertical sin riesgo de ruptura, derrame u otro riesgo”.
Para Sentous, barajar y dar de nuevo no sólo es posible, es indispensable. Su propuesta es una de tantas iniciativas superadoras que empresas, entidades y el sector público deberían apoyar para mejorar entre todos el sistema productivo.
Para las Pymes
Sentous explica que se nota un gradual cambio de mentalidad, pero que todavía falta mucho. “Si bien al contactarnos con empresas que comercializan agroquímicos pudimos encontrarnos con una realidad, donde se empieza a notar el cambio de mentalidad (la venta en pallets de 1000 lts., por ejemplo), son soluciones pensadas para grandes empresas y grandes productores, mientras que el pequeño y mediano productor sigue trabajando en las mismas condiciones”, dice.
“Es así que la necesidad se sucede en mayor porcentaje en pequeños y medianos productores agropecuarios de la zona, que debido a las extensiones de tierra que ellos trabajan realizan una demanda de productos fitosanitarios en medida mayoritaria en bidones de 20 lts. Por lo que entendemos que la problemática de los envases debe abordarse integralmente y desde su origen hasta la disposición final adecuada”.