Asistieron a la casa de altos estudios rosarina autoridades de la provincia de Santa Fe, el municipio de Rosario y académicas.
Monseñor Martín reflexionó sobre la encíclica Laudato si’ del papa Francisco, y destacó que ese documento pontificio está dirigido a todos los hombres y mujeres del mundo. Asimismo, explicó que muestra la continuidad del pensamiento social de la Iglesia que nace del Evangelio y aclaró que no es una “encíclica verde”, sino un llamado a la conversión ecológica.
“El ser humano también es una criatura de este mundo, que tiene derecho a vivir y a ser feliz, y que además tiene una dignidad especialísima, no podemos dejar de considerar los efectos de la degradación ambiental, del actual modelo de desarrollo y de la cultura del descarte en la vida de las personas”, sostuvo.
“La cultura ecológica no se puede reducir a una serie de respuestas urgentes y parciales a los problemas que van apareciendo en torno a la degradación del ambiente, al agotamiento de las reservas naturales y a la contaminación. Debería ser una mirada distinta, un pensamiento, una política, un programa educativo, un estilo de vida y una espiritualidad que conformen una resistencia ante el avance del paradigma tecnocrático”, subrayó.
Al referirse al tema del agua, monseñor Martín consideró que es necesario educar en su cuidado, al advertir que el derroche es muy grande.
“La educación en la responsabilidad ambiental puede alentar diversos comportamientos que tienen una incidencia directa e importante en el cuidado del ambiente, como evitar el uso de material plástico y de papel, reducir el consumo de agua, separar los residuos, cocinar sólo lo que razonablemente se podrá comer, tratar con cuidado a los demás seres vivos, utilizar transporte público o compartir un mismo vehículo entre varias personas, plantar árboles, apagar las luces innecesarias. Todo esto es parte de una generosa y digna creatividad, que muestra lo mejor del ser humano”, afirmó.