Luego de recorrer cerca de 3 mil kilómetros y con algunos kilos menos, Diego Colombo, completó este miércoles su travesía en bicicleta desde el sur del Gran Buenos Aires al Glaciar Perito Moreno, con el propósito de llevar un mensaje sobre la necesidad de conservar el suelo a los alumnos de escuelas que encontró en su camino y a quienes buscó captar como “agentes de cambios” en la preservación del medio ambiente.
Colombo, que a lo largo del trayecto tuvo que hacer frente a los vientos y el frío patagónico, es un conservacionista de 37 años, estudió Comunicación Social, paisajismo y jardinería, vivió en distintas partes del mundo y se considera un “viajero” y “ambientalista”.
“En Bariloche me trataron muy bien sobre todo la gente de la Administración de Parques Nacionales (APN) y la Secretaria de Ambiente de la ciudad. Me organizaron una rueda de prensa y durante mi estadía, fui al “Sanjo” un comedor y escuela infantil y de adultos perteneciente a la fundación San José Obrero, donde pude dar una charla sobre preservación, al igual que en Villa Llanquín, donde estuve acompañado de gente de la APN”, señaló.
“Después de Río Negro recorrí el Parque Nacional Los Alerces, en Chubut, y después seguí bajando por Esquel, vine haciendo todo lo que es la Ruta 40, pasé por las ciudades de Perito Moreno y Gobernador Gregores”, contó.
“Dormía donde podía, donde me agarraba la noche, algunas veces en carpa y otras veces abajo de los puentes o dentro de los drenajes que encontraba en la ruta”, dijo Colombo, y agregó que su bicicleta se rompió varias veces pero pudo repararla, algunas veces con la aguda de la gente de los pueblos”.
“Fui integrante de la ONG Greenpeace como donante, pero no encontraba la manera de poder participar más activamente en las problemáticas ambientales”, contó a Télam.
En diciembre pasado, se unió como voluntario al movimiento global “Salvemos el Suelo”, que fomenta reformas políticas para regenerar, proteger y preservar los suelos.
Con respecto al objetivo del viaje, señaló que fue para “concientizar” y “poder llegar a los individuos” para de esa manera exigirle a los gobernantes que tomen una decisión acerca de la conservación del suelo.
Por eso, su travesía incluyó la entrega de semillas para huertas, así como la realización de charlas en los colegios y en las organizaciones que le abrían sus puertas.
“Los pibes cada vez están más metidos en temas de ambiente, son quienes les enseñan a sus padres hoy en día, por eso desde mi lugar busco incentivarlos a que actúen, a que se sientan parte y que sepan que pueden ser agentes de cambio”, explicó Colombo.
Su travesía se inició el 26 de febrero y en principio había proyectado pedalear unos 60 días desde la localidad bonaerense de Banfield, de donde es oriundo.
Con una bicicleta prestada, algunos ahorros, ropa de abrigo, una carpa, aislante, agua y comestibles como latas de atún, avena o frutos secos, Colombo recorrió, en los primeros tramos, las localidades bonaerenses de Lobos, Roque Pérez, General Alvear, Tapalqué, Olavarría, Líbano, Villa Ventana, Bahía Blanca, Las Grutas.
Su trayecto siguió por La Adela, en la provincia de La Pampa, y luego las ciudades de Rio Colorado, Choele Choel, Chimpay, Villa Regina, en Río Negro; hasta llegar a Neuquén, un recorrido que tuvo percances como la rotura de su bicicleta, que lo dejó varado “en caminos completamente de tierra, en el campo y de noche”.
Fuente: www.tiemposur.com.ar