MONITOREO Y ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN GEOPOLÍTICA EN EL MUNDO Y SU IMPLICANCIA EN LA PATAGONIA

¿Qué tipos de energías renovables existen?

Entre las energías renovables o también llamadas energías limpias encontramos:
  • Energía eólica: la energía que se obtiene del viento
  • Energía solar: la energía que se obtiene del sol. Las principales tecnologías son la solar fotovoltaica(aprovecha la luz del sol) y la solar térmica (aprovecha el calor del sol)
  • Energía hidráulica o hidroeléctrica: la energía que se obtiene de los ríos y corrientes de agua dulce
  • Biomasa y biogás: la energía que se extrae de materia orgánica
  • Energía geotérmica: la energía calorífica contenida en el interior de la Tierra
  • Energía mareomotriz: la energía que se obtiene de las mareas
  • Energía undimotriz u olamotriz: la energía que se obtiene de las olas
  • Bioetanol: combustible orgánico apto para la automoción que se logra  mediante procesos de fermentación de productos vegetales
  • Biodiésel: combustible orgánico para automoción, entre otras aplicaciones, que se obtiene a partir de aceites vegetales

La matriz energética mundial

“La energía no se crea ni se destruye, solo se transforma”
Partiendo de esta base, podemos entender que para contar con energía eléctrica resulta necesario utilizar alguna otra energía disponible en el medio que nos rodea y transformarla.
Ya se viene demostrando que el uso de combustibles fósiles (carbón, petróleo, gas..) para generar energía eléctrica es una alternativa insostenible en el tiempo por los daños ambientales, sociales y económicos que ocasiona. Sin embargo, la matriz energética mundial sigue dominada por las llamadas energías no renovables.
Veamos los siguientes gráficos provenientes de la International Energy Agency sobre la matriz energética mundial: (ver gráfico 1 – matriz energética mundial)
A continuación presentamos el análisis de Ignacio García Díaz en su artículo “Energías Renovables I: perspectivas globales y situación local” publicado en Gestar – Instituto de estudios y formación política del PJ:
“Como podemos apreciar, tras 41 años se evidencia una menor dependencia energética del petróleo en términos porcentuales, aunque otros combustibles fósiles como el gas natural y el carbón han aumentado su participación en la “torta energética mundial”, esté último impulsado por potencias como Estados Unidos y China, que utilizan el carbón para generar el 49%, y el 71% de su energía eléctrica, respectivamente. Es considerable también el aumento del consumo de energía de origen nuclear (del 0,9% al 4,8%), mientras que la proveniente de biocombustibles y deshechos se mantiene en un nivel similar al de hace más de cuatro décadas atrás. Lo preocupante, sin duda alguna, es la aún baja participación en la matriz energética mundial de las energías “limpias”: tanto la proveniente de fuentes hídricas (originada por ejemplo en represas hidroeléctricas) como la proveniente de fuentes alternativas o renovables (eólica o solar, entre otras).
La energía surgida del aprovechamiento de los movimientos del agua aumentó su participación del 1,8% al 2,4%, mientras que las fuentes incrementaron su proporción del 0,1% al 1,4%. Si bien en este último caso se verifica en la actualidad un aumento de más de 14 veces la participación en la matriz energética global desde 1973, llama la atención el acotado lugar que se le da a esta fuente de energía.
¿Por qué si las energías renovables son una fuente de energía inagotable y menos nociva para el medioambiente continúan siendo poco utilizadas? Las razones son variadas: un alto costo de inversión inicial en relación a la energía que se obtiene de este tipo de recursos naturales, así como la necesidad creciente de energía de las sociedades modernas que hace que muchos países apelen a combustibles con mayor capacidad de generación de potencia energética son algunos de los motivos por los cuales las energías renovables no son aún un actor predominante en el mercado energético mundial.”
En Argentina, con respecto a las energías renovables, rige la ley 26.190 de Fomento Nacional para el uso de fuentes renovables de energía destinada a la producción de energía eléctrica, y la ley 27.191 que modifica y amplía la ley inicial sancionada en el año 2006.
Se destaca que dicha normativa toma como renovables a las fuentes de energía eólica, solar, geotérmica, mareomotriz, hidráulica en emprendimientos de hasta 50 MW de potencia por cuestiones ambientales, biomasa, gases de vertedero, gases de plantas de depuración y biogás. Además otorga una serie de beneficios impositivos para fomentar este tipo de proyectos.
Este régimen tenía como objetivo alcanzar en el año 2016 al 8% del consumo de energía eléctrica nacional producido mediante este tipo de fuentes alternativas. En octubre de 2015, la ley 27.191 extendió la meta al 31 de diciembre de 2017.
Veamos los siguientes gráficos que nos muestran la matriz energética de Argentina en el 2014 y en el 2016: (ver gráfico 2 – Matriz energética de Argentina)
“La primera figura ilustra la totalidad de la Matriz Energética Argentina al año 2014, que abarca tanto a la generación de energía eléctrica como a las fuentes de energía utilizadas para calefaccionar ambientes o las utilizadas para el transporte, entre otras. Se puede observar una amplia dependencia de las fuentes fósiles de energía tales como el carbón, el gas natural y el petróleo. Se evidencia una participación interesante del sector hidroeléctrico, pero preocupa la participación de las energías renovables: sólo el 0,5% de la energía que consume nuestro país proviene de fuentes alternativas.
La segunda figura, proveniente del Informe de Síntesis del Mercado Eléctrico Mayorista de la República Argentina de Septiembre de 2016 elaborado por la Comisión Nacional de Energía atómica, ilustra la generación de energía eléctrica acumulada a septiembre de 2016. La cifra vuelve a preocupar: solo un 1,9% de la energía eléctrica generada en el país durante este año provino de sectores alternativos al fósil e hidroeléctrico.” (García Díaz, 2016)

