Neuquén.-Parque Arqueológico Colomichicó es uno de los más importantes yacimientos de arte rupestre de Patagonia y América. Comprende alrededor de 2800 petroglifos, sobre más de 800 bloques, cuya antigüedad todavía no está definida.
UBICACIÓN: El Parque Arqueológico Colomichicó está ubicado a 520 km de la ciudad de Neuquén, a unos 2000 mts de altura sobre el nivel del mar, en el faldeo occidental de la Cordillera del Viento, en el Corredor Neuquén Norte.
ACCESIBILIDAD: Se accede al parque a través de la Ruta Provincial Nº 43 y luego por la Ruta Provincial Nº 39, o solo por la R.P Nº 39, ambas de ripio consolidado.
El parque cuenta con 76 has. y el acceso al mismo se realiza por un sendero señalizado de 6 km de extensión (ida). El recorrido dentro del parque entre los bloques es de 1 km y cuenta con un mirador, situado a 500 metros del mismo.
DESCRIPCIÓN: Las “piedras marcadas” constituyen un rasgo distintivo del imponente paisaje del Norte Neuquino. El departamento Minas presenta una destacada concentración de sitios de arte dispuestos en un área de relativa cercanía, que reúnen un rico patrimonio precolombino, potenciado con las tradiciones del hombre blanco y un imponente paisaje natural agreste. Todo esto, en su conjunto, permite el disfrute del patrimonio arqueológico, tradiciones, leyendas, historias y naturaleza.
Los petroglifos de Colomichicó son muy variados, con puntos y líneas rectas, onduladas, quebradas, poligonales, circulares, angulosas y romboidales. El estilo predominante es el llamado “estilo de paralelas”. La posición de los bloques se debe a un proceso natural y cuentan con una antigüedad de 62 millones de años. Los mismos están compuestos por diorita.
Historia geológica de las rocas: la historia de la región comenzó hace 250 millones de años, momento en que se produjeron grandes erupciones volcánicas cataclismicas que formaron las rocas sobre las cuales están hoy apoyados los bloques. Estas rocas, por sus características composicionales, se denominan riolitas (nombre griego que significa ríos de piedras).
Al finalizar esta actividad volcánica de gran magnitud, a finales del Triásico y comienzos del Jurásico, hace 205 millones de años, la corteza terrestre se fracturó y se generaron zonas deprimidas que fueron ocupadas por el mar que invadió desde el oeste: el antiguo océano Pacífico.
Este mar ocupaba gran parte de lo que hoy es el territorio de Neuquén, a excepción de la Cordillera del Viento, que permaneció elevada, formando una isla, dentro de ese mar que se retiró hace 100 millones de años.
Luego, hace 60 millones de años, la zona oriental de la provincia fue nuevamente invadida por el mar desde el este, por el antiguo océano Atlántico. Mientras al oeste se desarrollaba en superficie actividad volcánica en una hilera de volcanes y en el subsuelo se generaron rocas ígneas plutónicas en profundidad; uno de estos cuerpos de dioritas, dio origen a los bloques de los grabados. La sucesiva acción de los agentes erosivos por millones de años hizo que el cuerpo se fragmentara en bloques que se deslizaron ladera abajo dispersándose, tal como hoy se encuentran. Probablemente este proceso tuvo lugar durante el Cuaternario.
La exposición de las rocas a los elementos atmosféricos provoca su alteración y desintegración. El proceso de descomposición “in situ” sin transporte de los fragmentos se denomina METEORIZACIÓN. Cuando además hay desplazamiento de los fragmentos, se denomina EROSIÓN.
La acción geológica por meteorización sobre los bloques en Colomichicó es de dos clases:
- Cambios físicos o mecánicos: los bloques son desintegrados a causa de los cambios de temperatura, la acción de las heladas y, en mucha menor proporción, de los organismos.
- Cambios químicos: produce la descomposición de los minerales por acción del agua, el oxígeno y el dióxido de carbono de la atmósfera, así como la presencia de diversos organismos. Los principales cambios que se producen son la disolución, oxidación, hidratación y formación de carbonos. Un ejemplo de oxidación es la patina color ocre que cubre los bloques grabados.
Los grabados se realizaron eliminando partes de la patina. Es importante aclarar que la patina está en constante formación, es decir, se está generando hasta el día de hoy. Es por esto, que en algunos casos ha vuelto a regenerarse sobre los sectores grabados haciéndolos menos notables o difusos.
Qué es el Arte Rupestre: es toda expresión humana plasmada sobre paredes rocosas de cavernas profundas, aleros superficiales o bloques de piedra al aire libre. Es el arte del período prehistórico del Paleolítico Superior en Europa (unos 35000 años AC) y en la Patagonia se remonta a unos 9000 años AC (Cueva de las manos, Provincia de Santa Cruz). En la Provincia del Neuquén no se tiene una fecha precisa. Es el arte de los cazadores y recolectores, que vivían en pequeños agrupamientos aislados.
Técnicas utilizadas: la pintura (pictografía) y los grabados (petroglifos), en algunos casos combinados, fueron las técnicas más utilizadas. En Colomichicó se observan petroglifos realizados generalmente con la técnica del picado por percusión con la ayuda de una herramienta tipo buril.
Significado de los motivos: solo es posible realizar hipótesis sobre su sentido y significado, atribuyéndole un carácter mágico – religioso, “el arte por el arte mismo”, o que fueron vehículos de información, comunicación, etc. Cualquiera sea su interpretación, involucra un mundo espiritual y el sentido estético de nuestros antepasados, resultando un rasgo esencial de nuestra identidad regional.
Estilos: Menghin (arqueólogo austríaco), clasificó el arte rupestre de la Patagonia en 7 estilos. En la Provincia del Neuquén, según la zona, predominan: en el norte, el estilo de las paralelas: que se trata de líneas onduladas, angulares y quebradas realizadas en paralelas simples o múltiples.
En el centro se caracteriza por el estilo de pisadas: donde los motivos característicos son los denominados rastros de ñandú y felinos.
En el sur, el estilo de grecas que se caracteriza por sus trazos escalonados.
Origen de los grabados: Los grabados de Colomichicó son atribuidos por el Dr. Gregorio Álvarez al grupo étnico “Pehuenches”. Se trata de una población de cazadores recolectores trashumantes que habitaban en el oeste y norte del Neuquén, mucho tiempo antes de la influencia Araucana o Mapuche.
Según el Dr. Juan Schobinger (arqueólogo argentino), puede decirse que estos grabados son prehispánicos y podrían datarse alrededor del año 1000.
Otros atractivos en el lugar: en el sendero de acceso al parque se pueden observar diferentes atractivos culturales, tales como un antiguo lavadero de ovejas (era utilizado por los crianceros para lavar y esquilar las ovejas y chivos), un canal de riego construido a pico y pala por la comunidad local en el año 1940, posibilitando el riego para el cultivo de ese paraje, además de los puestos de los pobladores locales y sus animales.
PARA TENER EN CUENTA: no está permitido el acampe en el sitio ni circular con caballos por el sendero luego del Arroyo Colomichicó (km 4). Se encuentra un palenque en ese sector.
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Fuente: http://neuquentur.gob.ar/es/que-hacer/turismo-arqueologico/