Las larvas de mosquito que crecen en el agua contaminada con plástico pueden acumular sus partículas en sus cuerpos. Parte de estos microplásticos permanecen en sus organismos incluso después de que las larvas emergen como insectos adultos. De esta manera, los mosquitos pueden agravar el problema de la contaminación plástica cuando son comidos por animales que viven en la tierra, según reseña un nuevo estudio publicado en la revista Biology Letters.
La contaminación plástica es omnipresente en el medio ambiente, especialmente en el agua. Las aves, los peces y otros animales que viven alrededor de los sistemas acuáticos pueden ingerir pequeñas piezas de plástico por accidente. Estos microplásticos, con un diámetro inferior a 5 milímetros, representan una gran amenaza para la salud de los ecosistemas marinos y de agua dulce a medida que ingresan a la cadena trófica.
Pero su impacto puede ser propagado por animales con un ciclo de vida que involucra vivir tanto en agua como en tierra. Muchos insectos, como los mosquitos y las libélulas, pasan sus etapas juveniles en el agua, pero se mudan a la tierra una vez que se vuelven adultos. Amanda Callaghan, de la Universidad de Reading (Reino Unido) sugiere en el estudio que estos organismos podrían ser vehículos que transportan plásticos a ambientes no contaminados.
“Es una realidad impactante que el plástico esté contaminando casi todos los rincones del medioambiente y sus ecosistemas“, asevera Callaghan. “Se ha prestado mucha atención recientemente a los plásticos que contaminan nuestros océanos, pero esta investigación revela que también está en nuestros cielos”.
Dieta plástica
Para poner a prueba su idea, el equipo de Callaghan alimentó 150 larvas de mosquitos acuáticos con una mezcla de alimentos y partículas microplásticas de diferentes tamaños. Examinaron a 15 individuos seleccionados al azar mientras los animales todavía estaban en la etapa larval, y analizaron a otros 15 individuos cuando ya se convirtieron en adultos mosquitos voladores.
El equipo encontró microplásticos en los 30 ejemplares. En promedio, una larva contenía más de 3.000 partículas de 2 micrómetros de ancho. A medida que los insectos maduraron, gradualmente dejaron de consumir microplásticos y excretaron la mayoría de ellos. Aun así, Callaghan todavía encontró un promedio de 40 partículas en adultos.
El trabajo sugiere una nueva vía para la propagación global del plástico. Por ejemplo, los mosquitos podrían actuar como un portador para transferir microplásticos acuáticos a las aves y los murciélagos que comen insectos. “Cualquier organismo que se alimenta de las fases de la vida terrestre de los insectos de agua dulce podría verse afectado por los microplásticos que se encuentran en los ecosistemas acuáticos”, explica Callaghan.