Países en transformación

Existen países en el mundo que de acuerdo a su historia y a pesar de las problemáticas y urgencias que tienen, están logrando acercase hacia las fuentes de energías renovables que son sustentables en el tiempo. A continuación se presentan algunos ejemplos:
Alemania en el 2011, luego del accidente nuclear en la central japonesa Fukushima I, lanzó un plan denominado Energiewende, una ambiciosa propuesta que busca alcanzar la meta del 80% de la generación de energía eléctrica proveniente de fuentes renovables para el año 2050. Como metas intermedias se propone llegar a un porcentaje de renovables del 35% para 2020, un 50% para 2030 y un 65% para 2040.
En este país todas las energías renovables juntas llegaron al 30% de la generación eléctrica en el año 2014.
Otro de los objetivos principales del Gobierno alemán en esta transformación de su matriz de generación de energía es cerrar todas las centrales nucleares para el año 2022 (García Diaz, 2016).
Uruguay, con 3,4 millones de habitantes, se ha convertido en la primera nación de América Latina, y una de las pocas en el mundo, en generar una proporción importante de su electricidad a partir del viento. En menos de una década, la energía eólica ha avanzado mucho y se encuentra desplazando a los combustibles fósiles de la producción eléctrica.
En el año 2014 el 93% de la energía eléctrica fue de energías renovables, mientras que solo el 7% de la electricidad se generó a partir de combustibles fósiles, según el informe Balance Energético Preliminar elaborado por el Ministerio de Industria (MIEM).
En el 2016, cubrió el 96% de su consumo eléctrico con energía generada por el sol, la biomasa, la lluvia y el viento.
En el caso de la energía eólica, durante el 2014 se instalaron más de 400 megavatios (MW) y se registró un crecimiento en un solo año, de participación en la matriz eléctrica que pasó de 1% al 6% según los datos del MIEM.
Durante dos años consecutivos Uruguay no tuvo que importar energía,  algo que no se daba desde hace más de 20 años.
Además vendió energía excedente a Brasil y Argentina, lo que en 2014 generó ingresos superiores a los 35 millones de dólares.
Para muchos países de la región Uruguay se transformó en ejemplo de una política que está potenciando el crecimiento de una industria imprescindible para el país, amigable con el medio ambiente y que genera divisas directamente.
Dinamarca, con apenas 5,6 millones de habitantes, en el año 2014 produjo el 39,1 por ciento de su electricidad en base a energía eólica, mediante más de 5.000 turbinas eólicas existentes en el país, tanto en tierra firme, como en el mar. El país está logrando alcanzar su meta de producir la mitad de su electricidad en base a fuentes renovables en 2020, y da un impresionante ejemplo de lo que una pequeña nación puede lograr en la lucha contra el cambio climático.
Es cierto que con su posición geográfica entre dos mares (el Mar del Norte y el Mar Báltico), Dinamarca es privilegiada en referente a la existencia de buenos vientos. Sin embargo, el éxito de Dinamarca no es ninguna coincidencia, sino el fruto de un desarrollo estratégico de varias décadas. Ya en 1919 contaba con más de cien molinos de viento que generaban el 3 por ciento de la electricidad. Pero fue recién en los años 70 y 80 del siglo pasado, después del “choque del precio de petróleo” de 1973, que la industria eólica comenzó a instalarse en Dinamarca (Hoffmann, 2015).
De acuerdo a un reporte publicado recientemente por la Agencia de Energía de Dinamarca (DEA),en el cual se comparan los costos de la producción de electricidad en base a diferentes fuentes energéticas, se demostró que los parques eólicos terrestres producen la electricidad a mitad de precio de las centrales térmicas a base de gas o carbón.
