Bolsas de polietileno: Puerto Santa Cruz avanza con ordenanza para reducir el plástico y transformar la gestión ambiental

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¿El fin de las bolsas de polietileno en los comercios?

Puerto Santa Cruz, Sant Cruz, 15 de agosto de 2024. Puerto Santa Cruz acaba de dar un paso clave hacia un futuro más sostenible con la implementación de la ordenanza 413-19, que regula el uso de bolsas de polietileno en la localidad. La medida, que comenzó a difundirse con fuerza en los últimos meses, busca atacar de raíz uno de los problemas ambientales más visibles de la vida cotidiana: el abuso del plástico de un solo uso.

Lo interesante es que no se trata solo de prohibir, sino de reordenar la gestión integral de residuos, fomentar la educación ambiental y lograr que la comunidad entera se involucre en un cambio cultural profundo. Pero ¿qué significa realmente esta ordenanza? ¿Cómo impacta en la vida de los vecinos? ¿Y cuáles son los desafíos y beneficios de esta decisión?

Bolsas de polietileno: un problema que no se ve hasta que nos golpea en la cara

Aunque para muchos las bolsas de polietileno son un recurso cotidiano y hasta indispensable en la vida diaria, la realidad ambiental demuestra lo contrario. Estos plásticos, que suelen tener un uso promedio de apenas 12 minutos, pueden tardar más de 400 años en degradarse en la naturaleza.

En las ciudades costeras como Puerto Santa Cruz, el impacto se multiplica: los vientos dispersan las bolsas, que terminan en la costa, los ríos o el mar, afectando a peces, aves y mamíferos marinos. La ordenanza local busca cortar con este círculo vicioso, introduciendo un cambio que va más allá de una simple regulación: apunta a generar conciencia sobre cómo cada pequeña acción cotidiana puede tener enormes consecuencias ambientales.

La ordenanza 413-19: qué establece y cómo se implementa en Puerto Santa Cruz

La normativa en cuestión, aprobada en 2019 pero puesta en marcha con mayor fuerza en esta nueva gestión municipal, prohíbe la entrega de bolsas plásticas tipo camiseta en supermercados, almacenes y comercios en general. La Dirección de Medio Ambiente, a cargo de Daniela Córdoba, lidera la difusión y aplicación de la ordenanza con charlas, capacitaciones y entrega de material informativo.

La intención no es sancionar, sino educar a la comunidad para que incorpore alternativas como las bolsas reutilizables, de tela o biodegradables. La estrategia incluye además la recepción de kits sustentables, donaciones de bolsas alternativas y la creación de espacios de separación de residuos, con el objetivo de reforzar la transición hacia un modelo de economía circular en la localidad.

Participación ciudadana: ¿cómo responden los vecinos a la eliminación de bolsas plásticas?

Lejos de generar rechazo, la medida parece estar siendo bien recibida. Daniela Córdoba reconoció que, aunque aún no existen eco-puntos plenamente desarrollados en la localidad, sí se implementó un punto verde para el acopio de materiales recuperables, lo que ya motivó una creciente participación vecinal. En paralelo, la entrega de bolsas reutilizables como parte de campañas educativas ha tenido una muy buena aceptación.

Sin embargo, también se detectan resistencias: algunos vecinos consideran que se trata de una regulación poco concreta o que implica un costo adicional para el consumidor. Frente a este desafío, el municipio apuesta a redoblar la comunicación y sensibilización ambiental, recordando que el verdadero costo es el que paga el ambiente cada vez que una bolsa de polietileno termina en el ecosistema.

Capacitación ambiental: clave para sostener la transición hacia un Puerto Santa Cruz más verde

Uno de los pilares más fuertes de esta política es la capacitación ambiental. Según adelantó Córdoba, se están preparando jornadas de formación destinadas a autoridades, concejales y comunidad en general, que incluirán temas como gestión de residuos, economía circular, impacto de los plásticos y alternativas sostenibles. Esta iniciativa responde a un diagnóstico claro: sin formación y compromiso ciudadano, las ordenanzas ambientales corren el riesgo de quedar en letra muerta. La apuesta del municipio es crear una cultura ambiental sólida, donde las prácticas sostenibles sean parte de la identidad local y no simplemente imposiciones normativas.

Impacto ambiental: qué gana Puerto Santa Cruz al reducir el uso de bolsas de polietileno

Reducir las bolsas de polietileno no solo es una acción local, sino una contribución global. Cada bolsa menos en circulación significa menos microplásticos en los suelos, menos basura en los rellenos sanitarios y menos riesgo para la fauna marina. Para una localidad costera como Puerto Santa Cruz, esta acción puede traducirse en un beneficio directo para sus ecosistemas marinos y su paisaje natural, ambos fundamentales para el turismo y la calidad de vida de sus habitantes. Además, esta política abre la puerta a un debate más amplio: si se puede avanzar con las bolsas plásticas, ¿qué otros elementos de un solo uso podrían reducirse en la vida cotidiana de la comunidad?

Obstáculos y desafíos: ¿qué falta para lograr una verdadera transformación?

La transición no es sencilla. Córdoba admitió que al asumir la gestión encontraron una falta de organización en la gestión de residuos sólidos urbanos, lo que obliga a reorganizar desde cero varios procesos clave. Además, la ausencia de infraestructura avanzada, como plantas de reciclaje modernas o eco-puntos suficientes, limita el alcance de las políticas ambientales.

El desafío será combinar la educación ciudadana con la inversión en infraestructura y la articulación con organismos provinciales y nacionales, que puedan aportar recursos técnicos y financieros para fortalecer esta transformación ambiental en curso.

Educación ambiental: sembrar conciencia en las nuevas generaciones

Más allá de las medidas inmediatas, el gran objetivo del municipio es generar un cambio cultural a largo plazo. Para ello, la educación ambiental en escuelas y espacios comunitarios será crucial. Transmitir a las nuevas generaciones la importancia de reducir el consumo de plástico y de cuidar los ecosistemas es una apuesta estratégica, porque son ellos quienes heredarán los impactos del presente.

En este sentido, las campañas con folletería, talleres y actividades prácticas (como limpiezas comunitarias o visitas al punto verde) buscan sembrar una semilla que garantice continuidad a esta política más allá de una gestión puntual.

Experiencias en otras localidades: un espejo para Puerto Santa Cruz

El caso de Puerto Santa Cruz se suma a una tendencia creciente en Argentina: cada vez más municipios adoptan medidas para reducir las bolsas de polietileno y reemplazarlas por alternativas sostenibles. Ciudades como Ushuaia, Río Gallegos, Neuquén y Buenos Aires han avanzado en normativas similares, demostrando que el cambio es posible y, sobre todo, contagioso. La experiencia de otras localidades puede servir como espejo e inspiración, ofreciendo ejemplos de buenas prácticas que Puerto Santa Cruz podría replicar o adaptar a su propia realidad socioeconómica.

¿Estamos frente al inicio de una Patagonia libre de plásticos?

La puesta en marcha de la ordenanza 413-19 en Puerto Santa Cruz marca un antes y un después en la gestión ambiental local. Aunque los desafíos son muchos, los primeros pasos ya muestran resultados positivos: una comunidad cada vez más consciente, autoridades comprometidas y un horizonte claro hacia la sostenibilidad. La gran pregunta que queda abierta es si este esfuerzo podrá escalarse en toda la región patagónica, consolidando una verdadera red de municipios libres de bolsas de polietileno y comprometidos con la salud del planeta.

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