Buenos Aires, Argentina, 11 de octubre de 2025. Cada año, miles de millones de aves cruzan continentes en uno de los espectáculos naturales más asombrosos del planeta. Pero detrás de esta maravilla migratoria se ocultan amenazas crecientes que comprometen no solo su existencia, sino también la salud de los ecosistemas globales. El Día Mundial de las Aves Migratorias, que se celebra dos veces al año, el 10 de mayo en México y EEUU y el 11 de octubre octubre en sudamerica, es mucho más que una efeméride: es un llamado urgente a la acción.
¿Qué es el Día Mundial de las Aves Migratorias y por qué se celebra dos veces al año?
La celebración tiene lugar el segundo sábado de mayo y el segundo sábado de octubre, para abarcar ambas temporadas migratorias: la primavera boreal y el otoño. Su objetivo es sensibilizar al mundo sobre la necesidad de conservar a las aves migratorias y sus hábitats, así como fomentar acciones individuales y colectivas para frenar su declive. Esta campaña internacional es coordinada por la Secretaría del Acuerdo sobre la Conservación de las Aves Acuáticas Migratorias de África y Eurasia (AEWA), la Convención sobre Especies Migratorias (CMS) y Environment for the Americas (EFTA).
El tema 2025: Luz artificial y crisis urbanas, un combo letal para las aves
El tema para el Día Mundial de las Aves Migratorias 2025 gira en torno a la contaminación lumínica y su impacto en las rutas migratorias, agravado por las crisis urbanas que se multiplican en todo el planeta. La iluminación artificial excesiva, en combinación con el crecimiento descontrolado de las ciudades, desorienta a millones de aves que viajan de noche, provocando colisiones fatales con rascacielos, torres y otras estructuras urbanas.
Además, el Día Mundial del Hábitat 2025, que abordará la respuesta a las crisis urbanas, se alinea temáticamente con esta preocupación, proponiendo enfoques integrales para enfrentar los desafíos urbanos que también afectan a las especies migratorias.
¿Por qué están desapareciendo las aves migratorias?
Las aves migratorias enfrentan una tormenta perfecta: destrucción de hábitats, cambio climático, contaminación, caza ilegal, colisiones con estructuras humanas, y ahora, una nueva amenaza silenciosa: la luz artificial. Muchas aves migran de noche utilizando las estrellas como guía. La luz de las ciudades no solo interfiere con sus sentidos de orientación, sino que las atrae peligrosamente hacia zonas densamente edificadas, generando colisiones y desorientación.
Impacto del cambio climático en las aves migratorias
El cambio climático altera los patrones migratorios: modifica las estaciones, cambia la disponibilidad de alimentos y provoca eventos climáticos extremos. Las aves llegan a sus destinos demasiado pronto o demasiado tarde, encontrando ecosistemas desequilibrados o recursos escasos. Esto afecta no solo su supervivencia, sino la biodiversidad global.
¿Qué podemos hacer para proteger a las aves migratorias?
Apagar luces innecesarias, especialmente durante las noches de migración.
Conservar humedales, bosques y zonas costeras, claves para descanso y alimentación.
Evitar el uso de pesticidas y herbicidas que eliminan insectos y plantas esenciales.
Instalar protectores en ventanas y vidrios para evitar colisiones.
Apoyar políticas ambientales y educar sobre la importancia de las aves migratorias.
Las aves migratorias: un barómetro de la salud del planeta
Cuando las aves migratorias se ven afectadas, no es solo un problema de conservación de fauna. Estas especies son indicadoras de la salud ambiental. Si ellas están en riesgo, significa que los ecosistemas están desequilibrados y la biodiversidad está bajo amenaza. En ese sentido, proteger a las aves migratorias es también proteger nuestra propia supervivencia como especie.
Eventos, campañas y participación ciudadana
Cada año, organizaciones de todo el mundo se suman con eventos, charlas, caminatas, avistajes y talleres educativos. En Latinoamérica, África, Asia, Europa y América del Norte, millones de personas se involucran en actividades que promueven la conservación, el monitoreo científico, la educación ambiental y la cooperación internacional.
Las aves migratorias como embajadoras de la cooperación global
El fenómeno migratorio no entiende de fronteras. Una especie puede nacer en Canadá, alimentarse en México, criar en Colombia y descansar en Argentina. Por eso, la cooperación internacional es fundamental. No basta con protegerlas en un solo país: es necesario garantizar corredores biológicos seguros a lo largo de todo su trayecto migratorio.
Educación ambiental y ciencia ciudadana: herramientas para el cambio
Desde escuelas rurales hasta universidades urbanas, el Día Mundial de las Aves Migratorias es una oportunidad para fomentar la educación ambiental y la participación ciudadana. Plataformas como eBird, iNaturalist o Global Big Day permiten a cualquier persona reportar avistamientos y contribuir con datos científicos esenciales para el estudio y conservación de estas especies.
Ejemplos de aves migratorias en América Latina que están en peligro
Playero Rojizo (Calidris canutus): realiza una migración de más de 15.000 km desde el Ártico hasta Tierra del Fuego. Hoy está en grave declive por la pérdida de hábitat en zonas intermedias.
Golondrina común (Hirundo rustica): afectada por la disminución de insectos y la contaminación lumínica.
Águila pescadora (Pandion haliaetus): expuesta a contaminantes y al cambio climático en sus rutas migratorias.
¡No solo vuelan! Las aves migratorias polinizan, dispersan semillas y controlan plagas
Su rol ecológico es invaluable: muchas aves migratorias controlan poblaciones de insectos, polinizan flores o dispersan semillas que regeneran bosques. Sin ellas, los ecosistemas colapsarían. Su desaparición tendría efectos en cascada, incluso en la agricultura y la seguridad alimentaria.
Un llamado urgente a gobiernos, empresas y ciudadanos
La protección de las aves migratorias debe ser una prioridad política, científica y cultural. Gobiernos deben invertir en conservación, las empresas deben evaluar su impacto lumínico y ecológico, y los ciudadanos tenemos la responsabilidad de cambiar nuestros hábitos. Cada acción cuenta: desde apagar una luz hasta apoyar una ONG conservacionista.
Un vuelo que une continentes, culturas y corazones
Las aves migratorias nos enseñan que el planeta es uno solo. Que todo está interconectado. Y que aún estamos a tiempo de revertir el daño. El Día Mundial de las Aves Migratorias no es una fecha más: es un grito de alerta y de esperanza. Porque aún podemos garantizar que millones de alas sigan cruzando los cielos del mundo, cada año, anunciando que la naturaleza sigue viva… si la defendemos juntos.
Andrés Nievas
Técnico en manejo ambiental, consultor Ambiental y escritor para medios locales e internacionales sobre temas de geopolitica y medio ambiente.