Otro dato relevante para que mencionar es que a partir del año 2014, la instalación de calefacción doméstica en base a petróleo o gas han sido prohibidos, como así también se han prohibido la construcción de nuevas centrales eléctricas en base a carbón, como parte de las políticas ambientales establecidas.
Otro caso es Holanda, uno de los países más pequeños del mundo, con una superficie de 41.864 km2 y 16 millones de habitantes. Es un país muy llano y muy sorprendente, entre otras cosas porque una cuarta parte de su territorio se encuentra bajo el nivel del mar. Debido a esta configuración territorial, según varios estudios, Holanda podría ser uno de los países que más podría sufrir con el problema del cambio climático. Según un estudio de la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo, las diez ciudades con mayor riesgo, en términos económicos, se encuentran en dicho país, además de en Estados Unidos y Japón.
Por ello, los holandeses trabajan no sólo en la adaptación al cambio climático, en la que son pioneros, sino en la mitigación. Para lograrlo, además del ahorro energético y el desarrollo de las energías renovables, están trabajando en tecnologías punteras en la lucha contra el cambio climático. Son entre otros, proyectos tan novedosos como la energía geotérmica, la producción de microalgas para biodiesel, la generación de gas natural o sus investigaciones sobre captura y almacenamiento de CO2, entre otros.
Es el primer país en el mundo con trenes que funcionan 100% con energía eléctrica. Desde enero 2017, el 100% del consumo eléctrico de los trenes de este país procede de las centrales eólicas. La mayor parte de los aerogeneradores que producen esta electricidad se encuentran en Holanda (en tierra firme y en el mar) pero alguno de ellos están localizados en aguas de Bélgica y Noruega.
Noruega, es líder mundial en energías renovables, lo cual resulta llamativo teniendo en cuenta que se trata de un gran productor de petróleo. Su matriz energética se puede ver resumidamente en estas cifras: 95% hidroeléctrica; 3,9% térmica convencional; 1,1% otras energías renovables.
En lugar de quemar combustibles fósiles para generar energía, comenzó a exportarlos a otros países y a usar los beneficios para construir sus propias centrales hidroeléctricas. Este país es un verdadero referente a nivel mundial con respecto a las ventas de coches eléctricos, 1 de cada 4 coches que se venden en Noruega son eléctricos, con 0 emisiones gaseosas.
Las ventajas de las energías renovables son múltiples: no emiten gases de efecto invernadero en los procesos de generación de energía lo que representa una medida de mitigación del cambio climático; son inagotables al contrario que las fuentes tradicionales de energía como el carbón, el gas, el petróleo o la energía nuclear, cuyas reservas son finitas; reducen la dependencia energética lo que implica una ventaja diferencial para las economías locales; en cualquier parte del Planeta hay algún tipo de recurso renovable –viento, sol, agua, materia orgánica- susceptible de aprovecharlo para producir energía de forma sostenible, entre otras.
Como pudimos ver en esta edición del suplemento de ecología, existen ejemplos reales de países en transformación, que están migrando hacia las energías renovables, hacia un modelo de país sustentable.  ¿Seremos capaces como país de lograr una transformación energética que vele por la protección del ambiente y de la salud de las personas?
Para concluir, citamos un comentario del Director General de International Renewable Energy Agency Sr. Adnan Z. Amin: “La convergencia de las fuerzas sociales, económicas y ambientales están transformando el sistema energético mundial tal como lo conocemos, pero si continuamos en el camino actual, alimentando nuestras economías con una forma de pensar y actuar anticuadas, no vamos a ser capaces de evitar los impactos más graves del cambio climático.”

Fuente: http://www.eldiariodelfindelmundo.com/noticias/2017/07/20/73041-que-tipos-de-energias-renovables-existen

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