Viema, Rio Negro, 10 de mayo de 2025. En cada nota donde la conservación se entrelaza con la emoción de un vuelo que cruza continentes, encontramos una historia que merece contarse con humanidad. En el Día Mundial de las Aves Migratorias, la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable (SAyDS) de Río Negro quiso que esa historia no quedara en palabras, sino que se transformara en una acción concreta y compartida.
Una fecha que despierta conciencia y conecta continentes
Cada 9 de mayo, el mundo celebra el Día Mundial de las Aves Migratorias, una jornada que no es solo un recordatorio festivo, sino una invitación a reflexionar sobre cómo estos viajeros del cielo conectan ecosistemas, culturas y vidas. Esta fecha nace gracias a acuerdos internacionales como AEWA y CMS, impulsados por el PNUMA, que en 2006 formalizaron la celebración global. Su objetivo es claro: proteger a las aves migratorias y sus hábitats, porque su supervivencia sostiene la salud del planeta.
En ese marco, la SAyDS de Río Negro dio un paso al frente. Presentó un proyecto junto con Chubut al Consejo Federal de Medio Ambiente (COFEMA) entre diciembre de 2014 y enero de 2015. En marzo siguiente, la propuesta fue aprobada: el año 2016 sería declarado Año Internacional de las Aves Playeras. Esto no fue un mero símbolo, sino una oportunidad para articular acciones concretas con gobiernos, comunidades e instituciones, y acceder a fondos que permitan cuidar estas especies que viajan desde miles de kilómetros para respirar en nuestras costas.
Bahía de San Antonio: el paso por el hogar temporario de las aves
La celebración no quedó solo en el calendario. La SAyDS avanzó con determinación en convertir la denominada Área Natural Protegida Bahía de San Antonio en el primer sitio Ramsar de Río Negro. Esa designación internacional tiene un objetivo clave: conservar y usar racionalmente los humedales, mediante acciones locales y cooperación global, en pos de un desarrollo sostenible. Se solicitó asistencia técnica del gobierno nacional y se firmó un convenio con la Fundación Inalafquén para fortalecer institucionalmente la propuesta, con un enfoque que mezcla preservación ambiental y construcción de capacidades regionales.
Protección con rostro humano y visión compartida
Más allá de resoluciones y decretos, lo que late detrás de estas iniciativas es una mirada esperanzada que convoca a todos los actores: desde autoridades hasta vecinos, desde científicos hasta guardaparques. Se trata de comprender al ambiente no como un recurso que se consume, sino como una base de vida que protege a quienes lo habitan y a quienes lo visitan en épocas clave.
Por eso, en cada viaje del playero rojizo, del chorlo ártico o de la golondrina parda, late un llamado a cuidarnos entre todos. Río Negro construye así una narrativa donde la conservación no es una idea distante, sino un acto cotidiano que hace puente entre regiones, generaciones y alas que migran en busca de refugio.


Foto: Credito Gobierno de Rio Negro. El Playero Rojizo, uno de los visitantes más emblemáticos, encuentra refugio en el Área Natural Protegida Bahía de San Antonio.
Andrés Nievas
Técnico en manejo ambiental, consultor Ambiental y escritor para medios locales e internacionales sobre temas de geopolitica y medio ambiente.