Además, precisaron que el acto, organizado en conjunto por el gobierno fueguino y la municipalidad de Ushuaia, contará con la presencia de algunos familiares de los tripulantes que se trasladarán desde distintos puntos del país.
“La gobernadora Rosana Bertone estará presente en la ceremonia porque la desaparición de la embarcación es un tema con el que siente un gran compromiso”, dijo una fuente del gobierno fueguino consultada por este diario.
“La idea es recordar a los ausentes con mucho respeto y sin ningún tipo de utilización política. Además será un acto civil, sin la participación institucional de la Armada”, agregaron los voceros consultados.
La vicepresidenta del Superior Tribunal de Justicia de la provincia, María del Carmen Battaini, recordó ayer la última visita de civiles realizada al ARA San Juan durante su estadía en Ushuaia.
Battaini formó parte de una comitiva de autoridades que el 6 de noviembre del año pasado fue invitada a una navegación en el submarino con inmersión incluida en el Canal Beagle.
“Me emociona muchísimo recordar ese momento porque tuvimos oportunidad de estar en contacto con casi todos los submarinistas, la mayoría gente joven que nos contó de sus ilusiones y de su esfuerzo por formar parte de aquella tripulación”, contó la jueza en dialogo con un periodista de EDFM.
También sostuvo que todos los tripulantes “estaban convencidos de su vocación, habían nacido para eso y murieron haciéndolo”.
Pizza y milanesas
La magistrada contó que le llamó la atención el ambiente de camaradería y el profesionalismo con se desenvolvían cada uno de los oficiales y suboficiales de la nave, incluyendo la única mujer, la teniente de navío Eliana María Krawczyk, que mostró “gran predisposición y un enorme poder didáctico para explicarnos cómo funcionaba el sistema de esclusas del submarino”, indicó.
La integrante del Superior Tribunal de Tierra del Fuego recordó que los tripulantes tenían como una especie de ritual, comer milanesas y pizzas en la primera inmersión realizada después de atracar en un puerto.
“Como nuestra visita coincidía con esa costumbre, los tripulantes comieron esa comida, y si bien a nosotros nos habían preparado otro plato, todos decidimos sumarnos a la tradición, como una forma de acompañarlos”, rememoró Battaini.
La jueza confesó que después de la tragedia de la desaparición del ARA San Juan, durante su regreso a Buenos Aires, todo lo vivido en aquella jornada adquirió una dimensión diferente.
“En mi caso me genera un hueco y una enorme tristeza. Mi consuelo es haber sentido que todos ellos estaban convencidos de su vocación”, expresó la magistrada.
El submarino con 46 personas a bordo (Humberto Vilte y Adrián Rothlisberger descendieron en Ushuaia) había llegado a Tierra del Fuego como parte de un viaje de patrullaje marítimo en el Atlántico Sur, que también incluyó tareas de adiestramiento de personal y ejercicios militares.
El vicegobernador provincial, Juan Carlos Arcando, el juez Federal de Ushuaia Federico Calvete y las legisladoras provinciales Noelia Carrasco y Marcela Gómez, también formaron parte del grupo de funcionarios invitados a la navegación por el Comandante de Fuerza de Submarinos Argentina, Capitán de Navío Claudio Javier Villamide, y por el Comandante del Área Naval Austral, Capitán de Navío, Germán Arbizu.
Los visitantes estuvieron cinco horas en el submarino y al final recibieron un diploma que acreditaba la navegación de bautismo, firmado por el comandante del ARA San Juan, el capitán de fragata Pedro Martín Fernández.
La embarcación zarpó de Ushuaia el 8 de noviembre de 2017 a las 12 y el 15 de noviembre la Armada perdió contacto con la nave cuando se encontraba a 432 kilómetros de la costa, a la altura de la provincia de Chubut.
“Nosotros vimos lo que es convivir en ambientes muy pequeños, con escasos lugares para dormir o para descansar. Sin ninguna comodidad. Hay que tener mucho convencimiento para servir a la patria en esas condiciones. Por eso los voy a recordar para siempre, y por eso es un honor haberlos conocido”, valoró Battaini.