En la provincia de Buenos Aires más de la mitad de los municipios realizan algún tipo de tarea relacionada con la sustentabilidad. De a poco se van creando departamentos específicos en las administraciones locales en donde se trazan líneas de acción relacionadas en su mayoría con la inclusión social y el cuidado del medio ambiente. Pero hay matices: algunos municipios, lo más poderosos económicamente, están muy avanzados en la temática y otros quizás los más rezagados ven a la pata sustentable todavía lejos.
Los organismos que acompañan este desarrollo son Dirección Provincial de Sustentabilidad y Responsabilidad Social y el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS), el primero busca promover y facilitar enfoques basados en la sustentabilidad para los municipios y su relación con las empresas, mientras que el segundo vela por el cuidado del medio ambiente y la gestión de residuos. “Todos los municipios están haciendo algo, estamos promoviendo la formalización de las áreas para que haya una continuidad. Para pasar de la filantropía de pintar una escuela a crear proyectos que tengan impacto”, define Susana Finger, directora provincial de sustentabilidad.
INVOLUCRAMIENTO
Según Finger, más de 20 comunas ya cuentan con directores y programas de trabajo ligados al medio ambiente, educación, niñez y empleo. Además explica que desde la dirección están conectando a las empresas y pymes con los municipios.
“Se están haciendo muchas cosas de acuerdo al core de la empresa y las necesidades de los municipios”, amplia y detalla que los más comprometidos al momento son Morón, 3 de Febrero, Almirante Brown, Tigre, San Martín, San Isidro, Vicente López, Pilar y General Rodríguez, entre otros.
El grado de evolución depende de varios factores como el tamaño de la comuna, la predisposición de los gobiernos locales y el desarrollo económico que está relacionado con cantidad de empresas en el territorio. También se fomentan este tipo de prácticas desde las universidades, por lo que no es casual que en los municipios con fuerte impulso haya algún convenio con una casa de estudios de la zona.
Uno de los más completos es Vicente López, que incluso llegó a firmar un compromiso para medir su actividad en relación con los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) que propone la ONU para su agenda 2030. En el polo opuesto están los municipios más chicos que muchas veces no realizan acciones por desconocimiento, por eso Finger se entusiasma al decir: “Siempre que haya alguna universidad o empresa, se está trabajando” y finaliza: “Consideramos que la responsabilidad social es responsabilidad de todos, no sólo de las empresas, y que la sustentabilidad vino para quedarse y es ajena a los gobiernos de turno”.
ACCIÓN
El ámbito en donde quizás estén más desarrolladas las prácticas de responsabilidad social es en el cuidado del medio ambiente. Según un informe del OPDS, 61 municipios separaran en origen y reciclan sus residuos. Si bien este tipo de actividad responde al cumplimiento de la Ley 13.592 sobre gestión integral de residuos sirvió para llevar conciencia e involucrar a la población sobre el cuidado del planeta.
En rigor, de los 135 municipios bonaerenses, en 61 los vecinos dividen la basura entre húmeda y seca, la llevan a ecopuntos o son retiradas de los domicilios para trasladarlos a las plantas de separación locales. El número puede parecer poco, pero si se entiende que el desarrollo se popularizó hace poco menos de dos años, la mirada cambia. Al igual que con las políticas de responsabilidad social, en el reciclado hay diferentes desarrollos y trayectorias. En algunas localidades el 100% de la población realiza el separado, mientras que en otras lo hacen a través de las escuelas y las ONGs. Según datos de la Dirección Provincial de Residuos, uno de los primeros municipios en llevar adelante este proceso fue Laprida y uno de los últimos, Coronel Suárez.
COMPROMISO
“Una de las formas más simples de cuidar el ambiente es ser responsables con los residuos que cada uno produce y la educación es fundamental para cambiar hábitos”, advierte el titular del OPDS, Ricardo Pagola. Por ello realizan capacitaciones a docentes de todos los niveles y a líderes sociales con el programa 3R basado en la noción de reducir, reciclar y reutilizar.
Además de la capacitación desde el organismo llevan adelante inspecciones de rutina los municipios y otras veces por denuncias relacionadas -en su mayoría- con mini-basurales a cielo abierto. Desde la OPDS reconocen que si bien los municipios más urbanos disponen sus residuos en CEAMSE o rellenos sanitarios, aún 91 desalojan sus en basurales a cielo abierto. Desde provincia aclaran que no hay incentivos económicos para los municipios que reciclen, por lo que acompañan con capacitación y apoyo a las cooperativas.
Para Walter Vega, director provincial de residuos, los municipios promueven esta actividad por dos motivos: el control de residuos y como una tarea de inclusión social. “La mayoría busca a través de la instalación de plantas de separación darle un lugar en mejores condiciones de trabajo a las personas que viven de esto”, explica. Otro factor influyente es la población que cada vez demanda más este tipo de prácticas a las autoridades locales, incluso muchas iniciativas nacieron de grupos vecinales. Por último hay una razón más práctica y la sintetiza Vega: “El municipio entiende que la mejor forma de minimizar la cantidad de residuos con disposición final es atacando con separación y clasificación en el origen”.